‘Queipo. El sueño de un general’ revive sobre las tablas los últimos minutos del militar sevillano

La obra teatral ‘Queipo. El sueño de un general’ revive sobre las tablas los últimos minutos del militar sevillano, con una función que acogerá las Naves del Español de Matadero Madrid desde este miércoles hasta el 25 de septiembre. El actor Antonio Dechent es el encargado de meterse en la piel protagonista para dotar de sentimiento y ambición a uno de los nombres más repetidos en la Historia de España.

«El mayor reto ha sido encontrar sus sentimientos, porque los momentos en los que más inquietante estaba era cuando permanecía callado, la gente temía lo que podía estar pensando», ha manifestado Dechent este martes en declaraciones a Europa Press.

La obra arranca en Sevilla el 9 de marzo de 1951, día en el que fallece Gonzalo Queipo de Llano y Sierra. Mientras unos periodistas narran su entierro, el espectador asiste a los últimos pensamientos del militar: sus sueños con Ricardo III, sus discursos en Unión Radio, su postura frente a Franco, su amistad con el cardenal Segura, sus conspiraciones y su deseo por llegar al poder.

Durante todo el recorrido por sus reflexiones, la obra mudará su escenario a la Sevilla de 1936 a 1939, al «destierro» en Roma de 1939 a 1942 y sus últimos años en «Gambogaz», la finca junto al Guadalquivir que le regaló el Ayuntamiento de Sevilla, en agradecimiento a su intervención en 1936, hasta su muerte.

Según declara el director de esta obra, Pedro Alvarez-Ossorio, fue Antonio Dechent quien le propuso realizar un espectáculo sobre Queipo de Llano. Desde el 18 de julio por la noche empezó a hablar por la radio y hacía una o más «arengas» diarias, por lo que lo que más le interesó al actor fue su parte «de histrión».

«Tiene mucho de actor, porque dependiendo del día podía ser cruel o amenazador, o el hombre más simpático del mundo. Estaba interpretando, era algo bastante atrayente», indica Dechent.

Para realizar esta obra intentó no caricaturizar ni imponer un punto de vista sobre el personaje. Además, actor y director basaron el texto en sus memorias, escritas por su nieta, así como en hemerotecas de la época.

Como punto de partida, se decidió desde un primer momento comenzar el relato en su lecho de muerte, el lugar desde el que reflexiona sobre los últimos años de su vida desde que tomó Sevilla y alcanzó el cenit de su carrera, hasta que fue borrado de la historia por enfrentarse con Franco.

La única licencia que director y actor han tomado ha sido inventarse que Queipo leía Ricardo III de Shakespeare. «En su delirio se imagina que está dentro de esa función, lo que nos permitió engrandecer al personaje y comprenderlo un poco más», indica.

«NO ES UNA CLASE DE HISTORIA»

La obra fue estrenada en Sevilla y, según indica Dechent, incluso antes del estreno ya hubo «polémica», porque muchas personas se posicionaron a favor o en contra antes de haber visto el montaje. Sin embargo, aunque la gente entraba hablando de política, «salía hablando de teatro». «Hemos conseguido hacer un espectáculo teatral. Esa es nuestra pretensión», declara.

Por ello, aunque es inevitable admitir que la obra «es política», el actor afirma que «no muestra partidismos», porque, a su juicio, «es mejor que el espectador tome su postura ante los hechos». «El público va a asistir a un proceso que lleva a un personaje desde la ambición más absoluta hasta la desesperación por la pérdida del poder», cuenta.

Entre los recursos de los que se sirve esta obra destacan muchos «elementos sugestivos» dirigidos al espectador, como la radio, que tiene una presencia muy importante, ya que el espacio sonoro rememora aquella época con canciones y anuncios, o los documentales, «la única manera de dar voz a las víctimas y a los perdedores».

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