Cae el último secreto

Desvelado el enigma: Velázquez usó una cámara oscura para pintar ‘Las Meninas’

Artistas como Vermeer, Caravaggio, Rembrandt y Van Eyck manejaban con total soltura instrumentos ópticos para dibujar sobre un papel una imagen reflejada por un espejo o lente

Desvelado el enigma: Velázquez usó una cámara oscura para pintar 'Las Meninas'
Las Meninas, de Velázquez. PD

Resuelto el misterio.

De momento…

«Las Meninas» es una de las obras maestras más icónicas de la historia del arte.

Pintada por Diego Velázquez en 1656, está repleta de detalles intrigantes, misterios y técnicas innovadoras que la hacen objeto de admiración y estudio continuo.

«Las Meninas« no solo es una obra maestra del retrato de corte, sino también un enigma visual que sigue fascinando a críticos, historiadores del arte y espectadores por igual:

  1. Un juego de perspectivas complejas: Las Meninas es famosa por su compleja disposición espacial y el uso magistral de la perspectiva. Velázquez se coloca a sí mismo pintando dentro de la pintura, lo que crea un juego de miradas entre el espectador, los personajes y el propio pintor. La obra está llena de capas visuales y líneas de visión que invitan al espectador a adentrarse en la escena.
  2. Espejo misterioso: En el fondo de la pintura, hay un espejo que refleja la imagen del rey Felipe IV y la reina Mariana de Austria. Este detalle ha sido objeto de debate: algunos creen que refleja lo que Velázquez está pintando en el gran lienzo frente a él, mientras que otros sugieren que los reyes están realmente en la misma habitación, fuera del cuadro, observando la escena.
  3. La infanta Margarita Teresa, protagonista central: Aunque la pintura incluye a Velázquez y otros miembros de la corte, el personaje central es la infanta Margarita Teresa, la hija de los reyes. Su posición y la luz que incide sobre ella la destacan del resto, subrayando su importancia.
  4. Personajes reales y simbólicos: La pintura incluye varios miembros de la corte, entre ellos, damas de honor (meninas), enanos y una dama de compañía. Cada uno tiene un rol específico y su inclusión aporta un aire de cotidianidad al cuadro, reflejando la vida diaria en el palacio. Además, se cree que algunos personajes también podrían tener un significado simbólico o alegórico.
  5. La inclusión de Velázquez como autor y personaje: Velázquez se retrató a sí mismo trabajando en el lienzo, lo cual era muy inusual para la época. Este autorretrato se ha interpretado como un gesto audaz, pues lo coloca en un nivel casi igual al de la realeza, subrayando la dignidad y el estatus del artista en la corte.
  6. El misterioso gran lienzo: Velázquez está pintando un gran lienzo en la obra, pero no se sabe con certeza qué está pintando. Este elemento añade un nivel de misterio adicional, ya que parece invitar al espectador a imaginar lo que el pintor podría estar creando en esa escena.
  7. Técnica y luz impresionantes: Velázquez utilizó una técnica pictórica suelta y brillante, con pinceladas rápidas y sugerentes, especialmente visible en las telas y los detalles de la luz. La iluminación de la escena está magistralmente controlada, dirigiendo la mirada del espectador hacia los personajes clave.
  8. Un cuadro dentro de un cuadro: Además del espejo, hay dos cuadros en el fondo de la habitación que se cree que son escenas mitológicas pintadas por Rubens, amigo de Velázquez. Estos cuadros dentro del cuadro añaden otra capa de complejidad a la composición.
  9. El perro de la corte: El gran perro mastín que aparece en la parte inferior derecha de la obra simboliza la lealtad y la fidelidad, y es un elemento que aporta realismo a la escena. La relajada postura del perro añade un toque de naturalidad y contraste con la formalidad de los personajes humanos.
  10. La obra como comentario sobre el arte: Las Meninas se ha interpretado como una reflexión sobre el estatus del arte y del artista en la sociedad. Al incluirse a sí mismo trabajando en una obra de tal complejidad, Velázquez eleva el acto de pintar a un nivel intelectual y filosófico, subrayando la importancia del arte como una forma de conocimiento y representación.
  11. Título posterior: El nombre Las Meninas no fue dado por Velázquez. Originalmente, la obra se conocía como La Familia de Felipe IV, y el título actual se adoptó más tarde, en referencia a las damas de honor (meninas) que rodean a la infanta.
  12. Conservación en el Museo del Prado: Las Meninas se encuentra en el Museo del Prado en Madrid, donde ha sido restaurada y estudiada en detalle. Sigue siendo una de las atracciones más destacadas del museo y un icono del arte barroco.

EL CONOCIMIENTO SECRETO

En «El conocimiento secreto», su didáctico libro sobre las técnicas y secretos de los grandes maestros de la pintura europea, David Hockney aseguraba que artistas como Vermeer, Caravaggio, Rembrandt y Van Eyck manejaban con total soltura instrumentos ópticos para dibujar sobre un papel una imagen reflejada por un espejo o lente.

Una aproximación a la cámara oscura, antepasado directo de las cámaras fotográficas, de la que también habría echado mano Velázquez a la hora de pintar «Las Meninas», según un estudio del profesor e investigador de la Universidad Politécnica de Cataluña Miguel Usandizaga.

«Sin esta máquina, Velázquez no habría podido conseguir con tal perfección la duplicación del espacio real en el cuadro, el efecto -¡tan barroco!- de la confusión entre la realidad y su representación», sostiene Usandizaga, investigador de la UPC, amén de arquitecto y profesor de la Escuela de Arquitectura del Vallés, en las conclusiones de sus pesquisas.

Una investigación de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), llevada a cabo con técnicas de dibujo asistido por ordenador (CAD), sostiene que Diego Velázquez habría usado una cámara oscura para pintar Las Meninas.

El autor de la investigación, el profesor de arquitectura Miguel Usandizaga, inició en el año 2000 una investigación cuyos resultados se han hecho públicos este 30 de julio de 2020 y que ha permitido llegar a nuevas conclusiones sobre la considerada obra maestra del pintor barroco.

Según señala Usandizaga, «la perspectiva y las líneas generales del cuadro fueron trazadas por Velázquez utilizando una cámara oscura de tipo cabina».

Más tarde, invirtiendo el funcionamiento de la cámara -iluminando su interior y oscureciendo la habitación-, «Velázquez proyectó el cuadro pequeño sobre un lienzo más grande en blanco y trazó las líneas generales del cuadro siguiendo la proyección» para a continuación «completar el cuadro grande«.

El último paso llevado a cabo por Velázquez, afirma Usandizaga, fue encargar a su yerno y discípulo, Juan Bautista Martínez del Mazo, la copia de las figuras del cuadro grande sobre el pequeño, para venderlo posteriormente.

Así se concluye que Las Meninas que forman parte de la colección de Kingston Lacy, en el condado de Dorset (Reino Unido), no son una reproducción del cuadro de Velázquez hecha por Martínez del Mazo -como se ha creído históricamente-, ni tampoco un modeletto o esbozo de Velázquez previo a la pintura del cuadro grande, como sostienen algunos investigadores actuales.

Para el arquitecto e investigador, se trata del «negativo pictórico» del cuadro grande, una obra iniciada por Velázquez y completada por el discípulo, con autoría, por tanto, los ambos pintores.

Proceso de análisis

La técnica de dibujo que ha permitido a Miguel Usandizaga desvelar los misterios de la creación de Las Meninas es la deconstrucción perspectiva, un «procedimiento inverso al de la construcción geométrica de la perspectiva, un análisis gráfico que ofrece posibilidades prometedoras si se hace con ordenador y software de dibujo en dos dimensiones», según el arquitecto.

Sobre Las Meninas, el estudio se ha llevado a cabo a partir de unas reproducciones fotográficas de las dos obras, que el arquitecto ha calcado con CAD y después las ha sobrepuesto y comparado.

El investigador sostiene que «al comparar nuestros calcos de las dos versiones del cuadro comprobamos que las perspectivas y las líneas rectas que definen los rasgos generales del espacio del cuadro eran, salvo la diferencia de tamaño, prácticamente idénticas» y una copia con esta precisión de un cuadro a otro «no puede conseguirse a simple vista y sí utilizando una cámara oscura».

En cuanto a los personajes, el investigador sostiene que «eran bastante diferentes entre un cuadro y otro» y que lo primero que le llamó la atención al compararlas fue la existencia, en el cuadro que se conserva en Kingston Lacy, de una línea vertical de ocho centímetros rematada en su parte inferior en punta de flecha, entre las piernas de Nicolasito Pertusato, un detalle situado en la parte inferior derecha del cuadro que no aparece en Las Meninas del Prado.

Este detalle demuestra, según el arquitecto, que el cuadro de Kigston Lacy «no puede ser una copia posterior del cuadro del Prado». Usandizaga es profesor de la Escuela de Arquitectura del Vallès (ETSAV) de la UPC e investigador del grupo de investigación Análisis Críticas de la Modernidad: Arquitectura y Ciudad de esta universidad.

 

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Autor

Fernando Veloz

Economista, comunicador, experto en televisión y creador de formatos y contenidos.

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