‘Código fuente’: Jake Gyllenhaal vive su ‘Día de la marmota’ para evitar un atentado

El director Duncan Jones, hijo de David Bowie, ha presentado en Madrid su segunda película, ‘Código fuente’, junto al actor Jake Gyllenhaal. El cineasta, que debutó con el largo de ciencia ficción ‘Moon’ (2009), revisa el género con las herramientas del ‘thriller’.

La cinta gira en torno a Colter Stevens (Gyllenhaal), un héroe de guerra que ‘despierta’ en otra realidad tras una misión en Afganistán, en donde lucha desde hace varios meses. Pronto descubrirá su nuevo cometido, bucear en un pasado muy reciente, a bordo de un tren con destino a Chicago, para evitar un ataque terrorista en la metrópoli.

Durante el metraje, Colter Stevens viajará constantemente a esa realidad alternativa, a través de los últimos recuerdos de los pasajeros, fallecidos en un atentado anterior y ya irremediable en ese mismo tren, apropiándose del cuerpo y la identidad de un profesor de Historia. En cada viaje, tendrá ocho minutos para descubrir al terrorista y salvar Chicago de un desastre inminente, mientras se asoma a su propia identidad.

«La película incluye una cuestión interesante sobre la identidad. Uno tiene una impresión de sí mismo, de cómo es, pero la gente tiene otra perspectiva, a veces esas perspectivas son totalmente diferentes y contradictorias. Eso nos daba muchas posibilidades para investigar sobre la naturaleza de la identidad y cómo se pueden plantear diferentes visiones sobre ella», explica Duncan Jones.

El realizador británico, que conquistó a la crítica con su ópera prima, intenta desligarse del nombre de su padre para fraguar su propia estrella, apostando por la vertiente más radical de la ciencia ficción y utilizando las historias de amor como ‘McGuffins’ epatantes.

«Las buenas películas dependen mucho de la empatía entre el público y el personaje principal. Si al público no le importa el protagonista, la película no va a funcionar. Quiero despertar esa empatía», ha precisado Jones, que alcanza las emociones del espectador a través de sus protagonistas, hombres al borde del abismo, en situaciones límite que escapan de su control.

LA NATURALEZA DEL HOMBRE

En este sentido, Jones parece más interesado en desenredar el ADN de los hombres, buscando su esencia fotograma a fotograma y jugando con la identidad de sus protagonistas, seres atrapados en un sistema omnímodo que hace y deshace a su antojo, como un demiurgo indolente.

«Es interesante mostrar a gente trabajadora bajo la autoridad, y buscar algo de justicia en ese tipo de situaciones. Son estadios en los que parece que no hay esperanza y es interesante buscar las posibilidades que tiene el individuo dentro de ese sistema», ha señalado el realizador.

El director, que antes dedicarse al cine opositaba para profesor de Filosofía, se declara un enamorado de la ciencia ficción, cuyos mejores exponentes bucean en los puntos más oscuros del ser humano y en sus relaciones sistémicas. «Antes de empezar a estudiar cine me estaba preparando para ser profesor de Filosofía. Y eso forma parte de todo lo que hago», confiesa.

EL ‘CAPRICHO’ DE JAKE GYLLENHAAL

La participación de Duncan Jones en la proyecto nació a propuesta de Jake Gyllenhaal, quien fue consultado por los productores cuando el cinta solo era un embrión. «Cuando me preguntaron a quién quería como director, dije que quería a Duncan Jones. Cuando me dijeron que sí, el 1 de abril, el día de los inocentes en Estados Unidos, pensaba que era una broma. Luego, la película acabó siendo estrenada en EE. UU. un 1 de abril. Ha sido todo como de broma», ha subrayado el actor.

El intérprete, que debutó en la cinta ‘Cowboys de ciudad’ (1991) con tan solo 11 años, destacó junto a su hermana Maggie en la película ‘indie’ ‘Donnie Darko’ (2001), a las órdenes del director Richard Kelly. Después llegaría su papel en la producción apocalíptica ‘El día de mañana’ (Sam Hall, 2004), que le sumergió en el ‘mainstream’, y su consagración en el largometraje ‘Brokeback Mountain’ (Ang Lee, 2005), junto al fallecido actor Heath Ledger.

Gracias al éxito de ‘Brockebak…’, el intérprete se hizo un hueco entre las grandes estrellas de Hollywood, trabajando para directores como Sam Mendes (‘Jarhead’, 2005) y David Fincher (‘Zodiac’, 2007). Ahora vuelve a la carga después de sus papeles en ‘Brothers’ (2009), ‘Prince of Persia’ y ‘Amor y otras drogas’, estas últimas de 2010.

Para construir su nuevo personaje, Gyllenhaal se apoyó en los cinco sentidos. «Yo primero pensaba que es lo que iba a ver, a tener sentido del gusto, cualquier cosa, que es lo que iba a escuchar. Que es lo que este señor había desayunado, por ejemplo. Esto lo tenía muy presente. Como mi personaje tiene un auricular, siempre escuchaba canciones, a través de este auricular. Canciones diferentes, cualquier cosa, para aumentar la sensación de desorientación del personaje. Ese fue siempre mi enfoque, a través de los cinco sentidos», ha concluido el actor.

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Autor

Irene Perezagua

Ejecutiva de cuentas en Interprofit. Fue redactora de Periodista Digital entre 2011 y 2013

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