La muestra sobre Antonio López en Bilbao refleja 50 años de carrera artística

La muestra sobre Antonio López en Bilbao refleja 50 años de carrera artística
. EFE/Archivo

El pintor manchego Antonio López ve «fiel y sorprendentemente reflejada su trayectoria artística de 50 años» en la exposición que, a partir de hoy y hasta el 22 de enero de 2012, le dedica el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

La muestra, coproducida por la institución bilbaína y el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, se presenta en la capital vizcaína después de haber cosechado un gran éxito de público en la capital de España, donde más de 318.000 personas la contemplaron entre el 25 de junio y el 15 de septiembre.

La exposición, compuesta por alrededor de 130 pinturas, dibujos y esculturas realizadas por López entre 1953 y 2011, ha sido presentada hoy por el director del museo bilbaíno, Javier Viar, y por el propio autor, quien estuvo acompañado por su mujer, la también pintora María Moreno, y por su hija, María López.

Aunque la muestra montada en Bilbao es equivalente a la que se ha podido contemplar en Madrid, tanto en volumen como en la importancia de las obras exhibidas, Viar ha señalado que contiene algunas diferencias, como la ausencia de la escultura «La mujer de Solana», que en Madrid abría la muestra, y del famoso cuadro «La Gran Vía» de Madrid (1974-1981).

Otra diferencia destacada por el director de la institución museística bilbaína es que, si la de Madrid se centró en un recorrido por los tres temas sustanciales de su producción artística (vistas de Madrid, la naturaleza y el estudio del cuerpo humano), en la de Bilbao cobra especial relevancia la cronología de la obra del artista.

Antonio López ha manifestado en la presentación de la muestra que «esta exposición es un retrato fiel y sorprendente de lo que ha sido mi trabajo en mis 50 años de carrera».

López se ha declarado «muy impresionado» y «encantado» con el resultado final del montaje realizado por Javier Viar, que, según ha dicho, ha conseguido que la exposición resulte «como un viaje por el interior de mi cabeza y mis tripas» y que la muestra haya quedado «muy viva y muy intensa».

«Todo lo que sido mi carrera está aquí», ha subrayado y agregado que, además, «aparece con un sentido lógico de las cosas cuando, en mi pintura como la mía, hay una variedad inevitable que surge de los temas más que de la interpretación».

La muestra se abre con el espacio dedicado a sus primeras obras de juventud «Niño con tirador» (1953), «Josefina leyendo» y «Mujeres mirando los aviones» (1953-54), y sus pinturas sobre «Cabezas griegas» de 1958, y las esculturas en escayola que sobre este mismo motivo realizó en el año 2000.

Prosigue con la serie de Retratos de Familia, entre los que se incluye el que hizo a sus padres en 1956, y algunos paisajes de Tomelloso (su localidad natal) y los retratos de la serie Muebles Domésticos que había en su casa, entre los que sobresale el titulado «Nevera nueva», de 1991-94.

La zona intermedia de la exposición, en la que, según ha señalado el propio autor, «se cuece todo» lo que va a ser su lenguaje pictórico definitivo, está compuesta por la serie titulada «Interiores: el estudio y las ventanas» y por los dibujos con sus bodegones dedicados a los alimentos.

Después aparecen las famosas vistas de Madrid desde distintos emplazamientos de la ciudad, de las que el Bellas Artes de Bilbao muestra siete cuadros realizados entre 1962 y 2011, algunos de ellas iniciadas en la década de los años 80 y 90 y que aún se encuentran sin terminar.

La muestra concluye con el apartado dedicado a su personal visión del cuerpo humano desnudo con esculturas y pinturas realizadas entre 1968 y 2010 y sus serie de óleos sobre flores realizados entre 2007 y 2010.

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