Louise Bourgeois falleció en 2010 a la edad de 99 años y no dejó de trabajar hasta su muerte. La Casa Encendida presenta una selección de su trabajo en la última década de su vida. Sólo por eso, por mantenerse activa y despierta hasta tal edad, habría que verla detalladamente, por si uno consigue captar algo de su secreto impulso. Lo que vemos es intrigante, un círculo que se cierra con las mismas preguntas y ninguna respuesta. ‘Mi infancia nunca ha perdido su magia, nunca ha perdido su misterio y nunca ha perdido su drama. Todos mis trabajos de los últimos 50 años tienen su origen en mi niñez. Cuando nací mis padres peleaban como el perro y el gato. El país se preparaba para la guerra y mi padre, que quería un niño, me tuvo a mí’. Es una figura intocable del arte contemporáneo. Mejor que mejor para juzgar por uno mismo.
“Louise no es una militante; es una individualista que en la soledad de su estudio se enfrenta a sus propios demonios y se libera, da forma a sus pensamientos, exorciza los conflictos y pone orden en su mundo”, dice Danielle Tilkin, la comisaria, hablando de esta anciana que ha protagonizado la irrupción feminista sin formar parte del movimiento, que ha derribado las barreras -reales o ficticias, materiales o mentales, naturales o artificiales- que impedían a las artistas sobrepasar a los artistas.
Tilkin conoció a Bourgeois a comienzos de los años ochenta en la The Robert Miller Gallery de Nueva York: ‘Era una persona muy abierta y muy atenta y, al mismo tiempo, muy difícil’. Comisionó ya la exposición que la decicó el Museo Reina Sofía en 1999. Y la obra expuesta procede de la futura Fundación que está creando en Nueva York el que fuera su asistente durante varias décadas, Jerry Gorovoy.
La exposición se titula ‘HONNI soit QUI mal y pense [MAL haya QUIEN mal piense]’, frase cara a la dama y título de uno de los dibujos presentes, seleccionados, una frase que no es suya sino el lema de la Orden de la Jarretera, el más alto pináculo aristocrático británico, del que forman parte sólo 25 mortales, entre ellos Margart Teatcher. Su traducción literal del francés antiguo es «Que la vergüenza caiga sobre aquel que piense mal de ello», a pesar de que a veces es re-interpretada como «Que el mal caiga sobre aquel que piense mal». Según la tradición esta frase fue pronunciada por el rey Eduardo III de Inglaterra cuando estaba bailando con la Condesa de Salisbury. La liga de la condesa se deslizó hasta su tobillo, ante lo cual aquellos que la rodeaban se sonrieron ante la humillación de la condesa. En un acto de caballerosidad Eduardo se colocó la liga alrededor de la pierna, diciendo «Honi soit qui mal y pense», y posteriormente la frase se convirtió en el lema de la Orden. A Bourgeois le gustaba el lema, aunque no sabemos si de manera textual o teñido de la imprescindible ironía y distanciamiento.
La selección incluye esculturas a menudo forradas de trapos y lana tejida, dibujos, celdas-células, grabados sobre tela, ensamblajes o remiendos. De las más de 60 obras que componen la muestra sólo dos de ellas –Rejeccion y Seven in bed – se había visto antes en nuestro país, en la exposición que se le dedicó a la artista en Málaga en 2004. La comisaria nos dice que ‘en las obras afloran los temas de sus obsesiones, tratados de forma lapidaria o exhaustiva, sin ninguna concesión, con la distancia o densidad de la experiencia, cuestionando o dando testimonio de una vida y de una obra que dejarán su marca indeleble sobre el siglo XX’.
Bueno. ¿Qué es lo que vemos? La obra de una mujer: sin duda; repleta de embarazos y partos, de sangre rosa menstruada, de materiales blandos y caseros, de ternura muy dañada ya, tal como se llega al final de la vida. Vemos recién nacidos aún unidos por el cordón umbilical a su madre, un cordón quizás simbólico que nace extrañamente en el ombligo materno. Vemos celdas cerradas con puertas desvencijadas donde una silla vacía nos espera. Vemos jaulas de tela metálica que encierran cabezas de trapo dolientes o muñecos desmadejados, vestidos elegantes y bobinas de hilo. Vemos dibujos infantiles, figuras de trapo, serenas series de litografías para empapelar la mente y diseccionar las horas del día, cuerpos amputados en los que crecen retorcidas ramas; vemos esculturas escuetas de bronce que parecen vestidas de telas, y sólo una mención a sus famosas arañas, una soñada tela de geometría perfecta, pintada sobre un tejido rosa. Vemos manchas que semejan mujeres de múltiples pechos colgantes y hombres de falos tiesos, vemos bebés mamando, y más vientres preñados y ubres goteantes. Y 16 paneles terminados en 2010 de lo que parecen úteros donde navegan cuadrillas de espermatozoides como víboras juguetonas. La última obra de la exposición pertenece a una serie de paneles ilustrados con técnicas mixtas en los que una frase garabateada acompaña a imágenes cada vez más abstractas. La frase última dice: ‘Estoy haciendo las maletas’. No sabemos el día en que la escribió. Ella murió el 31 de mayo.
Para Tilkin, en sus últimos trabajos afloran los mismos temas que la obsesionaron aa lo largo de su vida, tratados de forma exhaustiva, sin ninguna concesión, con la distancia de la experiencia: “Nos entrega sus últimas batallas con su intransigencia de siempre”. Nosotros vemos una vida cumplida, una artista realizada, una biografía zizagueante como la de cualquiera si no hubiera sido por el dinero y la fama.
Louise Bourgeois escribió mucho para superar sus miedos y obsesiones, como terapia de compañía para su inclinación psicoanalítica. Decía: El arte es una huida, no un destino… Voy a enhebrar mis fracasos como perlas alrededor de mi cuello, son los fracasos los que nos hacen mejorar… Todas estas piezas transmiten uno de dos mensajes, según se vea desde tu punto de vista o desde el mío.
El catálogo es ejemplo de lo que no debe ser un catálogo para una exposición abierta al gran público. Sus análisis son infumables y su cronología tan detallada que despista. Falta una visión de conjunto de su larga obra, falta una buena biografía vital y artística, y faltan valoraciones que no se suban a la parra.
Las casualidades nunca lo son del todo. La Casa Encendida, un magnífico centro cultural orientado a los jóvenes a modo de incubadora de talentos e intereses artísticos, cumple su primera década de vida celebrando el trabajo de una nonagenaria. Bonita moraleja y bonito principio para una etapa más madura y fértil.
Y más difícil, porque esta primera década ha sido totalmente subvencionada por la Obra Social Caja Madrid, y Caja Madrid ya no existe, se llama Bankia, ha sido nacionalizada y está en la más absoluta ruina. Ha sido complicado trazar un camino propio dentro de la gran competencia de centros culturales y artísticos existentes en Madrid. Tiene una orientación juvenil que a menudo se confunde con banal y en ella se dan cita desde expresiones artísticas vanguardistas, cursos y talleres sobre medio ambiente o solidaridad, artes escénicas, cine, exposiciones y otras manifestaciones de la creación contemporánea. Desde sus comienzos, apoya a jóvenes creadores en el desarrollo de sus iniciativas con programas como Emergencias, En Casa o el programa Artistas en Residencia. Y cuenta con grandes recursos (biblioteca, mediateca, hemeroteca, laboratorio de radio, fotográfico y multimedia) accesibles a todos los aspirantes a orientar su vocación hacia la cultura y el arte. Además de obsequiarnos con la visión del final de Louise Bourgeois, La Casa Encendida debería presentar un balance de lo realizado. ¿Cuántos artistas han salido de aquí en estos diez años, cuántos jóvenes se han orientado hacia el mundo de la cultura, cuántas vocaciones han podido cumplirse, cuántas ideas y creaciones se han generado?
Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 7
Despliegue: 7
Comisariado: 7
Catálogo: 5
Actividades complementarias: 7
La Casa Encendida
Exposición de Louise Bourgeois. «HONNI soit QUI mal y pense»
Sala A, Sala B, Sala C, Sala D, Sala E
Del 19 Octubre de 2012 al 13 Enero de 2013
De 10:00h a 21:45h
Entrada libre
-Documentales. En miércoles alternos a las 20.00h proyección de:
Louise Bourgeois, de Camille Guichard. Francia, 1993. 57 min. VOSE.
Louise Bourgeois. The Spider, The Mistress and the Tangerine, de Marion Cajori y Amei Wallach. EE.UU., 2008. 99 min. VOSE.
-Ciclo de cine: “Al hilo de Louise” Sábados y domingos de noviembre y diciembre. Sábados a las 20.00 y domingos a las 18.00
-Taller para niños dedicado a Bourgeois que se celebrará lunes, miércoles (estos dos días para grupos escolares) y sábados.
-Visitas guiadas gratuitas y atención en sala los sábados y domingos a las 12 y a las 17h, hasta las 14 y las 20h respectivamente.
-La Biblioteca de La Casa Encendida ofrece una selección de catálogos y ensayos sobre Louise Bourgeois para consulta y préstamo.