Las contradicciones no parecen afectarle a Javier Bardem. Tras haber interpretado al escritor cubano represaliado por el castrismo Reinaldo Arenas, no duda en participar en festivales de cine organizados por ese régimen de La Habana. Esta complicidad con un gobierno comunista tampoco le impide vivir en un país que para la izquierda es la máxima expresión del capitalismo, EEUU, y disfrutar de los beneficios que le aporta su trabajo en la industria del cine estadounidense. Ahora, a pesar de ser la personificación del «macho ibérico» y la masculinidad extrema, muestra una imagen supuestamente feminista y sensible en un anuncio para una cadena de grandes almacenes mexicanos.
El spot comienza con un curioso encargo, conseguir fresas cubiertas de chocolate. El actor comienza una búsqueda por la ciudad en la que reflexiona sobre las virtudes femeninas. El marido de Penélope Cruz dice en el anuncio que «las mujeres tienen las cosas tan claras que muchas veces me gustaría ser como ellas».
Bardem recorre desorientado las calles preguntado dónde puede encontrar las fresas mientras observa la desenvoltura con la que las mujeres viven día a día: Un joven madre ‘todoterreno’, una cita de amigas… El artista reflexiona sobre cómo sería él si se convirtiera en mujer.
Tras decir que sabría qué cosas son realmente importantes, o que tendría mejor sentido del gusto, logra su objetivo y encuentra las fresas cubiertas con chocolate. Ahí, entra uno de los estereotipos machistas más evidentes: «tendría caprichos incomprensibles», afirma. El resto del anuncio ‘feminista’ está cargado de imágenes estereotipadas: mujeres probándose ropa, una amiga enseñando unos zapatos nuevos a otra. Y muchas chicas lanzando miradas insinuantes al actor.
