Origen (Inception), la última pirueta Nolan

MADRID, 5 (EUROPA PRESS-Israel Arias)

En un verano donde mandan las secuelas y remakes una ‘rara avis’ aparece en el horizonte cinematográfico. Se trata de Origen (Inception), lo nuevo de Christopher Nolan, el director que resucitó a Batman y lo llevó a lo más alto y que ahora desafía las mentes del respetable con otra pirueta creativa.

Avalada por tres semanas de reinado en la taquilla USA, la nueva cinta de Nolan evidencia una vez más su devoción por las complejas construcciones argumentales y los enrevesados artificios. No hay que olvidar que estamos ante el director que firmó títulos como Memento, Insomnio o El truco final: El prestigio. Todas ellas dotadas de sus correspondientes giros y cabriolas (e incluso loopins) de guión. Y parece que el malabarismo le ha vuelto a salir bien al londinense.

En esta ocasión el elegido para soportar sobre sus hombros la compleja estructura del guión más personal de Nolan, es el único que firma en solitario desde su debut en 1998 con Following, es Leonardo DiCaprio. Cierto es que el actor fetiche de Scorsese se ve auxiliado en esta tarea por un nutrido y solvente elenco en el que destacan los nombres de Ken Watanabe, Joseph Gordon-Levitt, Marion Cotillard, Ellen Page, Cillian Murphy o del eterno Sir Michael Caine.

INTRUSOS EN EL SUBCONSCIENTE

Todos ellos son encargados de presentarnos el arte de la extracción, la nueva invención de Nolan que consiste en el poder de introducirse en los sueños para robar los secretos del subconsciente. Una disciplina que se ha convertido en un arma en la encarnizada lucha empresarial y que tiene un número uno: Dom Cobb (DiCaprio) criminal mental más cotizado… y también el más buscado.

Cansado de vivir a la sombra, como un fugitivo asaltador de sueños, Cobb busca a toda costa vivir una vida normal. Su gran objetivo es ser un ciudadano anónimo. Para conseguirlo, él y su equipo deberán invertir el proceso en el que son unos maestros. Deberán implantar una idea en el subconsciente en lugar de sustraerla. El mecanismo conocido como la incepción.

A partir de aquí se construye un entramado arquitectónico en el que sueños y realidad se entremezclan y confunden pero sin engañar. Un complejo juego de claros y oscuro para alumbrar la que califican como la obra cumbre de Nolan.

De momento las críticas, y las cifras, les dan la razón. Ahora sí se puede decir que los años de espera para ver el ansiado tercer Batman bien valen la pena. Soñemos despiertos.

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