El recientemente destituido director del Festival Internacional de Cine de Gijón ha defendido este jueves su gestión a cargo del certamen como lo demuestran, a su juicio, los resultados «indiscutiblemente favorables» de la edición pasada, en la que se han registrado más ingresos de los previstos y menos gastos, además de crecer en espectadores hasta superar los 75.000, más de 55.000 de ellos contabilizados en cines.
Cienfuegos, a través de un comunicado, ha resaltado que cuando se hizo cargo del festival, en 1995, el número de espectadores apenas superaba los 10.000. Es más, ha atribuido el reconocimiento nacional e internacional del certamen al intenso trabajo de las personas que han trabajado y colaborado con él durante este periodo.
Según él, han logrado un certamen con un prestigio reconocido en los circuitos de certámenes cinematográficos nacionales e internacionales y ha recalcado la apuesta arriesga por un estilo «inédito» en el país, en el que se ha puesto el acento en las últimas tendencias de cada momento, intentando no replicarse clónicamente año tras año «hasta el hastío y la extenuación».
Ha reconocido, no obstante, que pudieron fallar «en ocasiones», aunque ha destacado que la mayoría de las veces han acertado casi «estrepitosamente». «Hemos intentado con escrúpulo actuar libres de prejuicios y siempre indiferentes a los ídolos de la tribu», ha apostillado. Cienfuegos ha resaltado también la apuesta por los críticos jóvenes cinematográficos, en los que veían talento y futuro y que, posteriormente, muchos han adquirido un renombre. Algo que ha dicho le supone «un orgullo especial».
Asimismo, ha afirmado que han contribuido a la difusión de la cultura cinematográfica en la sociedad y ha citado algunos ejemplos como Nuevos Cines, Universo Media o la sección Enfants Terribles. Ha aprovechado, también, para agradecer a la labor de su equipo, al que ha calificado que «cohesionado, solidario y generoso en el trabajo», con el que construyó un festival «ambicioso desde el punto de vista artístico, pero alejado de imposturas y solemnidades, siempre cercano y abierto», así como «accesible , participativo, exigente y riguroso». No se ha olvidado tampoco del público que cada año se acerca al certamen.
