A 'Cascanueces' ya le vimos en 'Carmen' hace dos años, y no aporta nada nuevo
‘Memorias de un caballo andaluz’ es la última entrega de Salvador Távora y La Cuadra de Sevilla, quienes en 1971 se incorporaron al movimiento cultural antifranquista con aquella mítica ‘Quejío’. Llovió mucho desde entonces. Távora va a cumplir 80 años, tiene su propia calle, su propio teatro y su propia página en Wikipedia en la que se le define como ‘ renovador de la escena con el mundo del flamenco’; el mes pasado le homenajeó el Festival Internacional de Teatro y Artes Escénicas de Sevilla y tiene la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1985), el premio Andalucía de Teatro (1990), el Andaluz del Año (1993) y el Hijo predilecto de la ciudad de Sevilla (1997). Es una institución andaluza. Pero su último espectáculo rubrica un tremendo declive. Es una de las propuestas más desafortunadas que hemos visto en muchas temporadas.
La definen como ‘danza en torno a un sueño flamenco-taurino y a la estética del caballo andaluz’. Se explicita que ‘creación, concepción, geometría de la coreografía, escenografía, ordenación dramática de la música y textos’ son de Távora que se hace responsable en los créditos del paquete ‘dramaturgia, coreografía y escenografía’. Es decir, que es el responsable de todo esto, un desaguisado inconcebible en el que todos los ingredientes del espectáculo pugnan por desagradar al espectador medianamente refinado. Fea y roma escenografía, desangelada coreografía, espantosos textos, volumen apabullante, iluminación cruda, figurines espantosos, cante destemplado y baile desgraciado. Se salvan únicamente del naufragio una violinista que interpreta el ‘Cant dels ocells’ sin que venga a cuento, y el pobre caballo protagonista, que por cierto apenas aparece en escena. Y gracias a los dioses sin duda, pues un escenario no es lugar adecuado para el noble bruto, que apena con sus andares amaestrados y asusta soltando espuma por los belfos.
El caballo es la atracción, pero sus supuestas memorias no pasan de una insistente, reiterativa y vulgar referencia al toreo, al más tópico de los referentes andaluces en una obra que proclama huir de ellos. Presidida por una de esas cabezas horribles de astado que se disecaban para ser expuestas en ventas y tabernas, la escena es una sucesión continua de alusiones al toro y al torero, con zapateados en traje de luces, bailaores con banderillas, y sucesivos personajes con astas embistiendo a troche y moche, todo ello adornado con pasodobles a todo volumen, acompañados de piano y guitarra atronadores y salteado por cantes sin duende.
Las once escenas de la pieza se suceden en turbamulta. No encontramos hilo conductor entre un prólogo y un epílogo de vulgares facturas, y un lento entrar y salir de personajes aleatorios, la aparición de un par de espantapájaros y la eclosión periódica de ripios a modo de poesía patriótica y reivindicativa. Se repite la suerte de matar en todas las posturas y hasta simulan clavar el estoque en la espalda a la mismísima bailaora principal.
En su anterior visita a Madrid, en 2011,Távora y La Cuadra nos trajeron una ‘Carmen’ tremendista, discutible pero aceptable, y con algún viso original. Entonces se presentó el bello caballo blanco ‘Cascanueces’ y lo de ahora es sólo un remedo.
https://www.periodistadigital.com/guiacultural/ocio-y-cultura/2011/11/25/una-carmen-tremendista-tavora-cuadra-sevilla.shtml
Los 75 minutos de duración se nos hicieron interminables. Un espectáculo fallido que muestra crudamente los abismos a los que nos ha conducido la cultura subvencionada. Se estrenó en Barcelona y pasó por Sevilla antes de visitar Madrid. Con apenas media entrada, el público respondió al final con aplausos corteses la larga despedida desde el escenario. A La Cuadra como a tantos en nuestra nomenclatura artística se le ha parado el reloj hace medio siglo, como si el actual régimen político -incluida la Junta de Andalucía- no durara ya más que el anterior. Retóricas vanas, penas duraderas.
VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 5
Argumento: 5
Dirección: 4
Música: 5
Coreografía: 5
Interpretación: 5
Escenografía: 5
Realización: 5
Producción: 5
TEATROS DEL CANAL
Memorias de un caballo andaluz
La Cuadra de Sevilla
Dramaturgia, coreografía y escenografía: Salvador Távora
Del 10 al 27 de enero
Elenco: caballo Cascanueces, jinete Jaime de la Puerta, Nacho Gómez (actor-bailarín), Rocío Suárez (bailaora), Manuel González (bailaor), José Ángel Salazar (bailaor), Raquel López (bailarina), Marisol Sánchez (bailarina), Ana Real (cantaora), Miguel Aragón (guitarrista), Rita Iglesias (violinista)
Equipo técnico. Regiduría y sonido: David Rial / Escenario: Manuel Jiménez / Sastra: Pepi Moreno / Vestuario y accesorios: La Cuadra y Carmen de Giles / Diseño de iluminación: Claude Corval y Fernando Merino / Proyecto del dispositivo mecánico: Enrique del Pozo Polidoro / Realización del proyecto escénico: Talleres Mecánicos Vega / Coordinación, asistencia a la dirección: Lilyane Drillon / Coproducida por Agencia Andaluza de Instituciones Culturales.
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