Pasen y vean el hospicio de utopías fallidas

Preguntas y preguntas de un artista que busca una sociedad sin clases y sin espectadores

Pasen y vean el hospicio de utopías fallidas
Luis Camnitzer. Hospicio de utopías fallidas - MCARS

Bonito título para una interesante exposición, la del artista uruguayo Luis Camnitzer, nacido en Alemania y residente en Estados Unidos desde 1964, un artista conceptual/contextual volcado en la capacidad del arte para generar reflexión. El arte conceptual ha dado lugar a toda clase de timos e imposturas, por eso cuando aparece alguien que ironiza con preparación intelectual y vital sobre nosotros y nuestras circunstancias, hay que aprovecharlo. Conceptual o contextual, etiquetas al fin y al cabo.
 
El Museo Reina Sofía presenta la primera retrospectiva dedicada a este artista uruguayo de origen alemán que ha cumplido ya los ochenta en buena forma tras una prolífica obra. Se propone una revisión de toda su carrera a través de los trabajos más emblemáticos, atendiendo a los conceptos clave sobre los que ha trabajado: la desmitificación del papel del artista en la sociedad del consumo, la capacidad artística del lenguaje, la desmaterialización del objeto artístico, el poder evocador de las imágenes y la implicación activa del espectador. Entrevistado la víspera, declaraba: ‘El arte conceptual siempre me resultó problemático porque, además de ser formalista, lo que buscaba era llegar al espíritu del arte sin cuerpo, una cosa mística que me interesa nada. El arte contextual es utilizar el mínimo estímulo para un máximo efecto. Utilizar el arte como una caja de resonancia. Eso es lo que hago, buscando activar al espectador de manera eficiente, una acción, sin duda, militante. La política en el arte puede filtrarse en la narrativa del contenido o en el efecto que puede tener una obra para el espectador. Ésa es la que me interesa’
 
La exposición se despliega en torno a tres ejes. El primero,  tomando como punto de partida la desmaterialización del objeto artístico, plantea procesos de pensamiento que abordan la realidad política y social. Las primeras obras que anuncian estas ideas se inscriben dentro del Mail-Art y pertenecen a la década de los sesenta: Adhesive Labels [Etiquetas adhesivas] (1966) y Envelope [Sobre] (1967), y más tarde otras como la serie Autorretratos/Selfportraits (1968-1972) o la instalación Living Room [Sala comedor] (1969), en la que los objetos de las paredes y del suelo se representan a través de descripciones lingüísticas, difuminando así, en el reducido espacio de una habitación, las fronteras entre lo visual y lo textual.  Es sin duda lo más atractivo para el visitante ávido de jugar a las ocurrencias, las adivinanzas, las boutades y los descubrimientos.
 
El segundo eje consta de obras más comprometidas, en las que los elementos visuales adquieren mayor prominencia. Son las que  podríamos llamar “arte político”. Aunque esta tendencia tiene su inicio en los años setenta con Leftovers [Restos] (1970), no será hasta los ochenta, los noventa y el siglo XXI cuando Camnitzer realice las obras políticas de mayor repercusión, como Uruguayan Torture Series [Serie Tortura Uruguaya](1983-1984), Los San Patricios (1992), El Mirador (1996), Documenta Project  (2002), o Memorial (2009). Con el tiempo que ha pasado, quizás podría completar su crítica a la represión de la dictadura uruguaya con algunas reflexiones sobre el contexto revuelto y revolucionado del Cono Sur en aquel tiempo.
 
Por último, el tercer eje presta atención al empeño educativo de Camnitzer, entendida no como enseñanza, sino como cuestionamiento, desafío, descubrimiento colectivo. Este ideario se encuentra en Insultos (2009) o en la serie Cuaderno de ejercicios (2011/2017), y en instalaciones como Lección de historia del arte, lección n.º 1 (2000), El aula (2005) y El museo es una escuela (20092018), todas ella presentes en la muestra. Mi utopía -dice- es una sociedad igualitaria, justa, sin clases, creativa y con el poder equitativamente distribuido. Resbaladizo terreno el del artista que aspira a educarnos, a educarnos en qué.

La obra Utopías fallidas (2010/2018), incluida en esta sección, da título a la exposición por deseo expreso del artista. En consonancia con su ironía, hace alusión a la historia “oscura” del edificio Sabatini como hospital y lugar para los “dementes o faltos de juicio”. El canario neoyorquino Octavio Zaya ya comiasarió en 2011 para la Comunidad de Madrid una muestra dedicada al nigeriano londinense Yinka Shonibare, ‘El futuro del pasado. Resonancias históricas para las condiciones actuales’ (ver nuestra reseña de entonces). Ahora se ocupa de este uruguayo nacido en Alemania y ciudadano de N.Y. Como inmortalizó La Verbena de la Paloma:

DON SEBASTIÁN – Hoy las ciencias adelantan, que es una barbaridad
DON HILARIÓN – ¡Es una brutalidad!
DON SEBASTIÁN – ¡Es una bestialidad!¡Es una bestialidad!

El recorrido es pleno de ironías, sugerencias y motivos para sonreir y para penar. Motiva la mirada atenta, gratifica en sus aciertos y justifica sin que sirva de precendente esta tendencia del arte actual a proponer ideas complicadas, conclusiones sorprendentes y chispazos intuitivos que si entretienen al público también motivan a quien busca alimento intelectual.

Un descubrimiento, el de Luis Camnitzer y sus incitaciones en forma de silogismos visuales. El silogismo es la noción central de la lógica aristotélica, pilar fundamental del pensamiento científico y filosófico desde su invención hace más de dos milenios. El silogismo es un razonamiento que consta de dos proposiciones como premisas y otra como conclusión, siendo la última una inferencia necesariamente deductiva de las otras dos. Luego llegó Hegel y después Marx: tesis, antítesis y síntesis. ¿Puede haber un silogismo con una sola proposición? Sí, cuando la otra es el contexto con el que siempre juega este artista de cuya vida nada se nos cuenta para poder compararla con su obra. La primera retrospectiva de sesenta años de trabajo continuado. Hay que tener muy disciplinada la intuición, como él dice, para llegar aquí con 80 años cumplidos y seguir en tus trece.

Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 8
Despliegue: 9
Comisariado: 8
Catálogo: 8
Folleto de mano: 9
Documentación a los medios: 9

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Luis Camnitzer. Hospicio de utopías fallidas
16 de octubre de 2018 – 4 de marzo de 2019
COMISARIADO:    Octavio Zaya
COORDINACIÓN:   Gemma Bayón.

 -En paralelo a la exposición el Museo ha creado un programa extendido de estudios, residencias y producciones culturales que pretende no ser un programa pedagógico, ni un programa artístico, ni un programa curatorial, sino una experiencia de aprendizaje cuyo objetivo fundamental será visibilizar la importancia de la educación artística como práctica emancipadora en las sociedades contemporáneas. Durante cuatro meses, tres grupos de trabajo abordarán las líneas argumentales del concepto de mediación, el papel de la formación de los artistas en la universidad y la reivindicación de la enseñanza artística en las etapas de la educación infantil, primaria y secundaria en España a través de herramientas como la lectura de textos especializados, el intercambio de ideas, el debate, diversos talleres y la elaboración de materiales; y en paralelo varios proyectos y colectivos de aprendizaje alternativo latinoamericanos serán invitados en residencia para expandir y enriquecer el debate. Un programa desarrollado con el mecenazgo de Fundación Banco Santander y con el apoyo de Fundación Daniel & Nina Carasso.
 

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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