Ian McEwan se adentra en el terreno de la comedia con «Solar»

Ian McEwan se adentra en el terreno de la comedia con "Solar"
. Agencia EFE

Cuando a finales de 2009 se conoció que Ian McEwan estaba a punto de publicar una novela con el título de «Solar», se especuló con que el escritor británico se iba a adentrar en el terreno del cambio climático, pero lo que ha hecho el autor de «Expiación» es debutar con talento en el terreno de la comedia.

Han pasado tres décadas desde las historias de chico malo que le hicieron popular, como «El jardín de cemento» (1978), «El placer del viajero» (1981) y «El inocente» (1989), y McEwan se ha reinventado en este trabajo como un escritor políticamente más correcto, pero con la misma brillantez y un inesperado giro hacia lo cómico.

En «Amsterdam», la novela con la que ganó el premio Booker en 1998, McEwan ya dio muestras de su capacidad satírica para tratar el tema de la responsabilidad moral, pero «Solar» puede ser catalogado sin temor a error como su primer trabajo de comedia.

El protagonista de la novela es Michael Beard, un físico experto en climatología galardonado con el premio Nobel que encuentra la fórmula mágica de producir energía sin coste medioambiental y que tiene una vida personal desastrosa, jalonada de fracasos amorosos.

«Calvo, bajo, gordo y listo» es la descripción que hace McEwan de su protagonista, en torno a quien gira el 99 por ciento de la novela y para el que el escritor reserva otra retahíla de adjetivos poco atractivos, pero muy descriptivos: «egoísta, bebedor, mujeriego compulsivo, mentiroso, infiel, cobarde y canalla».

Aún así, a imagen y semejanza de Henry Chinaski, el poeta maldito, borracho y autodestructivo que retrata Charles Bukowski en «Women», Beard logra que las mujeres estén a sus pies al ver en él «un genio que necesita ayuda» y que puede ser reformado.

La trama comienza en el año 2000. Han pasado dos décadas desde que Beard recibió el Nobel y se limita a costearse su elevado nivel de vida con conferencias y labores de asesoría para empresas, mientras su quinto matrimonio está en situación de derribo, en buena parte por culpa de las 11 relaciones extra-conyugales de Beard.

El científico sabe que la relación se termina, pero todo cambia de repente cuando Patrice, su joven esposa, se venga de él iniciando un romance con un constructor, lo que provoca en Beard un ataque de celos cercano a la psicosis, que le lleva a la súplica, la humillación e incluso a inventarse una relación amorosa.

«Ninguna mujer le había resultado tan deseable como la esposa que súbitamente no podía tener», escribe McEwan, que vuelve brevemente al terreno de los celos y de la obsesión que trató en obras anteriores como «Amor perdurable», publicada en 1997.

Patrice termina por irse de casa y Beard responde viajando al Polo Norte para comprobar en persona los efectos del cambio climático y constatar que ni en condiciones de temperaturas bajo cero es capaz de olvidarse del sexo, lo que le lleva a pensar obsesiva y cómicamente en la posibilidad de la castración.

Lejos de ser una novela sobre el cambio climático, «Solar» emplea el tema del calentamiento global de la atmósfera como una metáfora, como una comparación con la personalidad de Beard, cuyo egoísmo, al igual que el de la especie humana, ha llevado a su entorno a estar muy cerca de la desaparición si no cambia.

Beard es tan descuidado con su cuerpo como lo somos los seres humanos con la Tierra, y aunque de vez en cuando se somete a sus particulares protocolos de Kyoto, con regímenes y ejercicio, no es más que un ejercicio de mala conciencia para justificarse.

En el Polo Norte, coincide con artistas y escritores que están genuinamente preocupados por el destino del planeta, y Beard flaquea en su nihilismo existencial, al tiempo que su cuerpo se deteriora y le pone más difícil su razón de existir: acostarse con todas las mujeres que pueda y mientras le quede un mínimo de energía.

McEwan, nacido en 1948, forma parte de la generación de escritores británicos procedentes del «boom» literario de la década de 1980, junto a Martin Amis, Julian Barnes y Salman Rushdie.

De todos ellos fue el que más tardó en hacerse un hueco entre los autores más leídos del país, pero hoy en día es sin duda el más popular, en buena parte gracias a «Expiación», la novela de la que se vendieron más de dos millones de copias y de la que se realizó una no menos exitosa versión cinematográfica de Joe Wright en 2007.

«Solar» figura entre las obras de ficción más vendidas en el Reino Unido desde su publicación, un esperado éxito pese al cambio de tercio y a que McEwan huye con humor de la tentación de tratar el manido tema del cambio climático y de hacer juicios morales.

En declaraciones a la revista dominical del «Daily Telegraph», McEwan explicó que llevaba años queriendo escribir sobre el cambio climático y que tardó bastante tiempo en darse cuenta de que «la novela no funcionaría sin darse de bruces con un propósito moral».

Por eso recurrió a la comedia y lo hizo con éxito. En «Solar» McEwan resulta ser un escritor muy divertido.

Fernando Puchol

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Autor

Elena Bellver

Redactora de contenido web & Seo, Copywriter & Community Manager. Es la redactora de las recetas de cocina de Periodista Digital.

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