El teatro que prefiero es el que te permite tener experiencias sensoriales, el que produce imágenes fuertes, el que genera placeres estético
Calixto Bieito inició el tradicional ciclo anual ‘Una mirada al mundo’ del Centro Dramático Nacional con la espectacularidad que le define y la expectación que le acompaña. Presentó ‘Forests’, una atolondrada selección de textos de Shakespeare escenificada con brillante efectismo, en la que la improvisada trama, la compleja dramaturgia y la incesante actividad en escena de siete enormes personajes, son un juego tan aleatorio al menos como el título. Un formidable despliegue formal, una sucesión de bellos textos reiterativos, un fragor sin contenido, y un enorme embrollo alrededor del árbol desnudo bajo el que alguien esperaba a Godot hace medio siglo. Todo en aras del mayor impacto posible sobre un público cautivo y desarmado por tanta acción y tanta emoción como sale a borbotones del escenario. Tras una primera hora sensacional, el espectáculo comienza a parecer monótono, todas las citas de Shakespeare se repiten y los personajes ya no encuentran con qué sorprendernos. Bieito se confirma como uno de los magos de la dramaturgia actual, quizás el más barroco y el menos intelectual de la media docena dominante; el equipo artístico protagoniza una producción sensacional, y el reparto alcanza sobresaliente colectivo. Una obra discutible pero realmente interesante.
Se titula ‘Forests’ (Bosques) como podría titularse ‘Árbol’ o ‘Drama’ o cualquier otra cosa. Es una caótica selección de trozos de las obras de Shakespeare que tienen lugar en plena naturaleza y no en salones palaciegos o tabernas rufianescas. Pretende ser un viaje en tres etapas, al modo de la Divina Comedia, a través del paraíso, el purgatorio y el infierno. Tiene pues tres partes y un epitafio. ‘Habla de la infancia, de la madurez, de la decadencia, del amor. Es mi poema sinfónico más humanista. Diría que hay un argumento emocional que pasea entre la niñez, el descubrimiento de la violencia, el dolor, la pérdida, la muerte, la nada. Shakespeare nos ayuda a explicarnos a nosotros mismos’, ha contado Bieito a lo largo de esta visita a España, que ya ha pasado por Avilés, Vitoria y Logroño, y marcha después a Amsterdam y Londres.
No se facilita ninguna explicación ni documentación sobre los textos escogidos. Se nos enfrenta desnudos e inermes a una catarata de solemnes recitados en la más genuina escuela actoral inglesa, acompañados de carreras, piruetas, lances, persecuciones, romances, desafíos, penares y lamentos, risas y juegos, y un surtido de potentes canciones en directo.
«Forests» es un collage de textos de veinte obras de Shakespeare. Se reconocen algunos de sus sonetos. Destacan conocidas escenas de Macbeth, El rey Lear, Titus Andronicus, Sueño de una noche de verano, Enrique VI o La Tempestad. «Calixto quería dar un paso más en su trabajo sobre Shakespeare -explica Marc Rosich, dramaturgo del espectáculo-, y encontramos el hilo conductor en los bosques. Cuando Shakespeare hace una referencia a la naturaleza, la usa en realidad para hablar de la naturaleza humana».
Hemos citado al árbol bajo el que y alrededor del cual ocurre todo. Después serán desenterradas sus raíces, el árbol se elevará a los cielos, y el pináculo de tierra donde crecía servirá de poderoso recurso en escena en el que todos los personajes terminarán presos. La potente metáfora visual se metamorfoseará interminablemente, al compás de los sufrimientos crecientes de todos los personajes. El misterio de la vida, el secreto de la existencia, el dolor y brevedad de la trayectoria terrenal de los seres humanos, todo lo que el buen teatro de todos los tiempos ha querido captar, quiere aquí adquirir una dimensión perenne, anclada en textos escritos hace cinco siglos que parecen de hoy, en frágiles personajes en busca de esperanza y alegría, en fantasmales individuos corriendo y penando tras el amor, la amistad, la simple compañía.
Calixto Bieito tiene una gran capacidad teatral que se ve obligado a verter en propuestas a veces inconsistentes. Su espectacular capacidad de crear subyugantes envoltorios espera todavía una madurez intelectual que deje atrás bromas traviesas, juegos superficiales y empiece a tomarse en serio su responsabilidad. El año que viene cumple 50 años. Y de momento sigue opinando: ‘El teatro que prefiero es el que te permite tener experiencias sensoriales, el que produce imágenes fuertes, el que genera placeres estéticos’. La dramaturgia que firma junto a Marc Rosich es excelente, parece improvisada y sin embargo es de una enorme complejidad. Rosich realizó el año pasado con el director Andrés Lima un Falstaff muy interesante también para el Centro Dramático Nacional (ver nuestra reseña).
Rebecca Ringst presenta una escenografía simplísima de la que brotan sugerencias impensables y que consigue de un simple montón de tierra un fantástico territorio. Iluminación, sonido y vestuario confluyen armoniosamente en crear un tiempo y un lugar más allá de cualquier coordenada. Bieito, Roscih, Ringst y el responsable de vestuario Ingo Krügler, han hecho juntos muchas cosas, entre ellas el Don Carlos de Schiller que pudo verse en este mismo escenario hace tres años, también discutible, también muy interesante (ver nuestra reseña).
La composita y cantante mallorquina Maika Makovski es la autora de la banda sonora de ‘Forests’ y la interpreta en directo. Son ocho canciones que cree que colaboran a dar al conjunto un tono más visceral y menos intelectual. Más actual y menos clásico, podría también decirse. ‘La primera parte, centrada en el paraíso, es mucho más melódica y centrada en la guitarra. La parte del purgatorio es más conceptual, más cruda -manda el piano- y la tercera es ya el apocalipsis, en la que pesa más el texto’. Su contribución en escena y al resultado final es sin duda importante.
Los dos actores catalanes José María Pou y Roser Camí no desmerecen ante los cuatro británicos. No podríamos decir nada a favor de Hayley Carmichael que no mereciera George Costigan, o alabar a Christopher Simpson sin hacerlo con Katy Stephens. Aunque los primeros intervienen más en catalán, los seis actores emplean los dos idiomas en una difícil exhibición de dominio. El texto está en un 85% en inglés y en un 15% en catalán y se presenta con sobretítulos en castellano. Exige un esfuerzo considerable al espectador que debilita su percepción global de un espectáculo donde pasan cosas diferentes al mismo tiempo y todo el rato, donde se habla mucho, mucho y complejo.
«Forests» es un ‘collage’. Parece montado sin mucha enjundia, un copio y pego a la ventura. Pero Bieito sin embargo ha relatado que tras leer Shakespeare -las obras completas o al menos escogidas- de un tirón, volvió a leerlas con más atención una segunda vez, buscando ya los textos precisos, ‘aquellos que combinaran el arte contemporáneo y Shakespeare, y todo ello con «La divina comedia». Hicimos una enorme primera selección totalmente irrepresentable y después fuimos puliendo, afinando hasta un primer boceto que cotejamos con los actores. Después, durante dos semanas con los mismos actores, retocamos prácticamente hasta el final de los ensayos’.
Bieito, un burgalés establecido en Barcelona que lleva veinte años por esos mundos, ha regresado a esta ciudad para hacerse cargo de una experiencia novedosa, el Barcelona Internacional Teatre (BIT), una plataforma para la producción y circulación internacional de espectáculos singulares por su excelencia y por su planteamiento creativo a base de colaboración por encima de las fronteras, que cuenta con apoyos como el del INAEM y el ayuntamiento barcelonés. El año pasado estrenó en Alemania su primera producción, El gran teatro del mundo, una cantata contemporánea con música de Carles Santos y dirección de Calixto Bieito a partir del auto sacramental homónimo de Calderón de la Barca.
Fue curioso oír tanto catalán en la plaza de Lavapiés de los Madriles mientras Artur Mas insiste en sus bravatas y desatinos. En la sesión del viernes 26 el gran recinto del Valle Inclán estaba al completo de un público expectante. Durante cién minutos no se oyó un respiro. Los aplausos fueron unánimes pero no entusiasmados. ‘Forests’ tiene algo de atrabiliario que descoloca, un desbocado chisporroteo emocional que no deja nada.
Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 9
Texto, 7
Dirección, 8
Dramaturgia, 8
Interpretación, 9
Música, 8
Producción, 8
TEATRO VALLE-INCLÁN – CICLO «UNA MIRADA AL MUNDO»
Forests, basado en la obra de William Shakespeare
Del 24 al 28 de octubre
Dirección, Calixto Bieito
Música, Maika Makovski
Dramaturgia, Marc Rosich y Calixto Bieito
Escenografía. Rebecca Ringst
Vestuario. Ingo Krügler
Iluminación. Tim Mitchell
Sonido, Dan Hoole
Casting, Hannah Miller, Helena Palmer (RSC)
Fotos, Graeme Braidwood
Reparto
Roser Camí, Hayley Carmichael, George Costigan, Maika Makovski,José Maria Pou,
Christopher Simpson y Katy Stephens.
Una coproducción de Barcelona Internacional Teatre y Birmingham Repertory Theatre Company, con la colaboración de Royal Shakespeare Company, Festival Temporada Alta, Centro Dramático Nacional, Barbican Center for the Arts de Londres y Stadsschouwburg Amsterdam. Creado originalmente como parte del World Shakespeare Festival, producción de la Royal Shakespeare Company para London 2012 Festival.
Interpretada en inglés y catalán con sobretítulos en castellano
Duración aproximada: 1h 40 minutos
Estreno mundial en septiembre de 2012 en Birmingham
Creado como parte del World Shakespeare Festival
Una mirada al mundo
-Forests. Basado en la obra de William Shakespeare. Dirección: Calixto Bieito. Teatro Valle-Inclán. Del 24 al 28 de octubre.
-Villa + Discurso. Texto y dirección: Guillermo Calderón. Teatro Valle-Inclán. Del 25 al 28 de octubre.
-Las tres hermanas. Anton Chèjov. Dirección: Declan Donnellan. Teatro Valle-Inclán. Del 1 al 4 de noviembre.
-En el túnel un pájaro. Paloma Pedrero. Dirección: Pancho García. Teatro Valle-Inclán. Del 8 al 11 de noviembre.
-Bob. SITI Company. Dirección: Anne Bogart. Teatro Valle-Inclán. Del 15 al 17 de noviembre.