Ser el rostro del cine argentino le produce halago e inseguridad a Ricardo Darín

Ser el rostro del cine argentino le produce halago e inseguridad a Ricardo Darín
. EFE/Archivo

El actor argentino Ricardo Darín, protagonista de la película ganadora del Oscar «El secreto de sus ojos», dijo hoy en Lima que le produce «un poco de halago, pero también un poco de incomodidad» el ser considerado el rostro del cine argentino actual.

«El cine argentino en su historia ha atravesado por muchísimas etapas, y sería un poco imprudente aceptar esta cuestión de ser el rostro» de la cinematografía de su país, dijo Darín en una presentación durante la versión 14 del Encuentro Latinoamericano de Cine que hoy concluye.

El actor de 53 años, con barba y vestido completamente de negro, agregó que no está tan seguro de ser el rostro, y dijo que le gustaría «ser más el cuerpo, especialmente algunas zonas del cuerpo», lo que desató las carcajadas en el auditorio.

Darín llegó especialmente invitado al festival de cine de Lima para recibir un homenaje en la ceremonia de clausura y para conversar con el público en el centro cultural de la universidad católica, organizadora del encuentro.

El artista manifestó que «hay otras películas argentinas, (además de la premiada por mejor cinta extranjera este año) que han hecho un camino y sería injusto desconocerlo».

Recordó que el tema del fin de la dictadura en su país marcó a toda una generación de cineastas que lo convirtió en un «mono-tema», pero que las siguientes generaciones más jóvenes tuvieron más libertad de abordar otras historias.

En la galardonada película dirigida por Juan José Campanella, Darín se sintió como el jugador número cinco en una cancha de fútbol: «quien distribuye los pases» entre los demás, pues al ser el protagonista atraviesa la historia de principio a fin.

El experimentado actor recordó que el guión de la película «Nueve Reinas» de Fabián Bielinsky, que lo lanzó a la fama mundial, estuvo 15 años en la cabeza de su director y que inicialmente fue rechazado en una convocatoria para su realización.

Tras esa película, en la que interpretó a un estafador de poca monta, Darín reconoció que comenzó a encarar sus demás trabajos de una forma más seria, a «no abusar de la gestualidad» del teatro sino a «tener una economía de recursos», pues la actuación para cine es totalmente diferente de la televisión o el teatro.

El artista recordó también su experiencia en la codirección de la película «La Señal» de Eduardo Mignogna, tras el súbito deceso de su director, y en la que todos los involucrados en la producción lo llevaron hasta el final «como una especie de homenaje».

Sin embargo, al preguntarle si le gustaría dirigir una película propia, Darín respondió que se reserva la capacidad de hacerlo hasta cuando «tenga una historia que contar de principio a fin».

El actor compartió con el público, la mayoría jóvenes fanáticos de su trabajo, las incidencias en torno a una de sus últimas películas «Delirium Argentinum», aún sin estrenar, donde toda la historia se burla de él mismo.

Finalmente, Darín dijo que ve actualmente al cine latinoamericano con mucha fuerza, pero le recomendó a los cineastas tener más confianza en sí mismos porque «lo que está faltando son ideas».

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído