El festival Internacional de Títeres de Segovia «Titirimundi» arranca hoy bajo el signo de las nuevas tendencias, ofreciendo al público la posibilidad de conocer algunas de las creaciones contemporáneas de mas actualidad e interés.
Por ejemplo, los finlandeses Walo y Hakkarainen representan el nuevo circo de malabarismos y magia, mientras que la compañía belga Point Zero manipula títeres de tamaño humano y trabaja en la frontera de la risa, donde la tragedia humana se convierte en algo grotesco.
Los franceses de Bakélite lograrán que los espectadores experimenten los pasos esenciales de un atraco con todos los ingredientes y Pelele Marionetas mostrará su experiencia tanto en la técnica centroeuropea de marionetas de hilos como en la de títere de guante o punch, pero con estética cercana a los dibujos animados.
El director del festival, Julio Michel, sostiene en declaraciones a EFE que, desde hace varios años, los títeres están inmersos en un proceso evolutivo de transformación y de renovación que desemboca en lo que ya se denomina teatro de animación.
Entonces, «Titirimundi» podría definirse como un festival de teatro de animación, donde se recogen las modalidades más tradicionales de los títeres junto a las formas más contemporáneas; y también caben algunas expresiones circenses y los saltimbanquis.
De cualquier forma, con 324 funciones programadas, de las que 187 se desarrollan en la capital segoviana, hasta el próximo 13 de mayo, el programa contiene una gran variedad de propuestas artísticas, para que cada espectador encuentre sus propias preferencias.
En el campo de las últimas creaciones, la compañía danesa de Sofie Krog estrenará su nuevo espectáculo «The Hause», a la vez que aportan novedades Gioco Vita, Les Zanimos, el Espejo Negro o los hermanos Forman, hijos del director de cine Milos Forman, que se encargan esta noche de la apertura oficial del festival.
Pero la verdadera magia de este «Titirimundi» de niños y mayores es que se ha convertido en una ventana abierta a las culturas del mundo, a la vez que supone una incursión privilegiada al interior de la modalidad dramática del teatro de títeres con su infinita diversidad de formas, modos y maneras.
En total, junto con más de 100.000 espectadores en una semana, en este encuentro convivirán 32 compañías de 12 países: Bulgaria, Francia, Italia, República Checa, Bélgica, Dinamarca, Reino Unido, Finlandia, Brasil, China, Israel y España.
Todo en un escenario privilegiado, como es el recinto histórico de Segovia, donde la riqueza arquitectónica y la combinación con los valores estéticos y artísticos de los espectáculos, conjugan una sugestiva combinación, convirtiéndolo en un festival único.
Un histórico, el Circo de las pulgas, en el patio de la antigua Casa del sello, será el primero en abrir, esta tarde, junto con el artista israelí Gili Ivri, a los pies de la iglesia románica de San Clemente; Jean Philippe Atchoum, en la plaza de San Martín, o Anónima Teatro, a los pies del acueducto.
Julio Michel insiste en el extraordinario momento creativo que vive el teatro de títeres en España, para aprovechar y reivindicar la creación de escuelas para formar a las nuevas generaciones que ven en este teatro una original y rica forma de expresión.
El resto de Europa, principalmente los países del Este, ya las tienen y con excelentes resultados, de acuerdo con el director de «Titirimundi» quien matiza: «Apostar por el teatro de títeres sería una política acertada para la contribución al desarrollo y a la revitalización del teatro».
Y es que su público es muy heterogéneo porque, desde los seis meses de edad, cualquier espectador que se acerque a Segovia podrá disfrutar de sutiles y bellos espectáculos, además de montajes para público familiar.
Un año más, esperándoles estarán los titiriteros, desde quienes realizan formas empleando tecnología digital a los descendientes del guiñol, las sombras chinas de compañías con más de 20 siglos de tradición y los grandes maestros del títere de guante.
