¿Le hubiera gustado a Cervantes esta reconstrucción?
‘Yo soy Don Quijote de la Mancha’ es una trabajada adaptación de la novela de Cervantes que mezcla episodios y situaciones, inventa un personaje y suprime casi todos, y convierte al ingenioso hidalgo en pregonero del ‘buenismo’ y bondadoso anciano, cosa muy diferente de ese caballero andante enloquecido y desnortado que todo lo estropea queriendo arreglarlo, de ese personaje que es universal por su complejidad psicológica y no por hacer discursos de solidaridad subvencionada. Pero como está basado en el texto original a pesar de todo es un auténtico placer escuchar las parrafadas que intercambian la eterna pareja, con un Sancho más apuesto y menos rústico aunque igual de bondadoso que su bondadoso amo.
José Ramón Fernández ha debido trabajar muchísimo cortando y pegando frases de este episodio con las de aquel y el de más allá. Esto no es el Quijote, por supuesto, es una versión corregida e incluso aumentada con aportaciones de otros clásicos. ‘Pretendo que Yo soy Don Quijote de La Mancha respire y recuerde ese Don Quijote que forma parte de nuestra memoria y de nuestros deseos. Por eso no me alejo de la historia, por eso voy a utilizar miles de palabras de este libro y voy a tratar de que las mías sirvan para unir esos recuerdos que nos unen a todos. Así, nuestro proyecto es volver a mostrar ese personaje en su esencia, en sus momentos más significativos’. Sin embargo, hay que preguntarse: ¿No hubiera sido mejor realizar una adaptación del original más fiel y precisa sin necesidad de enmendar la plana al Fénix de los Ingenios? No podemos por menos que señalar que la gran novela de la literatura mundial está pendiente de grandes adaptaciones teatrales cuando se prestaría tanto a ello. La Compañía Nacional China de Teatro trajo al festival de Almagro en 2011 un Don Quijote de la Mancha traducido por Dong Yansheng y adaptado por Kang He ¿Cómo sería, fue la idea de partida de este?
Está bien hilado aunque el vaivén entrelazado vaya haciéndose menos aceptable conforme avanza el espectáculo, amenazando con despistarte en lo tocante a Barcelona y algún otro escenario. La trama dramatizada se reduce a la pareja Quijote-Sancho con la aportación de un nuevo personaje, Sanchica: así se crea un triángulo no amoroso sino generacional para plasmar la bienintencionada idea de que el idealismo caritativo de Alonso Quijano sobrevivirá hasta nuestros indignados actuales. No hay más personajes y a fe nuestra que se echan un poco de menos. Sólo un señor sentado permanentemente en el escenario que de vez en cuando toca al chelo una agradable partitura muy inspirada en las Partitas de J.S. Bach.
La austeridad de personajes se completa con la austeridad escenográfica, un decorado fijo a guisa de patio de venta, con escaleras y galería al fondo. La inmovilidad absoluta del paisaje frente a la movilidad permanente de la trama se combate con proyecciones en una pantalla central de imágenes elocuentes y estéticas de una Mancha fantaseada a cargo de quien es ya casi un clásico en la vídeo escena española, Álvaro Luna esta vez completado con Bruno Praena. Así pues aprobado general en escenografía, iluminación, vestuario y música. Todo correcto en una producción que evita cualquier alegría superflua,. cualquier valor añadido.
El director Luis Bermejo hace un buen trabajo sobre una dramaturgia complicada que comienza jugando al teatro dentro del teatro, que establece complicidades ininteligibles entre actores y músico, que convierte las andanzas del caballero y su escudero en el relato aderezado y entremezclado de las mismas; una dramaturgia a la que sobrarían veinte minutos para no perder fuelle y que prolonga en un final artificial y dubitativo el final natural de la obra. Dice: ‘“Yo soy Don quijote de la Mancha es una nueva aventura de Don Quijote, Sancho
Panza y Sanchica, escrito por un genio de nuestros días e interpretado por “la flor y nata de la andante comiquería”’. Bueno, intentar una tercera parte del Quijote por mucho genio y flores y natas conque se cuente es una osadía.
El inmortal texto cervantino resiste terremotos y el mero hecho de oírlo bien interpretado es razón más que suficiente para acudir a esta cita. Sacristán está en el mejor papel de su carrera e impresiona al inicio su vozarrón templado aunque al final se le note un poco cansado a él y el método declamatorio que usa. Fernando Soto está impecable en el Panza que le han marcado, y Almudena Ramos hace una estupenda Sanchica hasta que llegar la peor escena de la obra, cuando ella tiene que ceñirse la cazadora y repetir que es también don Quijote. Entre esa morcilla voluntarista y el chiste fallido al final se cargan todo lo que de positivo habías anotado y se te congela el quijotismo. El público llenaba el teatro en la sesión del día 27, y aplaudió con vigor templado sin llegar al entusiasmo.
En estos tiempos no se trata de liarse a lanzazos confundiendo molinos con gigantes ni de apadrinar galeotes criminales ni de empeorar las cosas queriendo cambiarlas de golpe. En estos tiempos no se trata de discursear desde el balcón del Teatro Español con ficciones tan obsoletas como el Amadís de Gaula, sino de actuar calladamente en la mejora individual y colectiva. Eso es lo que Miguel de Cervantes quiere decirnos con Don Quijote de la Mancha.
Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 7
Versión, 7
Dirección, 7
Escenografía, 7
Interpretación, 8
Iluminación, 7
Vestuario, 6
Música, 7
Producción, 6
Documentación para los medios, 6
Programa de mano, 6
TEATRO ESPAÑOL
YO SOY DON QUIJOTE DE LA MANCHA
De Miguel de Cervantes
Dramaturgia: José Ramón Fernández
Dirección: Luis Bermejo
Del 14 de noviembre al 9 de diciembre de 2012
Intérpretes
Don Quijote, José Sacristán
Sancho, Fernando Soto
Sanchica, Almudena Ramos
Violonchelista, José Luis López
Equipo artístico y técnico:
Escenografía Javier Aoiz
Vestuario Mónica Boromello
Iluminación Juan Gómez-Cornejo – Ión Aníbal López
Video escena Álvaro Luna – Bruno Praena
Música original Ramiro Obedman
Producción Salvador Aznar
Una producción de Metrópolis Teatro con la colaboración del Festival de Almagro.