El Ballet de Monterrey desembarca en España con un programa versátil caracterizado por su personalidad y sensibilidad latina, en el que conviven las coreografías clásicas con las piezas más contemporáneas. El Teatro Nuevo Apolo acogerá este montaje entre el hoy y el 27 de marzo.
La compañía mexicana, creada por Yolanda Santos, celebra este año su XX aniversario y visita Europa por primera vez desde su fundación. Según ha señalado este lunes Luis Serrano, director del ballet y coreógrafo, la programación que podrá verse en Madrid incluye composiciones latinas y, en concreto, mexicanas, aunque también mira a las piezas más clásicas.
Así, en el programa se incluye, por un lado, ‘Perfidia’, un dúo montado en 2002 en el que se fusiona la danza neoclásica con elementos más contemporáneos. La música está compuesta por Alberto Domínguez y está interpretada por Linda Rondstadt.
‘Don Quijote divertimento’ y ‘Diana y Acteón pas de Deux’, por su parte, serán las coreografías encargadas de poner el acento clásico. Están basadas en las versiones originales de Ludwig Minkus y Agripina Vaganova, respectivamente, y han sido adaptadas por Luis Serrano.
Por otro lado, la herencia latinoamericana se respira en ‘Grapatango’ y ‘Zendas’. Estas piezas se caracterizan por la «energía y la pasión» con las que han sido realizadas. La primera cuenta con música de Carlos Libedinsky, mientras que ‘Zendas’ se ha creado sobre la base musical de diversos compositores latinoamericanos de música inca y Malambo.
Como broche final, la coreografía ‘Mosaico mexicano’ juega con la música de compositores mexicanos como Arturo Márquez, Manuel Ponce o Pablo Moncayo y lleva al espectador a sumergirse en la tradición musical mexicana.
EVOLUCION LENTA
El Ballet de Monterrey está compuesto por 45 bailarines –aunque a Europa han viajado solo 20–, con edades comprendidas entre los 18 y los 32 años y procedentes de países como México, Cuba, Venezuela e incluso Polonia o Japón. «La compañía está abierta al talento y no importa de dónde venga», afirma Serrano.
Uno de los problemas de la formación de la danza es que «no existe la creencia ni la cultura de pensar que es una carrera en sí». «Las niñas empiezan jóvenes, pero los chicos no», lamenta. Sin embargo, indica que en México hay muy buenas escuelas.
Para Serrano, la evolución que tiene esta compañía es «lenta». Sin embargo, considera todo un «logro» haber actuado en ciudades como Nueva York o haber conseguido venir a Europa, sin ser aún un nombre conocido dentro de la danza a este lado del Atlántico.
