Al menos uno de los tres esqueletos hallados dentro de un sarcófago negro de granito en la ciudad egipcia de Alejandría puede pertenecer a un guerrero, informa prensa local citando al secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, Mohamad al Vaziri. Sí se sabe que los tres eran varones.
Los científicos han llegado a esta conclusión tras determinar que uno de los cráneos fue dañado con un arma blanca, posiblemente en una batalla. Y ello pudo haber causado la muerte a este individuo.
Los otros dos cráneos no presentan este tipo de impacto, aunque los restos estaban dañados significativamente por el agua que había en el interior del sarcófago, y podrían pertenecer también a guerreros o familiares del soldado. Ahora los científicos tienen previsto usar las últimas tecnologías para restaurar la apariencia física de las personas halladas cuyos restos se han encontrado en el sarcófago.
El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades egipcio ha acabado con las esperanzas de los expertos que creían que el sarcófago albergaba los restos del legendario conquistador Alejandro Magno.
Alejandro III de Macedonia (Pela, Grecia, 20 o 21 de julio de 356 a. C.–Babilonia, 10 o 13 de junio de 323 a. C.),más conocido como Alejandro Magno (griego: Μέγας Αλέξανδρος, romanización: Mégas Aléxandros) o Alejandro el Grande, fue el rey de Macedonia desde 336 a. C. hasta su muerte en junio de 323 a. C.
Hijo y sucesor de Olimpia de Epiro y Filipo II de Macedonia, su padre, quien lo preparó para reinar, proporcionándole una experiencia militar y encomendando a Aristóteles su formación intelectual, según wp. Alejandro Magno dedicó los primeros años de su reinado a imponer su autoridad sobre los pueblos sometidos a Macedonia, que habían aprovechado la muerte de Filipo para rebelarse.
Como hegemón de toda Grecia en concepto de sucesor de su padre (asesinado), continuó el plan de su padre y el que habían aprobado las polis griegas: conquistar el vasto imperio de Persia, para vengar todos los daños que les habían causado a los griegos por siglos, incluyendo la captura de todas las ciudades costeras de Asia Menor y varias islas del mar Egeo.
Preparó un ejército de aliados griegos (mayormente macedonios) y en el año 334 a. C. se lanzó con su pequeño ejército, de apenas 40 000 hombres, contra el poderoso Imperio persa: una guerra de venganza de los griegos —bajo el liderazgo de Macedonia— contra los persas.
Vaziri se refirió a quienes hablaban de que el sarcófago estuvo cerrado más de dos milenios por encerrar alguna maldición al asegurar que se encontraba entre quienes lo abrieron y no le ha ocurrido nada.