La Obra Social «la Caixa» presenta en CaixaForum Madrid la exposición ‘Ramon Casas: la modernidad anhelada’, una retrospectiva inaugurada en Sitges hace dos años, arropada por una nutrido acompañamiento de obras de sus contemporáneos. No han podido catalanizar el apellido de momento, pero ya le han quitado el acento al nombre. Convertida en avanzadilla promocional del separatismo montaraz gracias a las nutridas subvenciones de esta institución -500 millones de euros de presupuesto en 2016- resulta especialmente llamativa en tiempos en que el sector cultural se queja de falta de apoyos. Aquí han sobrado: demasiada exposición para tan discreto artista.
La conmemoración del 150 aniversario del nacimiento de Ramón Casas Carbó (1866-1832) se ha convertido en Cataluña en un disparate con 23 muestras expositivas y cien entidades participantes a lo largo de dos años. Dentro de tal despliegue de nacionalismo exclusivista, han tenido el detalle de enviar esta embajada a Madrid organizada junto al Museu Nacional d’Art de Catalunya y Els Museus de Sitges a mayor gloria de un localismo cultural inigualable.
Casas fue un pintor español célebre por sus retratos, caricaturas y pinturas de la élite social, intelectual, económica y política de Barcelona, Madrid y París. Junto con Santiago Rusiñol, miró mucho a París para proporcionar a la burguesía de su tiempo el arte academicista y ostentador que demandaba. El padre había hecho fortuna en Matanzas, probablemente gracias a la esclavitud vigente entonces en Cuba. A los 17 años se autorretrató vestido de torero «de corto», un cuadro que presenta en el Salon des Champs-Élysées. Su interés por los temas españoles comenzó en el taller parisino de su maestro Carolus-Duran, influido en aquella época por Manet y, a través de éste, por Velázquez. Allí aprende anatomía y perspectiva y se apasiona por Velázquez a quien más tarde estudiaría directamente en el Museo del Prado, de Madrid.
Realizó exposiciones de éxito en Madrid en 1892 y 1894. En 1903 presentó en París ‘La carga’ que más tarde renombró como ‘Barcelona, 1902’ en referencia a una huelga general ocurrida dos años después de que pintara el cuadro. En 1904, durante una estancia en la capital española, realizó una serie de caricaturas de la élite madrileña así como de pintores como Joaquín Sorolla y Agustín Querol, escultor oficial del gobierno español. En el estudio de Querol realizó un retrato ecuestre del rey Alfonso XIII que fue adquirido por el coleccionista norteamericano Charles Deering. Prestó mucha atención a la fiesta nacional, y sus trabajos sobre tauromaquia ocupan lugar destacado en su producción. Su madre compró en 1907 el monasterio de San Benito de Bages, donde Ramón Casas pasó largas estancias y el cual finalmente heredó. Otra exposición en Madrid se realizó en el Ministerio de Turismo e incluía retratos de figuras destacadas de la ciudad, incluido el rey. A su muerte en 1932 era ya una figura del pasado.
La exposición incluye dibujos, carteles y cuadros del pintor catalán junto a numerosa representación de otros artistas contemporáneos: ‘Este ejercicio de comparación sirve para presentar a Casas dentro del contexto europeo y aporta más elementos para valorar la verdadera dimensión de la creación artística del pintor’, dicen los organizadores. Lo cierto es que Toulouse-Lautrec, John Singer Sargent, Santiago Rusiñol, Julio Romero de Torres, Joaquín Sorolla, Joaquín Torres García o Pablo Picasso sirven para redoblar el interés de una exposición demasiado ampulosa. Han traido a Madrid un escesivo despliegue de sus convencionales carteles comerciales, pero no se expone el citado ‘La carga’ ni los retratos a carboncillo de Miguel de Unamuno o Benito Pérez Galdós. Pero sí están esos interesantes cuadros suyos retratando acontecimientos sociales de la Barcelona de su época como si de un reportero gráfico se tratara, ya fuera una ejecución pública a garrote vil con capirotes inquisitoriales o una procesión del Corpus Christi con la misma devoción que en Toledo.
Para presentar la exposición se trasladó a Madrid una nutrida embajada cultural catalana, con Pepe Serra, director del Museu Nacional d’Art de Catalunya, Vinyet Panyella, la directora de los Museos de Sitges y comisaria del Año Ramon Casas, Ignasi Domènech, jefe de Colecciones de los Museus de Sitges y Francesc Quílez, coordinador de colecciones del Museu Nacional d’Art de Catalunya. En ningún momento se mencionó la palabra España en unos discursos repletos de vocación universalista y europea.
Ha sido tan apoteósica la celebración de este aniversario en Cataluña que las cotizaciones de su obra se han disparado entre la élite soberanista de esa comunidad autónoma. No obstante, hay que decir que ya en 2013 el Museo Carmen Thyssen reunión medio centenar de obras en su muestra ‘Casas-Rusiñol. Dos visiones modernistas’, una mirada menos prepotente y quizás más precisa.
Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 6
Despliegue: 6
Comisariado: 6
Catálogo: 7
Programa de mano: 8
Documentación para los medios: 8
CaixaForum Madrid
‘Ramon Casas. La modernidad anhelada’
Del 8 de marzo al 11 de junio de 2017
Comisarios: Ignasi Domènech y Francesc Quílez
Organizada por la Obra Social ”la Caixa” junto con el Museu Nacional d’Art de Catalunya y Museus de Sitges.
Con la colaboración de la Generalitat de Catalunya, la Diputación de Barcelona y el Ayuntamiento de Sitges.
Paseo del Prado, 36,
28014 Madrid
Tel. 913 30 73 00
Horario: abierto cada día, de lunes a domingo, de 10 a 20 h
Precios: entrada gratuita para clientes de ”la Caixa”. Entrada para no clientes, 4 € (incluye el acceso a todas las exposiciones). Entrada gratuita para menores de 16 años.
Venta de entradas: en CaixaForum en horario de atención al público y en internet, www.caixaForum.com/agenda.