Una pieza correcta pero que no consigue involucrar desde su lejanía
Últimamente todos los actores de teatro quieren ser directores, y a menudo se plantean obras en las que dirigir y protagonizar al mismo tiempo. El no va más en un escenario. Es el caso del veterano José María Pou, que además de ser director artístico del Teatro Goya Codorníu de Barcelona y del Teatro La Latina de Madrid, se ha planteado dirigir una nueva versión de ‘Celobert’, versión catalana de ‘Skylight’, la obra del británico David Hare, estrenada en Londres hace 18 años, que él ya protagonizara con gran éxito en 2003. Estrenó Pou en Madrid con expectación y aplausos. Un trucado conflicto político entre los dos protagonistas, en el que la razón la tiene -por supuesto- la chica joven, guapa y de izquierdas. y no su antagonista, el viejo feo, gruñón de derechas. Todo sonó a sabido, previsible y antiguo.
El autor pertenece a la ‘gauche divine’ británica y su obra, escrita para cuestionar a Margaret Teatcher, viene que ni pintada hoy día a nuestra cultureta progre para pontificar de nuevo sobre las excelencias de unos servicios públicos que no frecuentan, y que a menudo ni contribuyen a sostener con sus impuestos. ‘Skylight’ debería traducirse como claraboya o tragaluz, porque precisamente en la obra hay un techo acristalado que juega papel importante y es metáfora de la misma. El empresario Tom Sergeant -que viene a ser una personificación de aquel famoso restaurador Terence Conran del resurgir de Londres en los años 90- la construye para su mujer, perseguido por los remordimientos, cuando ella agoniza sin poderse mover de su lecho, víctima de una enfermedad irreversible.
El montaje de Pou se queda con el debate político y prescinde de la peripecia personal, la mejor manera de no llegar al fondo de la trama pues siempre las ideas son secundarias frente a las actitudes y sentimientos. En todo caso, la obra no es un prodigio de matices, de reflexión serena ni de conocimiento del prójimo, mucho más complejo e imprevisible que la minucia de su voto. ‘No es teatro político, es una historia de amor pero entre dos personas que representan dos bloques ideológicos. Va pues más allá de lo íntimo. Él es millonario, de derechas. Ella es una asistenta social, activista en diversos problemas de justicia social. Están muy enamorados pero cuando afloran determinados temas es imposible que no se produzcan fricciones’, nos dice el protagonista/director, que ha traducido al castellano él mismo el texto de un autor que dice venerar y al que define como ‘militante, pero no mitinero’.
Con una escenografía puntillosamente naturalista que reproduce un apartamento de clase media baja en zona mala del inmenso Londres, no hay nada en la puesta en escena que pueda cautivar más allá de un realismo logrado. Sergi Torrecilla irrumpe en escena representando a Edward, el hijo adolescente del empresario, enfrentado a su padre e intrigado por la que fuera su amante. Parece nervioso, le cuesta el papel. Nathalie Poza interpreta a la heroína Kyra, que ha rehecho su vida como maestra tras aquel triángulo amoroso-laboral que protagonizara hace años con el empresario y su esposa. La larga escena entre el chaval y la mujer es sólo introducción a la llegada de José María Pou, este Tom Sergeant que querría reconstruir su vida tras la desaparición de su esposa volviendo con la joven amante que un día desapareció.
Un largo, demasiado largo debate, se desarrolla odenadamente mientras Kyra cocina con lentitud exasperante una cazuela de pasta. El agua hierve interminablemente y los olores de la salsa de tomate se extienden por el teatro en un agradable efecto de verosimilitud. El empresario relata sus problemas financieros; la maestra se preocupa por la suerte del chófer, que espera abajo a su jefe. Ella quiere que suba también a cenar, preocupada por la suerte de los pobres asalariados. Él lo considera absurdo. Discuten, se enfrentan, dudan entre los buenos recuerdos del pasado y las diferencias abismales del presente. Y así cae un telón inapropiado que abre un intermedio inoportuno tras el que todo augura seguir igual. Ha transcurrido una hora larga y queda otra más tras el largo paréntesis, para los que decidan prolongar su presencia ante esta desubicada polémica de otro tiempo y otro país que tiene poco que ver con nuestro aquí y ahora, salvo mantener clichés periclitados y retrotraernos tres décadas. ¿Puede ser que esa sea la ventaja que nos llevan en el Reino Unido?
VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 6
Texto: 6
Dirección: 6
Interpretación: 6
Escenografía: 6
Realización: 6
Producción: 6
Programa de mano: 6
Documentación a los medios: 6
Teatro Español
A CIELO ABIERTO
de David Hare
Dirección: José María Pou
Del 7 de marzo al 7 de abril
José María Pou Tom Sergeant
Nathalie Poza Kyra Hollis
Sergi Torrecilla Edward Sergeant
Traducción José María Pou
Escenografía Llorenç Corbella
Vestuario Maria Araujo
Iluminación Txema Orriols
Caracterización Toni Santos
Ayudante de dirección Martí Torras
Dirección de producción Amparo Martínez
Jefa de producción Maite Pijuan
Producción ejecutiva Noemí Díaz
Dirección técnica Miguel Montes
Personal técnico en gira Focus
Construcción escenografía Centre Cultural de Sant Cugat
Marketing y comunicación Publiespec
Reportaje fotográfico David Ruano
Diseño gráfico sSB
Es una producción de FOCUS
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