Años después, Sancho se casaba con María Jiménez y solicitaba a Pérez que el niño se fuera a vivir con ellos, a lo que la madre se negó
Apenas tres días después de la inesperada y repentina muerte el Pepe Sancho, parece que el actor no sólo mantuvo en secreto una enfermedad que pilló a contrapié incluso a su familia más cercana, sino que otro capítulo discreto de su vida puede salir ahora a primera línea de titulares.
Pepe Sancho cosechó grandes éxitos en el cine, el teatro y la televisión, pero también supo administrar una pequeña fortuna que ahora deberán repartirse sus herederos.
Y aquí -según publica ‘El Semanal Digital’– comienzan los problemas para su amada viuda, Reyes Monforte.
No es ningún secreto que la relación entre Sancho y el hijo que tuvo con María Jiménez, Alejandro, no era un camino de rosas y apenas si se dirigían la palabra.
De hecho, Alejandro se enteró de la muerte de su padre por la televisión, tal como comentó su madre hace unos días.
Por si eso fuera poco, entra en liza un segundo hijo, de nombre Javier, que podría complicar aún más las cosas. Y es que en 1995 el propio José Sancho declaró haber tenido otro vástago en 1973, fruto de su relación con Pilar Pérez:
«Cuando conocí a Javier tenía un año y medio, su madre me dijo que era mío, no me hice las pruebas, acepté su palabra y asumí mi responsabilidad».
Años después, Sancho se casaba con María Jiménez y solicitaba a Pérez que el niño se fuera a vivir con ellos, a lo que la madre se negó y, aún más, denunció al actor en los tribunales, de manera que la sentencia dictada en 1980 anulaba la paternidad.
Tal como señala Gema López, durante 15 años no mantuvo ningún tipo de contacto con Javier, hasta que en 1995 volvieron a reencontrarse. Sin embargo, la relación se había enfriado tanto que se habían convertido en dos desconocidos.
Ahora la repentina muerte de Pepe Sancho podría reabrir viejas heridas y a la nula relación que mantenía con Alejandro podría sumarse ahora los intereses de Javier. A pesar de que existe una sentencia que niega que sea su hijo, éste podría intentar reabrir el caso.
Todo ello en el caso de que exista herencia como tal, puesto que el actor dejó todo bastante atado en vida. No en vanto, tras su tormentosa separación de María Jiménez en 2002, Sancho se volcó en reestructurar sus finanzas para evitar disgustos económicos.
Tras la separación, Jiménez se quedó con un ático en Gran Vía, el chalé de la urbanización El Bosque de Madrid y una casa en Chiclana. Sancho se quedó con el piso de Alonso Martínez y el control absoluto de la sociedad Prospopon SL que la pareja había constituido en 1995.
Además, el actor era propietario de dos pisos en Altea (Alicante), donde pasaba largas temporadas junto a su segunda esposa Reyes Monforte, y un duplex en Manises (Valencia).
Estas propiedades formarían parte de la herencia a repartir, siempre y cuando Pepe no hubiera cambiado la titularidad de esas viviendas, como hizo con su empresa.