Un brutal sensacionalismo no oculta el calado intelectual: ¿Será el incesto la próxima barrera social y sexual derribada por el eclecticismo?
Para titular así una obra de teatro hace casi cuatro siglos había que tener valor, y por supuesto un claro propósito de crear escándalo. Y si el argumento es una defensa de las relaciones sexuales entre hermanos y un alegato contra la oposición social a las mismas, todo ello en el marco de un drama repleto de violencia implícita y crueldad explícita, de crímenes horribles y morbosidad generalizada, puede comprenderse que estamos ante una de las obras más polémicas de la literatura inglesa y mundial de todos los tiempos. La prestigiosa compañía británica ‘Cheek by Jowl’ ha cogido el toro por los cuernos y lo está paseando por el mundo. En Madrid han sido diez funciones con lleno absoluto y conmoción completa. El que pudo, la vió, y los demás se lo perdieron. Por eso pensamos que no sobra una reflexión sobre tan desusado espectáculo.
El tema sigue siendo hoy día tan tabú como entonces, y es lo más importante de esta propuesta: al espectador despierto da mucho que hablar y que pensar hasta formularse preguntas sin respuesta: ¿Cuáles son las razones objetivas de la universal prohibición del incesto y de las relaciones sexuales entre miembros de la misma familia? ¿Existen realmente razones biológicas, genéticas, psicológicas y evolutivas? ¿Podría existir la sociedad humana sin estos parámetros? Es la tarea del teatro: formular preguntas y desmontar respuestas.
Por si fuera poco temática tan intrigante, el segundo atractivo excepcional de esta propuesta teatral es el enfoque deconstructor de este gran director británico, onírico y realista al mismo tiempo, con una técnica de representación novedosa y quizás inédita. Cuando en España triunfa con cierto retraso el teatro imitador del cine (Gas, Vera, Del Arco, etc.), hete aquí al teatro postcinematográfico. Fantasías hiperrealistas que resultan cien por cien verídicas. Y sobre todo una interpretación por parte del elenco repleta de ambigüedades, que se mofa de sí misma, que combina la declamación con el corte de mangas, que amalgama comportamientos tipificados por siglos de distancia.
De esta forma, la violencia y crueldad extrema de algunos pasajes, la crudeza sanguinolenta de ciertas escenas, la verosimilitud del drama, y la inevitabilidad de la tragedia final, juegan a ser viñetas de un comic, permaneciendo en un limbo de realidades ficticias y de ficción veraz. Los críticos australianos y americanos han recordado a Quintin Tarantino: el cine de nuevo.
El horror en clave de farsa. ‘Hooligans’ en vez de cortesanos. Una historia de amor rodeada de mirones. Crímenes abyectos y conjuras mortales alrededor de una cama. A la fiel doncella le arranca la lengua de un bocado el profesional de ‘streptease’ masculino que la conquista. A Hippolita le arranca el corazón su hermano. Y todos los personajes danzan una ‘tarantella’ frenética. Nunca negaríamos los méritos intelectuales y artísticos de la pareja Donnellan-Ormerod. Nunca ocultaríamos el talento interpretativo y el nivel técnico de esta compañía, la audacia y originalidad de su propuesta. Pero tampoco podemos callar nuestro distanciamiento de la ideología nihilista y la beligerancia amoral que destila.
La pareja sentimental y artística formada por el escritor Declan Donnellan y el diseñador Nick Ormerod fundaron en 1981 la compañía ‘Cheek by Jowl’ -algo así como ‘Hombro con hombro’- que a lo largo de tres décadas se ha convertido en una de las más importantes del teatro contemporáneo. Han presentado en el Teatro Español de Madrid (gracias al empeño de su director Mario Gas, todas sus últimas producciones, y trajeron en mayo de 2010 al Festival de Otoño en Primavera un ‘Macbeth’ de grato recuerdo. Aunque parezca mentira, esta obra de John Ford -dramaturgo inglés del siglo XVII de poca producción y extraordinario sensacionalismo- ya se estrenó en Madrid en enero de 1979 en el teatro Martín, dirigida por Vicente Sainz de la Peña, y con Mari Paz Ballesteros en el papel de Annabella. Ojalá la hubiéramos conocido para tener una referencia. Esta nueva producción se ha estrenado en París en noviembre pasado y ya ha visitado Sidney, Nueva York y varias ciudades británicas. Un plato fuerte, en el que un brutal sensacionalismo no oculta el calado intelectual: ¿Será el incesto la próxima barrera social y sexual derribada por el eclecticismo dominador de nuestros universos?
VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 9
Dirección: 9
Interpretación: 7
Escenografía: 7
Producción: 7
Naves del Español-Matadero
‘Tis Pity she’s a whore (Lástima que sea una puta) de John Ford
Duración 1h. 50min. aprox.
Del 11 al 21 de abril de 2012
Dirección, Declan Donnellan
Compañía, Cheeck by Jowl
Reparto:
Suzanne Burden, Hippolita
David Collings, Florio
Ryan Ellsworth, Donado
Jimmy Fairhurst, Ensemble
Jack Gordon, Giovanni
Nyasha Hatendi, Friar
Jack Hawkins, Soranzo
Lizzie Hopley, Putana
Peter Moreton, Cardinal/Doctor
David Mumeni, Grimaldi
Laurence Spellman, Vasques
Lydia Wilson, Annabella
Ficha artística
Escenografía, Nick Ormerod
Colaborador dirección de escena y movimiento, Jane Gibson
Diseño de Iluminación, Judith Greenwood
Diseño de Sonido, Nick Powell
Director asociado, Owen Horsley
Dirección de casting, Siobhan Bracke
Dirección de voz, Emma Woodvine
Dirección de lucha, Jonathan Waller
Dirección de producción, Simon Bourne
Una producción de Cheek by Jowl en co-producción con Barbican-London, Les Gémeaux/Sceaux/Scène Nationale, y Sydney Festival.