«Me prejubilé a tiempo de Tiempo«. Esta frase muestra algunos de los rasgos más marcados de la personalidad del periodista Sebastián Moreno (Albacete, 1945), autor de ‘El Clan de la Zeja’. Tiene un fino e inteligente sentido del humor, cargado de una cercanía que no siempre caracteriza a los profesionales con una trayectoria tan dilatada como la suya. Pese a todos los años dedicados al periodismo, se siente como uno más y, durante su visita a la redacción de Periodista Digital, su campechanía contagia, como la vertiginosa prosa de su libro
Es un conversador inteligente y dinámico. Moreno lleva muchos años tomando el pulso a la actualidad y a los personajes más destacados de la sociedad y la política española. Tras sus inicios en La Estafeta Literaria ejerció el periodismo en varios medios locales hasta saltar durante la Transición a ‘Cambio 16’, donde se curtió en el periodismo de investigación para pasar a ser más tarde redactor jefe de Cultura y Sociedad.
La carrera profesional de Moreno le llevó a distintas revistas, en las que ejerció cargos de responsabilidad. Tras fundar el semanario Tribuna de Actualidad, fue redactor jefe de ‘Tiempo’ e ‘Interviú’ y en estos momentos escribe en Contrapunto. Su obra literaria se completa con el libro ‘Jean Leon. El rey de Bervely Hills’, del que se ha rodado una película y su faceta como poeta, que la ha valido varios premios.
Fue en aquella época cuando comenzó a tomar contacto directo con algunos de los protagonistas de ‘El Clan de la Zeja (y de la Barba)’, para los cuales no tiene palabras amables. Algunos de ellos ya poblaban su anterior libro, ‘Camaleones, desmemoriados y conversos’, en el que relataba los «cambios de chaqueta» de famosos de distintos ámbitos en España. —«A Rosa Díez le estuvo bien empleado la amenaza de ETA y llevar escolta»—
Conversando fuera de micrófono con Periodista Digital, Moreno, de trato afable pero frontal y sin pelos en la lengua, saca a relucir el nombre de un ex ministro de Zapatero cuya obsesion durante años fue conseguir una cartera con independencia de quién estuviera en La Moncloa. Un cambio de chaqueta más que retrata a una izquierda comprometida… con su bolsillo.
