‘El Amor de Tony’, un cuento de hadas protagonizado por obreros

Un pequeño puerto pesquero en Normandía. Angéle es una joven sin rumbo que acaba de salir de la cárcel por su implicación en un accidente que acabó con la vida de su marido. Ahora quiere aprovechar la libertad condicional para dar un gira a su vida y recuperar a su hijo, que vive con sus abuelos paternos. A partir de ahí se desarrolla lo que para la actriz Lola Dueñas es un «cuento de hadas protagonizado por obreros».

Protagonizada por Clotilde Hesme y Grégory Gadebois, ‘El Amor de Tony’ -estreno en España el 8 de julio- es el primer largo de la cineasta francesa Alix Delaporte, quien resume la historia en «dos personajes con vidas difíciles, pero que están rodeados de gente buena que les ayuda, por lo que la esperanza les llega a través de los demás, que tratan de ayudarles sin juzgarles».

Delaporte añade que «los actores proceden del teatro y tienen esa capacidad de jugar entre ellos sin estar pendientes de la cámara», por lo que para ella este debut «ha sido como conducir un Ferrari la primera vez que conduces un coche».

«La gente no estaba participando en esta película por el dinero, sino por algo más, por lo que todos querían dar lo máximo. Eso crea una energía especial, pues al no tener dinero hay que pensar en hacer las cosas de otra manera, sin presión externa», explica.

Acerca de la participación de Lola Dueñas con un pequeño papel secundario, la directora asegura que Lola fue «la primera» actriz que vio para ese papel, «y a los dos minutos de conocerla ya quería trabajar con ella, porque tiene algo especial, lleva a su personaje más allá».

Actualmente probando fortuna en el cine galo, Lola se muestra encantada e ilusionadísima con esta nueva andadura. «Me encanta ver mi nombre rodeada de franceses en los carteles. Estoy con muchísima ilusión, como una niña pequeña, y estudiando mucho francés porque lo hablo muy mal pero lo voy a hacer fenomenal. Me ha gustado siempre el cine francés, esto para mi es un sueño», afirma.

Menciona nombres de Victoria Abril y Sergi López, españoles con amplias carreras en Francia, para después subrayar que en el país vecino «la cultura es algo importante», mientras que «en España no importa».

«En España hay un talento increíble y a los franceses les apasiona nuestro cine, gusta más que aquí, todo el mundo conoce a todos los directores y te hablan de todo. Y es que allí el cine importa», plantea, al tiempo que anima a los cineastas españoles a probar fortuna fuera. «Estoy encantada de haberme ido», recalca.

Dueñas reconoce que en España se estancó tras «trece años sin hacer teatro» y haber logrado trabajar con «los directores que quería» y llegó a un punto en el que «no sabía por donde tirar». Entonces llegó la llamada francesa y no dudó en marcharse.

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