Un western de los hermanos Coen abre la Berlinale

Un western de los hermanos Coen abre la Berlinale
. EFE/Archivo

La Berlinale tendió el miércoles su alfombra roja para la apertura hoy del festival, que hasta el próximo día 20 verá desfilar tanto a divos y divas de Hollywood como a un público común, sea en sesiones de gala o en formato de cine de barrio.

Los operarios trabajan a marchas forzadas para tener a punto la tela roja ante el Berlinale Palast el día de la inauguración.

El festival se abrirá con el western «True grit» -«Valor de ley»-, de los hermanos Joel y Ethan Coen, y con Jeff Bridges, candidatos a los Oscar.

El director de la muestra, Dieter Kosslick, iba ayer de cita en cita, tras recoger en el aeropuerto a la presidenta del jurado, la actriz y directora italiana Isabella Rossellini, mientras en las taquillas se agolpaba el público en busca de entrada.

«La Berlinale ha vivido siempre y seguirá viviendo aupada por el ciudadano común, berlinés o visitante, que se lanza a por sus entradas con una pasión que da al festival un ambiente que no tiene ningún otro en su género y categoría», dijo Kosslick.

El carácter de festival «para el público» diferencia a la Berlinale, en palabras de su director, de sus congéneres europeas -Cannes y Venecia-, mucho más elitistas, a lo que se suma el hecho de que se celebra en una capital con más de tres millones de visitantes, lo que no ocurre en sus rivales francesa e italiana.

El pasado lunes empezó la venta de localidades para prácticamente todas las sesiones del festival -incluidas las de gala y con la única excepción de los pases exclusivamente reservados a la prensa- y con un total de casi 400 filmes donde elegir.

La oferta va de la sección oficial, con sus 16 aspirantes a los Osos, al resto de apartados fuera de competición: Panorama, Forum, Berlinale Special, Generation, Retrospectiva (dedicada este año a Ingmar Bergman), Cine Culinario y Berlinale en el Barrio.

En un encuentro con medios extranjeros, Kosslick dijo que los que quieran compartir sesión con los divos lucharán por su lugar en las sesiones de gala del Berlinale Palast, en las que se espera a figuras como Kevin Spacey, Ralph Fiennes o Lian Neeson.

La Berlinale ofrece también un nutrido programa para indagar entre cinematografías periféricas y poco exploradas, y una sección de cine culinario -en el que está incluido el film «El camino del vino», del argentino Nicolás Carrera-, que es una innovación de la «era Kosslick» -en el cargo desde 2001- y, según dice, su preferida.

Otra de las incorporaciones de su cuño es el Cine de Barrio -«Berlinale goes Kiez»-, que llevará, por ejemplo, «Tropa de Elite 2», segundo film del brasileño Jose Padilha sobre la guerra de las favelas, a salas repartidas por los distritos de la capital alemana.

También ahí tiende el festival su alfombra roja, apodada en ese caso la «Matte» -estera o felpudo-, al igual que en los restantes cines, fuera del Berlinale Palast, donde discurren las sesiones.

Cada cine tendrá su alfombra, alfombrilla o felpudo rojo, como se la quiera llamar, y todo aquel que guarde colas tendrá acceso a una entrada, tanto en los puntos de venta anticipada -con tres días de antelación- como en el propio cine, el día de la proyección.

Existe, también en los estrenos del Berlinale Palast, la modalidad de entrada «último minuto» o localidades a mitad de precio que salen a la venta media hora antes del pase, en función de las plazas que hayan quedado disponibles o a devoluciones de última hora.

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