La coronación de Popea y de dos más, por J.C.Deus

‘L’incoronazione di Poppea’ es la tercera de las tres óperas que nos han llegado de Claudio Monteverdi. El Teatro Real completa así su programación en las últimas tres temporadas, tras L’Orfeo (2008) y Il ritorno d’Ulisse in patria (2009). Una trilogía coproducida con el Teatro La Fenice de Venecia a cargo del mismo equipo artístico, el director musical William Christie al frente de Les Arts Florissants y el director escénico Pier Luigi Pizzi a cargo de la puesta en escena, escenografía y figurines. Un gran broche para un gran proyecto.

Sobre un excelente libreto de Giovanni Francesco Busenello (¡en qué lugar deja las excentricidades y absurdeces de la ópera italiana de los dos siglos posteriores!), el inventor del género madura aquí toda su carrera, sustituyendo la fragmentación del discurso musical en secciones (recitativos, arias, canciones…), por un genial ‘continuum vocale’, que exalta la melodía cantada y es absolutamente contemporáneo. Los dioses ya no son los protagonistas, aunque sigan presentes y aporten el milagro de un final feliz.

Es un drama histórico, es decir, una mixtificación de textos de Tácito y Suetonio, a su vez de dudosa verosimilitud. Nos presenta a un Nerón débil y atribulado intentando librarse de su mujer para coronar a Popea, su amante, como emperatriz consorte. Ordenará suicidarse a Séneca por contrariar su capricho y perdonará a su mujer y sus cómplices (el ex amante de Popea, Otón, y su nueva novia) por querer asesinar a su favorita. La historia oficial es que Popea Sabina era en realidad la esposa de su amigo y futuro emperador, Marco Salvio Otón. Séneca sólo fue obligado a retirarse de la vida pública, y Octavia sería ejecutada. Pero lo ocurrido realmente ni Besenello ni Tácito ni nosotros lo conoceremos nunca.

Monteverdi tenía 75 años de edad cuando supuestamente la compuso, aunque la versión que nos ha llegado nadie sabe por cuántas manos ha pasado. La estrenó en el carnaval de Venecia de 1642 y después quedó perdida y olvidada hasta hace un siglo. Tiene 21 personajes y los dos protagonistas masculinos eran voces de castrados mientras que las dos doncellas de las protagonistas eran personajes bufos para voces de hombre. Se trata de una exaltación del amor salpimentada de consejos morales aún solventes estos días. Esta versión presenta 17 cantantes solistas y un conjunto instrumental de época, ‘Les Arts Florissants’, que este año celebra su 30º aniversario siempre bajo la égida de su fundador y director William Christie, que dirige frente al público a sus 17 músicos con instrumentos de época mientras él toca el clave, el órgano y el regal.

La puesta en escena de Pizzi es de una elegancia y sutileza sublime en consonancia con el placer de escuchar esta dulce música, hecha para oídos más sensibles que los nuestros, tocada por instrumentos de delicadas tonalidades que la evolución de la música orquestal ha ido abandonando en beneficio de instrumentos más potentes y en enorme número. Pocas veces hemos presenciado una relación tan conjuntada entre el escenario y el foso (que no era tal ya que como decimos los músicos están colocados al nivel del público y frente a él), y de ambas al servicio de la comprensión y el goce de la obra que se representa. L’incoronazione es una obra muy larga en la que Monteverdi se explayó después de su final natural en al menos media hora más de epílogos a cargo de la doncella de Popea, de los tribunos del Senado, de la diosa Venus y de otro final feliz interminable. Aún así, está tan bien contada por Monteverdi y Busenello, por Christie y Pizzi, que hace cierto ese latiguillo manido de que el interés no decae en ningún momento.

El cuarteto protagonista cumple honrosamente su tarea; las dos sopranos -Danielle De Niese (Poppea) y Anna Bonitatibus (Ottavia)- llevan ventajas sobre las dificultades de los dos papeles masculinos protagonistas, a cargo de los contraltos Philippe Jaroussky (Nerone) y Max Emanuel Cencic (Ottone). Nos gustaron los ‘rechazados’ Ottavia y Otón que los ‘coronados’ Popea y Nerón.

Monteverdi rinde pleitesía al gusto de la época por los ‘castrati’, una página importante de la historia de la música que aún no ha sido suficientemente explicada desde el punto de vista sociológico. Durante el Barroco, tres cuartas partes de los papeles masculinos eran para hombres castrados. ‘Afeminadas’ por tan drástico procedimiento, sus voces introducían un potente efecto distorsionador en los espectáculos que sólo en nuestros días parece volver a gustar y a entenderse: tiempos de parecida promiscuidad y nebulosa de géneros. Nerón y Otón son hombres muy poco hombres al lado de las dos reales hembras que les acompañan. El croata Cencic es de una delicadeza extrema y el francés Jaroussky duplica el efecto ‘gay’ de la pieza, activado también por un paje hecho muchacha que se besa y acaricia con la bella Drusilla, muy bien llevada a término por la portuguesa Ana Quintans. También Nerón tiene una escena de amor con Lucano. El efecto perturbador se completa tenuemente con las dos nodrizas de las protagonistas cantadas por hombres: José Lemos y Robert Burt consiguen dos personajes inspirados que contribuyen positivamente al resultado final.

En definitiva un derroche de belleza musical y visual que a muchos les será inolvidable. El público se mostró agradecido y no pareció afectado por el fuerte tinte homosexual, ciertamente anecdótico. Más allá de eso, el potente anciano Monteverdi ha sido comprendido a plenitud por otros dos veteranos, William Christie y Pier Luigi Pizzi, que pugnan por emularle, cada uno en su oficio, en convertir experiencia en creatividad, trabajo en disfrute, vida en satisfacción por la tarea realizada. Pizzi cumple 80 años y Christie por ahí le anda. Ambos se deshicieron en elogios al Teatro Real por estos tres años dedicados a un proyecto tan motivador, y a todo el elenco y el personal por su colaboración. La coronación de Popea será sin duda un puntal en esta difícil temporada de transición.

L’INCORONAZIONE DI POPPEA
Claudio Monteverdi (1567-1643)
Dramma musicale en un prólogo y tres actos
Libreto de Giovanni Francesco Busenello
Nueva producción del Teatro Real en coproducción con el Teatro La Fenice de Venecia.

EQUIPO ARTÍSTICO
Director musical: William Christie
Director de escena,escenógrafo y figurinista: Pier Luigi Pizzi
Iluminador: Sergio Rossi
Coreógrafo: Roberto Maria Pizzuto *
Les Arts Florissants (Orquesta)

REPARTO
Poppea Danielle de Niese *
Nerone Philippe Jaroussky
Ottavia Anna Bonitatibus
Ottone Max Emanuel Cencic *
Seneca Antonio Abete
Drusilla Ana Quintans *°
Fortuna / Palas / Venus Claire Debono
Virtud / Dama Katherine Watson *°
Amor Hanna Bayodi-Hirt
Paje Suzana Ograjenˇsek *°
Nodriza / Familiar de Seneca José Lemos *°
Arnalta Robert Burt
Lucano Mathias Vidal *
Liberto / Tribuno Andreas Wolf *
Mercurio / Lictor / Tribuno /
Familiar de Seneca Damian Whiteley *°
Soldado / Cónsul / Familiar de Seneca Juan Sancho °
Soldado / Cónsul David Webb *°

* Por primera vez en el Teatro Real
° Por primera vez en este papel

DURACIÓN APROXIMADA
Acto I: 1 hora y 30 min.
Pausa de 25 min.
Actos II y III: 1 hora y 40 min.
FECHAS
Mayo 16, 18, 19, 21, 22, 24, 25, 27, 28
La función del día 18 de mayo será retransmitida en directo por Radio Clásica, de Radio Nacional de España.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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