El fervor unánime de la crítica está a tono con la apoteosis enfervorizada del día del estreno
El Teatro Español presenta una de las producciones más caras de su historia para que su director Mario Gas pueda saciar su admiración por el teatro musical norteamericano y concretamente por los espectáculos de Stephen Sondheim, de quien nos ha presentado ni más ni menos que cuatro en los últimos años.
Una buena producción pero que naturalmente queda muy lejos del modelo inspirador, la reposición neoyorquina que ha estado en cartel el año pasado entero y ahora marcha a Los Ángeles. El convencionalismo de la pieza original es aplicado al pie de la letra aunque haya pasado medio siglo de su estreno.
Música pasable interpretada muy regularmente, con un gran reparto y despliegue escenográfico. Una apuesta incomprensible en una ciudad con treinta musicales en cartel y en la que el Teatro Español de sentirse necesitado de sumarse a la moda, podía haber intentado algo propio, de tema autóctono acorde con su nombre, que no es casual sino definidor de la que debe ser su labor en la capital de España.
Nunca el Español en los últimos años había realizado una apuesta tan fuerte, anunciada y requeteanunciada desde hace meses, pre-estrenada a lo largo de todo el mes de febrero, precedida de clarines y fanfarrias potentes y numerosos. Se dice que ya están vendidas todas las localidades de los dos meses de función programados.
Es decir, que lo que vayamos a decir nosotros poco importa y será excepción solitaria. Por eso mismo, nos sentimos aún más libres que de costumbre, para decirles claramente que Follies a la española nos aburrió muchísimo.
La obra original está considerada un musical ‘serio’, perteneciente a la minoría más llevadera de un género que es la quintaesencia de la evasión estéril, del sentimentalismo almibarado, de una simulación restallante de tachines y resplandores en la que cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia. Sí, existieron West Side Story y un puñado más de títulos interesantes, y probablemente Follies fue uno de ellos, el reencuentro tres décadas después de los componentes de un espectáculo musical de éxito, el paso de la juventud alocada a la vejez nostálgica, los estragos del tiempo en un grupo de personas que un día compartieron el éxito y ahora exhiben ese conjunto de reproches y justificaciones, de recuerdos seleccionados, y olvidos clamorosos con que la mayor parte de los jubilados hacen balance.
Pero la obra sufre del paso del tiempo, y hoy día puede tener fuerza evocadora en el país que retrata pero es una antigualla casi inexplicable en el madrid de 2012. Cuánto mejor puestos a ello, haberse inspirado en su argumento para contar una historia semejante en nuestros lares, una historia de la Transición por ejemplo, una historia de las muchas que conocen y han vivido las gentes de nuestro teatro, una historia del mundo del teatro musical español, de la época dorada de la revista, de aquellos divos y divas. O en el otro extremo del espectro, la historia de Las Madres del Cordero y aquellas compañías alternativas de finales del franquismo. El ‘remake’ de este clásico musical de Broadway, que en EEUU ha sido muy celebrado, aquí resulta un tanto gratuito.
Pero cada uno programa, dirige y propone lo que le gusta y le parece, y se arriesga así al dictamen de los espectadores y de los medios, que en este caso no podía haber sido más favorable. El fervor unánime de la crítica está a tono con la apoteosis del día del estreno real, el pasado 24 de febrero. Repitámoslo sin que nos duelan prendas, al contrario, honestidad manda, pudiera ser que tanta coincidencia tenga toda la razón.
La falta absoluta de sintonía con el espectáculo no quita para resaltar un gran trabajo de dirección con un elenco y unos medios técnicos pocas veces posibles en nuestros escenarios. Escenografía, iluminación y vestuario son de notable factura. La música en directo siempre es un acicate y la orquesta con 19 componentes se aplica con energía aunque no domina el género y llega a desafinar.
Pep Pladellorens i Puig, -que ya estuvo con Gas en 2007 en Ascenso y caída en la ciudad de Mahagonny, con el que se inauguró las Naves del Español en Matadero Madrid- cumple sin brillar. Y es el enorme elenco de la pieza, su exigencia a los actores y actrices de desdoblarse en numerosos números musicales, el componente más atractivo y peligroso del combinado. Nunca fue el fuerte de nuestras tablas la versatilidad musical de nuestros actores y aunque en los últimos años este hándicap haya comenzado a combatirse, todavía temblamos cuando una actriz emprende la más facilita canción ligera. Bien, pues el desafío resulta notable y debe reconocerse la mitad llena de la botella más que hacer hincapié en que estuvo medio vacía.
Los cuatro protagonistas, Vicky Peña, Muntsa Rius, Pep Molina y com siempre Carlos Hipólito salen airosos del trance. Asunción Balaguer se lleva la preferencia de público y crítica, y Massiel toda la expectación de la noche. Bien todos, bien los veteranos y bien los jóvenes. Mejor como actores que como cantantes, desde luego.
Follies, como decimos, es el cuarto musical de Stephen Sondheim que dirige Mario Gas, después de Golfus de Roma, Sweeney Todd y A little night music. Tiene 22 números musicales y un reparto de 38 personas. Cuando nació en 1971, ya nacía viejo tras los cambios de paradigma de los años sesenta. Fue en su momento una de las producciones más ambiciosas, permaneció en cartel 522 funciones y recibió siete Premios Tony. Los aficionados al musical americano están de enhorabuena. No tanto los aficionados a otras variantes de teatro musical más propias de nuestro continente.
VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 5
Texto: 7
Música: 6
Dirección: 8
Interpretación: 7
Escenografía: 7
Realización: 8
Producción: 8
TEATRO ESPAÑOL
FOLLIES
Libreto: James Goldman
Música y letras: Stephen Sondheim
Dirección Musical: Pep Pladellorens
Orquesta Manuel Gas
Dirección: Mario Gas
Una producción del Teatro Español
Del 10 de febrero al 8 de abril
Reparto:
Phyllis Rogers Stone Vicky Peña
Benjamin Stone Carlos Hipólito
Sally Durant Plummer Muntsa Rius
Buddy Plummer Pep Molina
Carlotta Campion Massiel
Hattie Walker Asunción Balaguer
Heidi Schiller Linda Mirabal
Stella Deems Teresa Vallicrosa
Solange LaFitte Mónica López
Joven Phyllis Marta Capel
Joven Ben Diego Rodríguez
Joven Sally Julia Möller
Joven Buddy Ángel Ruiz
Joven Heidi Joana Estebanell
Emily Whitman Mamen García
Theodor Whitman Lorenzo Valverde
Roscoe Josep Ruiz
Dimitri Weisman Gonzalo de Salvador
Sam Nelson Toledo
Margie María Cirici
Sally Follies Marisa Gerardi
Kevin Antonio Villa
Traducción Roser Batalla / Roger Peña
Escenografía Juan Sanz y Miguel Ángel Coso
Vestuario Antonio Belart
Iluminación Paco Ariza
Diseño de sonido Roc Mateu
Video-escena Álvaro Luna
Coreografías Aixa Guerra
Coreografías claqué Lluís Mendez
Follies se presenta gracias a un acuerdo especial con Music Theatre International (MTI). Todos los materiales para la representación son asimismo suministrados por MTL. Producida originalmente en Broadway por Harold Prince. Orquestaciones por Jonathan Tunick.
MESAS REDONDAS
Teatro Español – Salón de Té – Entrada libre, hasta completar aforo. Veladas abiertas al público para conversar sobre los distintos aspectos del teatro musical. Presenta y modera Andrés Peláez, Director del Museo Nacional del Teatro.
–“Arriba el telón” Lunes 27 febrero, 19.30h
Con Vicky Peña, Massiel, Asunción Balaguer, Linda Mirabal y Mario Gas. Acompañados por Julio Bravo (periodista y escritor).
–“Vestir la escena” Lunes 5 de marzo, 19.30h. Con Esperanza Roy, Ángel Fernández Montesinos y Pedro Moreno.
–“Gran Vía esquina Broadway” Lunes 12 de marzo, 19.30h
Con José Sacristán, Paloma San Basilio y Francisco Valladares.
Acompañados por Rosana Torres (periodista).
–“El show debe continuar” Lunes 26 de marzo, 19.30h
Con Carlos Hipólito, Mario Gas, Mía Patterson y José Antonio Campos. Acompañados por Juan Cruz (periodista y escritor).
ENCUENTRO CON EL PÚBLICO
Después de la función del Viernes 9 de marzo, 22.45h. Entrada libre, hasta completar aforo.