La preocupación por el ambiente y la conservación natural se han trasladado a la industria cinematográfica, donde el género documental gana terreno y es apreciado por público en diversas latitudes, afirman cineastas internacionales reunidos en Costa Rica.
El país es sede esta semana del I Festival Internacional de Cine del Medio Ambiente CRiterio Ambiental, que reúne a realizadores y expertos en conservación de Holanda, Francia, Brasil, Suecia, Eslovenia, Argentina, México, España, Alemania y Austria.
Este festival, el primero de su género en Centroamérica, se propone acercar al público a un cine novedoso que busca ser un agente de cambio para mejorar la relación entre el ser humano y el planeta.
«La producción documental está teniendo un enorme auge; la respuesta del público es más que positiva y las películas finalmente están encontrando canales de distribución masivos», señaló a Efe el director de CRiterio Ambiental, Gustavo Solís-Moya.
Según Solís-Moya, la temática ambiental se ha vuelto tan popular y rentable que productoras gigantes mundiales, como Disney, han vuelto sus ojos hacia este tipo de filmes e incluso han creado departamentos especializados, como Disney Nature.
Además, existe un proyecto para crear una red de televisiones públicas iberoamericanas donde se proyecten documentales producidos en la región, añadió.
Exitosos festivales de cine ambiental en países como Italia, Alemania, Brasil, México, Argentina y Perú también dan cuenta del interés del público por las obras de corte ambiental.
En Costa Rica, CRiterio Ambiental se celebra en la localidad rural de La Fortuna de San Carlos, ubicada en la zona norte del país, en las faldas del volcán Arenal.
Los organizadores eligieron ese sitio por ser una zona netamente turística y, además, la región con mayor concentración de empresas certificadas como sostenibles en términos ambientales de Costa Rica.
Figuras como Laetitia Pichon, productora de la conocida película «Home», así como Miguelanxo Prado, autor del largometraje español de dibujos animados «De profundis», participan en el festival costarricense, donde sus obras fueron aplaudidas por el público local y extranjero durante el pasado fin de semana.
Prado explicó a Efe que «De profundis» es una obra enteramente personal y subjetiva, con la que se propuso «rendir homenaje al mar» después de la tragedia ecológica ocurrida en las costas de Galicia en 2002, cuando un buque petrolero derramó miles de litros de crudo al mar.
El resultado, tras seis años de trabajo fue un filme de dibujos animados cuya técnica se apoya en la pintura en movimiento, con cuadros dibujados y pintados enteramente por Prado, que hacen un viaje narrativo a través de las maravillas del océano desde los ojos de un pescador cuyo barco se ha hundido.
El realizador español sostiene que estas «propuestas no comerciales en el sentido tradicional del audiovisual son posibles y exitosas ahora, tanto por las facilidades tecnológicas como por el interés de un público cada vez más diverso».
«La tecnología nos permite cosas tan peculiares como esta y así muchos creadores pueden abrirse camino y aprovechar la sensibilidad de la gente para producir películas más individuales, más únicas, más expresivas», comentó.
Otros filmes que serán presentados hasta el sábado en Costa Rica son el largometraje documental suizo «A Road not taken»; el documental argentino «Vienen por el oro, vienen por todo»; el largometraje esloveno-estadounidense «Big river man» o la película mexicana «Y el río sigue corriendo».
También serán proyectadas la cinta griega «Life for sale» y el corto animado español «La flor más grande del mundo».