Para rescatar una de las cientos de obras de Lope de Vega que duermen el sueño de los justos, esta pareja de dramaturgos catalanes ha reforzado el texto original de ‘Las dos bandoleras y Fundación de la Santa Hermandad de Toledo’ con otros textos de Lope, parte de la peripecia de ‘La Serrana de la Vera’ (la legendaria bandida que aquí se une al dúo original para formar trío de damas), un trozo de ‘El asalto de Mastrique’ y sonetos escogidos de aquí y de allá. El resultado es algo prolijo y lioso, y no estamos seguros de que el experimento mejore el original. Escenografía e interpretación no brillan especialmente. Coproducido por la CNTC, es un espectáculo que se sujeta en el talento que irradia el texto.
Carme Portaceli ha querido teñir la pieza de feminismo reivindicativo y el tinte podía y debía haber sido más tenue. Marc Rosich junta en escena a Teresa e Inés, -las dos hermanas burladas que se echan al monte para vengarse de los hombres-, con su antecedente literario, esa serrana de la comarca de la Vera llamada Leonarda, que antes de darlas una larga lección de esgrima ha intercalado sus apariciones en escena con la trama original de la comedia de forma no muy inteligible.
El tono general que se emplea para decir los versos originales nos parece inferior al nivel alcanzado por la CNTC en la última década. En general se entiende con dificultades, aunque hay actores a los que se entiende todo -Helio Pedregal- y actrices a las que no se entiende casi nada -Macarena Gómez- siendo el punto medio de David Fernández inferior a lo que se debiera exigir en un espectáculo que lleva esta marca de la casa, una especie de garantía que habría que preservar por encima de todo y por la que la gente acudirá en su ya programada larga gira por el país. Se pueden elegir muchos caminos entre la declamación grandilocuente y la conversión del verso en vulgar habla, pero aquí se practica un sonsonete repetitivo que resulta molesto al oído. No, no nos parece que el verso de Lope esté precisamente por lo que nos dice Portaceli: ‘El verso de Lope es vivo, tenso, rítmico, late dentro de los personajes y sólo hay que confiar en la arquitectura que él mismo nos marca para hacer que la palabra fluya en boca del actor en toda su organicidad’. Creemos que puede y debe mejorarse este crucial aspecto.
Las dos bandoleras, Carmen Ruiz y Macarena Gómez no terminan de encontrar un sitio cómodo en esta pieza tragicómica, entre el drama que viven y la comedia que representan, sobre todo la segunda cuya voz resulta estridente en un clásico. Pasar de las teleseries a las tablas es un duro reto. David Fernández es el gracioso de turno, el sensato sirviente del teatro del Siglo de Oro, un Orgaz que sólo al final parece encontrar su sitio en el escenario. Gabriela Flores hace lo que puede por esa Leonarda fantasmal y a Llorenç González le ha tocado un personaje imposible, lacrimoso, cuya ridiculez exageran unas calzas imponibles. Albert Pérez funciona como ese rey casamentero y los rufianes/soldados pueden pasar en sus puestos. Helio Pedregal se erige en protagonista; demuestra sus muchas tablas con clásicos a cuestas, pero en su afán de convencernos grita demasiado. El elenco en su conjunto no alcanza los niveles notables que tantas veces se han conseguido en esta sede pasajera de la compañía nacional de clásico, el Teatro Pavón, que lleva visos de ser eterna.
Hemos citado unas calzas horribles, y el resto del vestuario sigue un eclecticismo desbordante cuya parafernalia culmina en vestir de falangista al bueno de Triviño. La escenografía es parca y malograda con una alegoría de montañas en contrachapado áureo que no nos gustó nada. Iluminación y espacio sonoro no aportaban grandes cosas, y el asunto capital de la lectura del verso ya lo hemos comentado negativamente. Como resumen de todo ello, dramaturgia y dirección resultan aprobadas sin las menciones honoríficas que nos hubiera agradado muy mucho salpimentar, salvo una mención especial a las largas escenas de combate que protagonizadas por mujeres tienen su notable punto de originalidad (y sin embargo el maestro de esgrima responsable del acierto, no figura en los créditos.
La directora Carme Portaceli mantiene una presencia continua en los escenarios catalanes con numerosas incursiones a Madrid. En 2008, el Centro Dramático Nacional produjo su versión de Ante la jubilación, de Thomas Bernhard. En 2010 el Centro coprodujo junto al Frestival Grec su versión del clásico Prometeo, y en 2012 nos visitó con ‘Nuestra clase‘, que pudo verse en el Fernán Gómez. En la primera realizó una manipulación abusiva del texto original para convertir una historia alemana de los años setenta en un panfleto contra la opción política que no la gusta. En la segunda, perpetró otra actualización abusiva del texto clásico sin anular del todo su interés. En la tercera, no podía forzar más la truculencia de origen y consiguió grandes resultados. Parecía una trayectoria ascendente pero con ‘Nadie verá este vídeo‘, de Martin Crimp, en septiembre de 2012 de nuevo en el CDN, volvió a defraudarnos un tanto.
De Rosich fueron notables su adaptación de Falstaff de Shakespeare para Andrés Lima y su dramaturgia con Calixto Bieito en Forests. Esta vez no nos pareció que acertara. ‘Es en la voz del actor, en su boca, donde el verso de Lope adquiere toda su razón de ser, toda su corporeidad y toda su magia hipnótica’, dice y coincidimos en la teoría. ‘Y este descubrimiento -añade- no ha hecho otra cosa que llenarnos de ávida esperanza, al ser una clara demostración del sinnúmero de joyas, de obras indudablemente mayores, que todavía quedan por descubrir y rescatar entre los cientos de piezas que firmó el Fénix de los ingenios’. En esa tarea Rosich y Portaceli tienen todo nuestro apoyo y deseo de que aporten grandes cosas.
Pero su idea de ‘una dramaturgia hecha de diversos retales pero que ofrezca una ilusión de unidad, con la que el público no vea las costuras, sino que se deje llevar por el flujo torrencial del verso, sin preguntarse de dónde provienen los materiales’, esta vez no ha cuajado. Este viernes pasado, el teatro estaba lleno y el público aplaudió mucho tras dos horas sin respiro.
Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 6
Texto, 8
Dramaturgia, 6
Dirección, 6
Interpretación, 6
Escenografía, 5
Iluminación, 6
Vestuario, 5
Producción, 5
TEATRO PAVÓN
Las dos bandoleras, de Lope de Vega
8 de mayo – 8 de junio
Reparto por orden de intervención:
HELIO PEDREGAL: TRIVIÑO
DAVID FERNÁNDEZ, «FABU»: ORGAZ
MACARENA GÓMEZ: TERESA
CARMEN RUIZ: INÉS
LLORENÇ GONZÁLEZ: DON CARLOS
GABRIELA FLORES: LEONARDA
DAVID LUQUE: DON LOPE / SOLDADO 1
ÁLEX LARUMBE: ALVAR PÉREZ / SOLDADO 2
ALBERT PÉREZ: REY
Asesor de Verso Gabriel Garbisu
Espacio sonoro Jordi Collet, “Sila”
Escenografía Paco Azorín
Iluminación Maria Domènech (AAI)
Vestuario Antonio Belart
Dramaturgia Marc Rosich y Carme Portaceli
Dirección Carme Portaceli
COPRODUCCIÓN: CNTC / FEI (Factoria Escènica Internacional)
Duración: 1 hora 55 minutos
Horario de funciones:
De miércoles a sábado: 20 h.
martes y domingos: 19 h.
lunes descanso
Precios: 18 €. Jueves día del espectador (50 % de descuento)
Gira 2014 (Avance): 19-20 de julio: Festival de Almagro; 2 de agosto Festival de Olite; 4 de octubre Orihuela; 17 de octubre: Ciudad Real; 18 de octubre: Pozoblanco; 24 de octubre Eibar; 1 de noviembre Colmenar; 7 de noviembre Paterna; 8-9 de noviembre Alicante; 14-16 de noviembre: Zaragoza; 20 de noviembre; 22 de noviembre Murcia; 18 de diciembre Santiago de Compostela; 19 de diciembre Coruña.