Azar y destino de uno de los escritores más celebres de todos los tiempos
Siendo probablemente el literato europeo más popular del siglo XX, poco se sabe de la vida del autor de La metamorfosis, El castillo y El proceso. Algo que quiere corregir en parte esta cuidada pieza del teatro de pequeño formato en la que se cuenta los amores frustrados del joven huraño y algo trastornado, -que sólo pensaba en escribir y sólo vivía para escribir, ya ven ustedes-, con Felice Bauer, una chica alemana independiente y lanzada, que probablemente hubiera cambiado su vida a más feliz y larga, menos atormentada y frágil. Basada en el medio millar de cartas y postales que ambos intercambiaron, con una estupenda puesta en escena y una notable interpretación, es ejemplo de lo que debe y puede programarse en las salas pequeñas, a menudo castigadas por producciones mediocres.
De 1908 hasta su jubilación anticipada en 1922, el joven abogado trabajaba ern una empresa cuyo horario restringido le permitía escribir. Este trabajo burocrático, en el que fue ascendiendo progresivamente, fue la fuente primordial de temas para su obra literaria. Su biografía, que no su visión de la vida, se parece bastante a la de otro misántropo, Fernando Pessoa. Contra lo que se piensa, Kafka tuvo bastantes amoríos. Además de su relación entre 1913 y 1917con Felice, directiva de una empresa fabricante de audífonos, a la que conoció a Franz en casa de Max Brod, amigo común que daría a conocer a Kafka al mundo, durante la misma tuvo al menos otras dos relaciones, una con G.W, la mujer identificada como «la suiza» en sus diarios, durante su estancia en el sanatorio de Riva en el otoño de 1913, y otro con Grete Bloch hacia 1917, con la que tuvo un hijo. Posteriormente llegó a comprometerse en matrimonio con Julie Wohryzek, y entre 1920 y 1922 mantuvo amoríos con una mujer casada, la escritora checa Milena Jesenskà. En julio de 1923 conoció a Dora Diamant, una joven periodista con la que vivió en Berlín y le acercó al judaísmo.
Vegetariano estricto, se dice que consumía grandes cantidades de leche sin pasteurizar, lo que pudo ser el factor desencadenante de su tuberculosis en 1917, que fue agravándose hasta fallecer en 1924. Sufría insomnio y dolores de cabeza. En sus cuadernos habla de «demonios», «derrumbamiento», «embates», «desamparo», «persecución», «soledad», «asalto a las últimas fronteras terrenales», «agobiante observación de uno mismo» y muchas otras expresiones más que aluden a un mundo oscuro, desconcertante y desconocido, pero no existe dictamen médico sobre sus trastornos psicológicos, una fuerte neurosis, un trastorno bipolar, una tendencia irrefrenable a crear universos obsesivos a partir de la exageración desorbitada de los aspectos burocráticos, rutinarios y opresivos de la esclerotizada sociedad en que vivía. Fue un ser atormentado al que consumieron implacablemente los excesos de su imaginación hasta perder contacto con la realidad.
En los 75 minutos de la obra ‘Kafka enamorado’ se refleja la relación con Felice, la irrupción de Grete Bloch, y la amistad con Max Brod. Jesús Noguero interpreta un Franz convincente en todos los sentidos, una persona atormentada bajo una apariencia normal, alguien ‘normal’ pero ‘un poco raro’, como casi todas las personas que para bien o para mal conservan el cerebro en activo. Le secundan de forma sobresaliente Beatriz Argüello y un preciso Chema Ruiz. Los tres, siguiendo sin duda el acertado enfoque del director, construyen personajes creíbles, sin tics ni recursos fáciles, y mantiene a un par de metros del espectador una presencia potente, sin desmayo ni artificio.
José Pascual -al que hemos visto bandearse notablemente en un par de obras de David Mamet (Oleanna y La anarquista)- parece especializarse en formatos pequeños, escenarios reducidos, pocos personajes; dirige la pieza con total solvencia, no sólo en el terreno actoral: cuidada y original escenografía, vestuario perfecto, iluminación y música armonizadas con los medidos efectos que se pretende subrayar, cambios de escena fundamentalmente. No hay nada extemporáneo en la pieza y todo funciona como debe ser. El Centro Dramático Nacional produce a un autor que por su larga trayectoria lo merecía hace tiempo y cumple así la que es primera de sus tareas, programar autores españoles de hoy, programarlos siempre que lo merezcan.
VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 8
Texto: 8
Dirección: 8
Interpretación: 8
Escenografía: 8
Producción: 8
Programa de mano: 7
Documentación a los medios: 7
Centro Dramático Nacional
Teatro María Guerrero | Sala de la Princesa
Kafka enamorado, de Luis Araújo
Dirección, José Pascual
Del 15 de marzo al 28 de abril de 2013
Equipo artístico
Escenografía, Alicia Blas Brunel
Iluminación, Pilar Velasco
Vestuario, Rosa García Andújar
Música, Luis Delgado
Ayudante de dirección, Adriana Roffi
Fotos, Marta Vidanes
Reparto (por orden alfabético)
Felice/Grete Beatriz Argüello
Franz Jesús Noguero
Max/Sastre/Uniforme/Botones Chema Ruiz
Producción: Centro Dramático Nacional.