Bulgari y Roma, joyas y monumentos

Una de las más famosas joyerías del mundo expone las mejores piezas de su historia

Bulgari y Roma, joyas y monumentos
Bulgari y Roma - Museo Thyssen-Bornemisza

Las piezas más destacadas de una de las joyerías más famosas del mundo, enmarcadas en la ciudad en la que se inspiraron. El Museo Thyssen-Bornemisza presenta una exposición sobre cómo la arquitectura y el arte de la Ciudad Eterna han servido de inspiración a los diseñadores de la firma a lo largo de su historia. Un anillo en platino con perlas naturales y diamantes de 1963 recrea el inconfundible perfil de las iglesias gemelas de la Piazza del Popolo. En el broche de 1934 inspirado en Piazza Navona, destacan tres diamantes de grandes dimensiones con una disposición similar a las famosas fuentes que adornan la plaza: la de los Cuatro Ríos en el centro, diseñada por Bernini, flanqueada a ambos lados por las fuentes del Moro y de Neptuno. Una muestra entre el lujo y el turismo para solaz y entretenimiento del público.

No es la primera vez que el Thyssen realiza una incursión en el ámbito de la moda, habrán sido quizás media docena en una década: recordemos la muestra de portadas de la revista Vogue en 2105 (ver nuestra reseña) o la dedicada al directo competidor de Bylgari, ‘El Arte de Cartier’, en el otoño-invierno de 2012-2013, coincidiendo con la que exponía por las mismas fechas la Fundación Mapfre en honor de Jean Paul Gaultier (ver nuestra reseña).

Bulgari se ha inspirado tradicionalmente en los monumentos de la ciudad para sus creaciones. El Coliseo, la plaza de San Pedro, la escalinata de la plaza de España o el Panteón han sugerido collares, pulseras, pendientes y broches realizados en oro o platino y piedras preciosas de múltiples colores: gemas que recrean las características cúpulas del paisaje romano, diseños geométricos reflejo de las líneas puras de las ruinas, o el brillo del oro que recuerda a las volutas del Barroco, son algunos de los detalles que resaltan los organizadores.

Para poner de manifiesto esta supuestamente estrecha vinculación -Roma como hilo conductor, simbólico y artístico de las creaciones de esta firma fundada en 1884-, la muestra reúne casi centenar y medio de piezas de joyería de la Colección Heritage de Bulgari, a las que se suman otras cedidas para la ocasión por afortunadas propietarias como la Baronesa Thyssen (entre 14 y 16 piezas expuestas son suyas). La rutilante joyería se enmarca, se compara y se realza con una treintena de pinturas -entre ellas una de Canaletto-, dibujos, esculturas y fotografías de la ciudad.

Bulgari ha corrido con toda la responsabilidad del montaje y ofrece un despliegue sugerente de atmósfera íntima en el que al parecer no faltarán olores y sonidos evocadores, además de elementos interactivos y hologramas, exaltando todo ello los más de 130 años de historia de la firma, desde los adornos y accesorios realizados artesanalmente en plata a finales del siglo XIX por su fundador, Sotirio Bulgari, o las piezas de platino y diamantes de las décadas de 1920 y 1930 que seguían todavía las pautas de la joyería francesa, hasta las creaciones más actuales, incluyendo joyas espectaculares de las colecciones de la casa, las Serpenti, Monete, Parentesi o Bulgari Bulgari.

El recorrido empieza por el Coliseo. Lo vemos ya en un brazalete de 1934 que combina diamantes con piedras de un solo color, el rojo de los rubíes. Se trata de una joya que mantiene el estilo geométrico y art déco predominante en las primeras décadas del siglo XX, pero que muestra un uso temprano de la llamada talla cabujón, que confiere a la piedra una forma redondeada; una técnica que terminaría siendo distintivo de la marca. Por su parte, la columnata y la plaza de San Pedro, diseñadas por Bernini como un inmenso lugar de acogida en el que las columnas envolvían y guiaban a los peregrinos hasta la iglesia, dieron origen a una serie de broches en la década de 1930, todavía de influencia art déco pero con piedras redondeadas que realzan su diseño arquitectónico. Y la confluencia en Piazza del Popolo de Vía del Corso, Vía Ripetta y Vía del Babuino, conocida como el Tridente, se reproduce en un collar convertible en broche, realizado en 1955 en oro y platino con tres filas de rubíes y un lazo de diamantes.

Las líneas curvas de la doble escalinata de la plaza de España, recientemente restaurada gracias al patrocinio de Bulgari, inspiraron la creación en 1938 de un collar de platino y diamantes que puede transformarse en dos pulseras, dos broches alargados y otros dos más pequeños, típico ejemplo de la joyería convertible de la década de 1930. En 2016, una nueva joya recoge la inspiración de la escalinata: un collar en oro con esmeraldas, rubíes, zafiros y diamantes que evocan las azaleas que la decoran en primavera.

Las diez figuras aladas que diseñó Bernini para el puente de Sant’Angelo inspiraron el diseño en 1938 de una pareja de pendientes de platino y diamantes. Del mismo modo, la forma pentagonal del Castillo del mismo nombre se recrea en un suntuoso collar de 1991, con las gemas dispuestas simétricamente sobre una base de oro y con llamativa combinación de colores y el uso creativo de las piedras preciosas para adaptarlas al diseño de la pieza, con partes redondeadas y otras angulares.

En fin, todo muy curioso y un derroche de imaginación por parte de la comisaria de la exposición, Lucia Boscaini, directora del Departamento de Legado Histórico de Bulgari, sin que falte el collar de platino con zafiros y diamantes que perteneció a Elizabeth Taylor, regalo de Richard Burton en 1972 por su 40 cumpleaños, ni el collar en oro y diamantes de 1992 que recuerda la cúpula del Panteón. Una serie de broches de finales de los años 80 rinde homenaje a la simetría del templo de Venus y Roma, mandado construir y diseñado por el emperador Adriano, con dos ábsides contrapuestos que comparten la misma pared donde se situaban las estatuas de Venus Felix y Roma Aeterna. Los jeroglíficos de los obelismos traídos de Egipto han inspirado el diseño de collares desde la década de 1970, con incrustaciones realizadas en nácar o cornalina. Otros collares y brazaletes recrean el ppavimento de la Vía Apia. La inmensa estrella circular que decora el pavimento de la plaza del Campidoglio se reinterpretó en 1955 en una pareja de broches de platino, rubíes y diamantes que pertenecieron a Anna Magnani, quien solía lucirlos junto con los pendientes “Tridente”.

Descendiente de una familia griega de orfebres, Sotirio Bulgari, fundador de la firma, en 1905 inauguró la actual sede de la casa. De sus seis hijos, Giorgio y Constantino se hicieron cargo del negocio en 1932 y le dieron una personalidad propia. Con la ‘dolce vita’ de los 50-60, la firma se dio a conocer entre actrices y protagonistas de la jet set italiana e internacional, lo que llevó el nombre de la marca por todo el mundo. Cuando fallecieron Giorgio y Constantino en 1966 y 1973 respectivamente, los hijos de Giorgio, Paolo y Nicola, ya formaban parte de la empresa y dirigían activamente el negocio y su producción creativa. La década de 1970 significó la primera fase de la expansión internacional de la casa, con la apertura de tiendas en Nueva York, Ginebra, París y Montecarlo. En 2011, Bulgari se unió al grupo de lujo LVMH (Louis Vuitton Moët Hennesy). Coincidiendo con la celebración de su 125 aniversario, en 2009, comenzó la organización de diversas exposiciones retrospectivas que han llevado las creaciones de Bulgari por ciudades como Roma, París, Pekín, Tokio o Shanghái, aunque la exposición de Madrid, sugerida por el museo a la firma, tiene este formato diferente vinculado a Roma que el Thyssen eligió sobre el anterior ya rodado.

A Bulgari no le faltan competidores en el mercado del lujo más lujoso, especialmente las firmas fundadas por Pierre Cartier (1878 – 1964) o Charles Lewis Tiffany (1812 – 1902), sin olvidar Harry Winston, Buccellatti, Van Cleef&Arpels, Graff, Piaget, Choppar o Mikimoto.

En la inauguración a todo trapo, el Museo Thyssen-Bornemisza vivió una velada de excepción, una fiesta plagada de famososo y famosuelos de tertulias audiovisuales y papel couché, lo que explica que las revistas de glamour estén copando la información sobre una propuesta heterodoxa y atractiva. Los museos del mundo luchan por su supervivencia, se transforman en contenedores de algo cada vez menos definible por el significado convencional de las viejas palabras arte y cultura.

Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 7
Despliegue: 7
Comisariado: 7
Catálogo: n/v
Documentación a los medios: 8
Folleto explicativo: 8

Museo Thyssen-Bornemisza
Bulgari y Roma
Del 30 de noviembre de 2016 al 26 de febrero de 2017
Comisaria: Lucia Boscaini, directora del Departamento de Legado Histórico de Bulgari
Coordinadora: Laura Andrada, Área de Conservación del Museo Thyssen-Bornemisza
Catálogo con textos de Bulgari, publicación digital en la app Quiosco Thyssen, y app Bulgari y Roma
Organizador: Museo Thyssen-Bornemisza, en colaboración con Bulgari.

INFORMACIÓN PARA EL VISITANTE:
Museo Thyssen-Bornemisza
Dirección: Paseo del Prado, 8. 28014, Madrid. Salas Moneo, planta -1
Horario: de martes a viernes y domingos, de 10 a 19 horas; sábados, de 10 a 21.
Entrada única: Colección permanente y exposiciones temporales:
– Entrada general: 12 €
– Entrada reducida: 8 € para mayores de 65 años, pensionistas, estudiantes previa acreditación
y familias numerosas
– Entrada gratuita: menores de 12 años y ciudadanos en situación legal de desempleo
Venta anticipada de entradas en taquillas, en la web del Museo y en el 902 760 511
Más información: www.museothyssen.org

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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