Con Internet y un teléfono móvil cualquiera puede colgar un vídeo en la web, antes tenías que tener la cámara y la película
Cuando Almodóvar transformó a Carmen Maura en la (muy) desaliñada madre de (una guapísima) Penélope Cruz en Volver, la actriz, quizá como venganza, ofreció una espectacular interpretación.
Lo mismo ocurre con Josiane Balasko (París, 15 de abril de 1950) en El erizo.
En un papel tan interesante como poco agraciado, la francesa da lo mejor de su talento interpretativo robando protagonismo a todo lo demás.
«Me llamo Renée, tengo 54 años, soy viuda, bajita, fea y regordeta», se autodescribe en el filme. Es la portera de una casa parisina de lujo, y, sin caer en exageraciones, podría añadir: «arisca, amargada, antipática y con un gran secreto».
Dos de sus vecinos- que junto a ella forman el trío sobre el que se articula la historia- se sienten fascinados por su personalidad oculta.
Una niña lista, muy repelente y con intenciones suicidas que ve en su familia burguesa a una panda de idiotas- y tiene razón-, y un japonés adinerado y encantador al que los convencionalismos le importan más bien poco.
Sin previo aviso, invita a la conserje a cenar. «¡Pero si soy la portera!», le espetará ella.
Inspirada en la novela de Muriel Barbery La elegancia del erizo, un fenómeno literario con ventas millonarias, la película dirigida por la debutante Mona Achache ya ha cosechado premios, entre ellos, el de la Juventud, el del Público y el de la mejor música original (para Gabriel Yared) en la pasada Seminci de Valladolid.
Allí, durante el festival vallisoletano, Josiane Balasko- directora y actriz de La clienta o Felpudo maldito, entre otras-, concedió amablemente esta entrevista a Periodista Digital.
Usted es directora y actriz. ¿Le cuesta no autodirigirse en las películas de otros?
Yo creo que, en general, los actores que no son directores se sienten frustrados. Sin embargo, como yo soy directora, sé lo que es, y por eso soy más fácil. Sé que dirigir es complicado y dejo hacer; dejo más espacio al director.
¿Y qué tal le fue con Mona Achache, que, además, es primeriza?
Muy bien, porque como digo, cuando yo soy actriz, solo soy actriz.
¿Había leído la Elegancia del Erizo?
No, en realidad leí la novela después de haber leído el guión.
¿Y cambia mucho?
Bueno, en el libro hay muchísimos diálogos interiores de la niña y de la portera, así que automáticamente no puede ser lo mismo, y mostrar eso en cine es más difícil. La película es muy diferente, pero toda la historia que se cuenta en el libro sí que está en la película.
Con el mismo final.
Sí. Esto no es una comedia americana, y, de ser así, causaría mucha decepción a los espectadores (ríe). El final es lo que le da la fuerza a la película.
La niña compara a la portera con un erizo. «Por fuera, llena de pinchos, pero por dentro, refinada, como ese animal tremendamente solitario, pero terriblemente elegante». ¿Se identifica en algo con su personaje?
Sí, claro que sí. Todo el mundo tenemos algo oculto y escondido que los demás no conocen, y con eso creo que nos identificamos todos.
¿Cómo fue su trabajo con Garance Le Guillermic? Según la directora, es una actriz magnífica y una niña muy burguesa, nada que ver con el personaje que interpreta.
Trabajar con la niña fue como trabajar con cualquier otro actor, de verdad. Y fue muy bien. Una actriz muy seria, muy concentrada.
Hitchcock decía que lo peor era rodar con niños y animales, y a usted aquí le tocan ambos.
Es cierto. Pero mi gato también fue muy bueno (risas). Y eso que no era mi gato de verdad, solo en la película.
Con el Sr. Ozu, interpretado por el actor japonés Togo Igawa, su personaje mantiene una relación muy tierna.
Sí, y en la vida real es una persona encantadora. Además, es un actor que no hablaba ni una palabra de francés. Trabaja en Londres, vive en Londres y habla inglés, pero se aprendió todo el texto fonéticamente. Fue una experiencia estupenda trabajar con él.
Hablemos de su trayectoria. ¿Cómo llegó al mundo del cine? ¿Procede de una familia artística?
Qué va, en absoluto. Mis padres eran pequeños comerciantes y tenían un pequeño restaurante, así que no sé muy bien de dónde me viene la inspiración (Ríe). Pero yo no decidí ser actriz. Quería ser pintora, aunque no tenía talento para eso. Intenté las oposiciones de Bellas Artes, pero no lo conseguí. Hice un año de preparación para las Bellas Artes, y luego me dije: «quizá deba hacer teatro, o ser decoradora de teatro», porque me gustaba. Tenía una amiga que estaba haciendo cosas de teatro, me animó, me quedé ahí y me convertí en actriz. Pero no fue algo que decidiera premeditadamente.
¿Y la trayectoria de qué actriz admira?
En el cine francés hay grandes actrices. Simone Signoret (Las diabólicas), por ejemplo, pero yo no tenía un modelo porque no había papeles para mí, así que creé mi propio papel.
¿Por eso se pasó a la dirección?
Sí, exactamente.
Últimamente hay muchos actores que dirigen, algo que antiguamente era menos frecuente. ¿Es la evolución natural?
Cuando yo empecé no había muchos actores que dirigieran, pero ahora es más fácil. Con Internet cualquiera puede colgar un vídeo en la web (ríe), y en esa época no existía. Tenías que tener la cámara y la película. Ahora hasta con un móvil puedes hacer una película. Incluso hay un festival de películas hechas con el móvil (Ríe)
Imagino que alguna buena y muchas malas. Para lo bueno y para lo malo, Internet ha facilitado que los amateurs hagan películas porque ya no necesitan tanto dinero, ya no hace falta tanta profesionalización.
Puede ser muy malo (risas). Eso siempre ha existido, y ahora cualquiera puede ser director, pero hay una expresión que dice: «Dios reconocerá a los suyos». (Ríe). Todo el mundo puede hacer de todo. Creo que la expresión exacta viene de un obispo que durante las guerras de religiones decidió matar a todos los protestantes, y alguien le dijo: «¡Pero también hay católicos!». Y contestó: «Da igual, los matáis a todos y Dios reconocerá a los suyos.
Como directora, ¿es mandona o suave como un guante?
Soy muy psicóloga. Yo dirijo, por supuesto, pero no me hace falta imponerme.
Y como actriz, ¿cree que en la actualidad hay más papeles femeninos interesantes? De eso se quejan siempre las actrices, sobre todo, a partir de los 40.
En Francia sí que hay papeles interesantes, incluso para las mujeres que no son tan jóvenes. En Francia no hay el sistema de Hollywood.
Dicen que Almodóvar gusta en Francia, precisamente porque escribe muy buenos papeles femeninos.
Sí, y es cierto. Escribe papeles muy interesantes para las actrices. Magníficos.
Usted también escribe todas sus películas, entre ellas, Felpudo Maldito, con Victoria Abril y Miguel Bosé. ¿Qué otros actores españoles le gustan?
Me encanta Javier Bardem. También me parece formidable el de Crimen Ferpecto (Guillermo Toledo). Aquí hay más actores cómicos, hay más locura en el cine español que en el francés (ríe).
¿Llega mucho cine español a Francia?
Sí, llegan películas fantásticas como Los Otros, El orfanato, Rec, que es muy original.
En España el público no apoya ni aprecia mucho el cine español, a diferencia de los franceses con su cine.
Pues no tenéis razón, porque hay películas españolas muy buenas. Quizá sea por vuestro pasado histórico.
¿A qué se refiere?
A que en España el cine se considera algo de izquierdas. Me lo ha comentado un español. En Francia no existe este problema. Hay cine comprometido, pero ya está. Si eres de izquierdas o de derechas, puedes hacer cine, porque el cine no es de izquierdas ni de derechas, es cine. Pero nosotros llevamos 200 años de democracia, no 50. Es una situación distinta, aunque no conozco el tema demasiado bien.
¿Y cómo es la situación del cine en Francia? ¿Se ha notado la crisis?
Quizá a algunas películas les ha podido afectar, pero la situación no está mal, aunque el problema es que los canales de televisión tienen menos dinero para financiar las películas.
¿Alguna vez se ha planteado trabajar en América?
No tengo el sueño americano. Estoy muy contenta de ser francesa, de trabajar en Francia, de tener libertad para trabajar, que no es lo mismo para los directores americanos, que no tienen el Final Cut (la decisión en el montaje final de la película).
¿Proyectos?
He estado promocionando esta película y La clienta (en cartelera), dirigida por mí. Ahora me gustaría escribir, pero no tengo mucho tiempo. Llevo tres años trabajando sin parar, así que me gustaría descansar.
Siempre puede volver a la pintura.
Sí, pero no tengo talento para eso (ríe).