No es una apología del terrorismo como algunas autoridades cinematográficas se han apresurado a sentenciar
‘Una sola chispa puede incendiar la pradera’, es la frase de Mao Tse-Tung que inspiró en los años setenta a los terroristas revolucionarios del Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico (FRAP), organización que pretendió acabar por la fuerza con el régimen franquista, y se lanzó a cometer atentados y asesinatos cuando toda el resto del espectro político se preparaba para un cambio pacífico.
EL crítico cultural de Periodista Digital, editor de ‘Guía Cultural‘ y director del documental ‘La chispa y la pradera’, José Catalán Deus, nos cuenta cómo se planteó hacer un retrato colectivo de un grupo de personas que hace más de medio siglo emprendió una aventura que «vista desde hoy puede parecer demencial, pero que vista entonces parecía heroica».
VEA EL TRAILER DE ‘LA CHISPA Y LA PRADERA’
A mediados de los años 60 había rebrotado la lucha contra el régimen de Franco, a pesar de que el desarrollo económico y social contentaba ya a muchos. En este combate desigual, destacaron fugazmente unas siglas: FRAP. El Frente Revolucionario Antifascista y Patriota pretendía acabar con la dictadura por la violencia, el terrorismo y el asesinato.
Partidario de una república popular y federativa, el FRAP se lanzó a la lucha armada cuando toda la oposición se preparaba para un cambio pacífico.
¿Fue una aventura inútil? Catalan Deus piensa que no: «A pesar de todo, el gesto del FRAP no fue inútil, y el fuerte rechazo a las ejecuciones contribuyó a aislar al Régimen y evitar que se prolongara un franquismo sin Franco, propiciando una transición pactada».
TITULARES DE JOSÉ CATALAN DEUS
– EL FRAP se suicidó, fue un acto de audacia, pensábamos que éramos la chispa en la pradera, que un solo acto desencadenaría que todo el pueblo nos apoyase.
– El FRAP representaba la parte más radical de toda la resistencia franquista.
– La inmensa mayoría de los militantes piensan que se llevó a la gente al matadero cuando el FRAP decide volcarse a la violencia.
– En el documental encontraremos a un grupo de personas que en aquella época eran jovencísimos y hoy son casi jubilados. Lo han vivido de forma secreta y les ha costado mucho aceptar lo que pasó, juzgar lo que pasó. Tiene el valor de esa memoria de verdad. Es como la tripulación de un barco ballenero que se reúne 30 años después.
– La sociedad española no es muy hábil de asumir los claroscuros del pasado. Debemos aprender de aquello y no volver a hacer cosas semejantes.
– La ideal del documental es ver cómo aquellas personas ven lo que pasó décadas después.
– Nos equivocábamos como se equivocó toda la oposición. El régimen cuando termina tiene más apoyo que nunca. Por eso la Transición salió como salió. Los fusilamientos fue lo que hundió al franquismo.
– Desde mi punto de vista personal la violencia es inaceptable en política. Esa es la lección que debemos aceptar. Reconozco haber creído en esa idea y me arrepiento de eso.
– Tenemos que ver a la gente de carne y hueso, ni buenos y malos.
– Debemos asumir nuestras responsabilidades antes de asumir otras.
El documental consiste en los recuerdos ante la cámara de dos decenas de entrevistados, de máximos dirigentes a militantes de base, de entusiastas a disidentes. Sus testimonios van pasando revista a la evolución y momentos claves de la historia del grupo clandestino, que llegó a tener miles de militantes abnegados y muchos simpatizantes en todo el país. Explican cómo funcionaba la actividad clandestina, qué pretendían, cuáles fueron errores y aciertos.
No tiene tesis. No es una apología del terrorismo como algunas autoridades cinematográficas se han apresurado a sentenciar cerrando puertas a su difusión, ni tampoco una condena póstuma.
Es un conjunto variado de testimonios contradictorios. No hay un texto previo que marque el terreno de juego. Únicamente breves intervenciones de una voz femenina marcan la evolución histórica de los hechos. ‘La chispa y la pradera.
El FRAP, una revolución imposible’, dirigido por José Catalán Deus y producido por Pop Producciones, será presentado el próximo 2 de octubre a las 20’00 horas en la Cineteca, Plaza de Legazpi, 8, 28045-Madrid, tel 91 517 98 17. La proyección tiene una duración de 78 minutos y será seguida de un coloquio abierto a los asistentes.