El artista checo Jiří Kovanda (Praga, 1953) presenta ‘Dos anillos dorados’ en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro. El artista austriaco Heimo Zobernig (Mauthen, 1958) presenta su primera exposición retrospectiva en este país en el Palacio de Velázquez, a escasa distancia del anterior. Dos propuestas interesantes que justifican una visita a uno de los lugares más bellos del Parque del Retiro en el mejor momento para hacerlo, el otoño.
Kovanda es una de las figuras más conocida del arte checo contemporáneo y comenzó en los años setenta a realizar intervenciones públicas sutiles y y efímeras que buscaban una respuesta en la gente. La obra que ha creado para esta ocasión se inscribe en el tipo de trabajo que el artista ha realizado durante las últimas décadas, instalaciones con objetos cotidianos que buscan interactuar con el público en un registro diferente al de sus acciones.
Un trenzado simétrico con cordel de bramante rodea el espacio central del Palacio de Cristal, el monumental invernadero construido en 1887 con ocasión de la Exposición de las Islas Filipinas, uno de los edificios más hermosos de la ciudad. Cientos de metros de cordel sin nudos ni interrupciones cuyos dos extremos terminan anudados por un simple anillo. Junto a ello, sólo un detalle más. En el suelo, a unos metros, un felpudo de hierba seca en el que semioculto yace otro anillo. igual que el anterior. Y eso es todo.
En el folleto de presentación se dice que los dos anillos pretender indagar sobre lo visible y lo invisible, lo valioso y lo funcional. “Las cosas sencillas y baratas pueden resultar importantes, extraordinarias, mientras que los objetos caros pueden ser invisibles. Y a veces al contrario. Sin embargo, lo barato y lo caro tienen el mismo valor. Depende sólo de la situación.” La magnitud del edificio y su carácter transparente influyen en el resultado de la intervención. Los anillos dorados, debido a su pequeñez, no podrían ser localizados por el visitante sin la ayuda de la cuerda o de la superficie de hierba.
Moraleja: el valor concedido a los objetos es pura convención y el sistema que lo sostiene, precario y transitorio; como la moneda de un país, está sometido a fluctuaciones de índole diversa.
DEL CORDEL A LOS EMBALAJES
A un centenar de metros, tras bordear el precioso estanque y dedicar un vistazo arrobado al surtidor central, a los patos que lo surcan y a los anaranjados árboles que lo bordean, el paseante ávido de sosiego y ánimos se encamina al otro palacio, al llamado de Velázquez, de esta pareja de sucursales de lujo del Museo Reina Sofía, un par de regalos que ya querría cualquierotros museo del mundo
La primera exposición retrospectiva realizada en España del artista austriaco Heimo Zobernig (Mauthen, 1958) reúne aproximadamente cuarenta obras (pinturas, esculturas, vídeos, e instalaciones) y recoge desde sus primeros trabajos,
realizados a mediados de los años ochenta, hasta los más recientes. Dicen que es uno de los artistas más relevantes del panorama europeo actual. Razón de más para ver su propuesta y juzgar con el propio juicio, algo que todavía es gratis y no está prohibido. “Zobernig se apropia de las historias del arte para cuestionar sus relatos y posiciones ideológicas subyacentes,
subvirtiéndolas y reinterpretándolas con una economía de materiales, medios y metodologías que resulta lúdica, mordaz, inquietante y cautivadora”, nos explican para ponernos en situación.
Para Zobernig, el proceso de montar una exposición, el contexto de la misma, constituyen precisamente lo que él expone. El suelo situado bajo la escultura es tan interesante para el artista como la escultura en sí, y una pintura colgada en la pared interesa menos que la caja en la que ha sido transportada o el embalaje de una escultura. Contenedores de materiales y aspectos diferentes se presentan como objetos de arte autónomos. Elementos de infraestructura como pedestales, marcos, falsos muros, cartelas, pantallas de proyección, sillas y bancos, textos de pared, etc. se convierten en esculturas, instalaciones, vídeos y pinturas que se presentan como obras de arte. Hay que tener moral y valor para ello. A algunos críticos y teóricos del arte actual les parece todo un logro, un gesto ético y hasta un desafío visual.
El artista rompe con lo establecido, interviene en las salas jugando con la arquitectura y la desafía. Muestra lo que normalmente se esconde en un montaje: andamios, salidas de emergencia, cajas de embalaje, pedestales, muros falsos…. Para él, el espacio en sí es parte esencial de la exposición. “El Palacio es un todo, en el que en ocasiones y debido a mi intervención, algunas partes se condensan y otras parecen hacerse más amplias. Con mi propuesta no deseo ocultar las cualidades arquitectónicas del edificio, sino proporcionar al visitante una nueva experiencia del espacio”, dice.
Nada más entrar, el visitante se encuentra con una gran instalación de telones negros que acotan un espacio interior en el que aparecen colgados cuadros blancos. Se puede entrar entre telones pero nadie se atreverá a hacerlo más que por la puerta. Más allá un gran tabique huérfano y deterioriado. Grandes cajones, tarimas y algunas pinturas para dar ambiente.
Zobernig quiere invitar al visitante a participar en esta obra, a contemplar su propio papel como algo más que un mero espectador, formando parte esencial de una exposición orquestada y coreografiada: “no existe el arte sin espectadores. La audiencia es un fenómeno social. Esta exposición invita al visitante a adentrarse y sumergirse para así experimentar tanto la noción de espacio y arte, como la de expansión en el tiempo. Muchos de los elementos que detonan estas experiencias son invisibles; es la nada en medio de todo esto”.
Ocasión que ni pintada para volverse a hacer la pregunta inevitable: ¿es esto arte?. Y responderla. Pues sí, aunque no lo parezca, es arte. Cuestiona, sorprende, desubica, desplaza, altera y finalmente sosiega. Sin duda, es arte.
Aproximación a las exposiciones (del 1 al 10)
Interés: 7
Despliegues: 8
Comisariados: 7
Catálogos: no disponibles
Folletos explicativos: 6
Actividades complementarias: no disponibles.
MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA
PALACIO DE CRISTAL
Jiří Kovanda
Dos anillos dorados
FECHAS: 30 de octubre de 2012 – 24 de febrero de 2013
LUGAR: Palacio de Cristal, Parque del Retiro, Madrid
ORGANIZACIÓN: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
COORDINACIÓN: Gemma Bayón y Natasha Goffman
Con la colaboración del Centro Checo en Madrid
PALACIO DE VELÁZQUEZ
Heimo Zobernig
FECHAS: 8 de noviembre de 2012 – 15 de abril de 2013
LUGAR: Palacio de Velázquez, Parque del Retiro (Madrid)
ORGANIZACIÓN: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y Kunsthaus Graz
COMISARIADO: Jürgen Bock
COORDINACIÓN: Fernando López.