Ai Weiwei inaugura desde Pekín una exposición fotográfica suya en Berlín

Ai Weiwei inaugura desde Pekín una exposición fotográfica suya en Berlín
Fotografía de archivo del artista chino Ai Weiwei. EFE/Archivo

El artista y disidente chino Ai Weiwei inauguró hoy, a través de un videomensaje grabado en Pekín, donde cumple arresto domiciliario, una exposición en Berlín con 226 fotos de las más de 10.000 que captó durante los diez años que vivió en Nueva York.

«Hola, soy Ai Weiwei, estoy muy contento de que mi exposición pueda ser mostrada en Berlín. Desearía estar allí, pero no puedo. Espero que todos disfruten de la muestra. Hasta luego», dijo en su breve mensaje grabado en el jardín de su casa y proyectado en la capital germana durante la presentación previa a la inauguración.

El artista, nacido en 1957, residió en la Gran Manzana entre 1983 y 1993, cuando todavía no era famoso, en un minúsculo apartamento en el barrio de East Village (Manhattan).

Ai era miembro activo de la comunidad de artistas e intelectuales chinos de su barrio, y muchos de ellos, conocidos hoy en China, le visitaban y quedaron inmortalizados por su cámara.

«Ai Weiwei era un hombre joven, de veintitantos años, que había salido del anquilosado Pekín y respiraba en Nueva York el aire de la libertad», explicó durante la presentación Gereon Sievernich, director del Martin-Gropius-Bau, el museo que acoge la muestra.

Sievernich, quien lamentó no poder contar con la presencia del artista -cuyo videomensaje logró llegar al museo por «caminos sinuosos», explicó-, destacó que «esta exposición ha sido comisariada y puesta en escena por él (Ai) personalmente», por lo que es «una obra de arte en sí misma».

Las fotografías de la muestra, que pudo verse por primera vez en Pekín en 2009 y posteriormente en Nueva York, permanecieron durante años olvidadas en viejos cartones, la mayoría incluso en forma de negativo todavía sin revelar.

Son, según el museo berlinés, «documentos únicos surgidos durante una época cultural y políticamente agitada, captada por la mirada de un artista procedente de China».

«Las fotografías constituyen una instalación artística que reproduce las experiencias personales, los pensamientos y las impresiones del artista», agrega el comunicado.

La temática de las imágenes, todas en blanco y negro, es diversa: desde peleas callejeras en Tompkins Square Park, hasta travestidos en el festival Wigstock o personas sin techo en Bowery, pasando por retratos de artistas, intelectuales y amigos chinos y norteamericanos.

Según Sievernich, el público se reencontrará en las imágenes de la muestra -que incluyen numerosas «fotos de él mismo escenificadas de forma muy interesante»- con el «humor sarcástico» que caracteriza al artista chino.

«Su obra ya está prefigurada en esta exposición», aseguró el director del museo, quien subrayó que la misma es al mismo tiempo «una muestra sobre la libertad».

Para Sievernich, «el arte de Ai Weiwei es ubicuo, pero siempre hay un elemento chino que desempeña un papel importante».

«Probablemente sea el artista más chino de los que exponen en el extranjero», declaró el director del museo.

Asimismo recordó que la víspera Ai Weiwei fue nombrado la persona más influyente en el mundo del arte en la lista que anualmente elabora la revista británica «Art Review», que incluye también galeristas, críticos y teóricos del arte, además de empresas del sector.

El redactor jefe de la publicación, Mark Rappolt, justificó el nombramiento con el argumento de que «Ai Weiwei es un ejemplo de que el arte puede superar los muros de las galerías y llegar al mundo real».

China, por su parte, rechazó la distinción al disidente con el argumento de que ésta esconde motivos políticos.

La desaparición de Ai en abril provocó la indignación de gobiernos occidentales y de defensores de los derechos humanos, que condenaron su detención y la de otros centenares de disidentes. Tras casi tres meses detenido, quedó en arresto domiciliario, hasta hoy, sin que se le autorice a salir de su estudio pequinés.

«Es más que obvio que no es su arte, sino la línea política que presuntamente ha sobrepasado», la que indigna a las autoridades chinas, concluyó Sievernich.

La exposición, que abrirá mañana sus puertas al público, podrá verse en el Martin-Gropius-Bau hasta el próximo 18 de marzo.

Por Elena Garuz.

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