Si el travestismo de hombre a mujer es el tema central de alguna película de Pedro Almodóvar, como Tacones Lejanos, el director de cine manchego ha demostrado una gran capacidad para cambiar los ropajes de ‘indignado’ por los de cortesano en apenas cuatro días. Si el 13 de abril de 2012 acudía a la Puerta del Sol para mostrar su apoyo al ‘movimiento’ del 15-M, el 17 del mismo mes acudía a la Zarzuela para recibir sonriente de manos del Rey la medalla de oro de las Bellas Artes del Kennedy Center.
Cambió las cada vez más abundantes banderas republicanas de los ‘indignados’, las proclamas contra ‘el sistema’ y ‘el capital’ por la residencia oficial de la monarquía española y el recibimiento de un galardón concedido por una institución financiada por el Gobierno de EEUU (máximo exponente del capitalismo según la vulgata izquierdista). También cambió en esas tres jornadas la chaqueta chillona y la camisa oscura con los botones superiores sin abrochar por un austero traje oscuro, camisa blanca y corbata negra. Lo que mantuvo, eso sí, es la barba de varios días y los pelos revueltos.
Para más INRI, la institución que entregaba los galardones, a pesar de llevar el nombre de uno de los pocos presidentes estadounidenses que gozan de la simpatía de la izquierda (a pesar de haberse intentado derrocar a Fidel Castro), John F. Kennedy, fue fundada por un mandatario del Partido Republicano. El Kennedy Center fue una iniciativa de Dwight D. Einsehower en 1958, y tuvo como denominación oficial Centro Cultural Nacional. Cambió su nombre en 1961.
