La nueva entrega de «Cenicienta», dirigida por Kenneth Branagh e interpretada por personajes de carne y hueso se estrena el próximo 27 de marzo en nuestros cines. La película, protagonizada por la oscarizada Cate Blanchett, Lily James, Richard Madden y Helena Bonham-Carter, se inspira en el cásico cuento de hadas, dando vida a las intemporales imágenes de la obra maestra animada de Disney de 1950 en un espectáculo visualmente inédito para toda su nueva generación.
El director, durante su visita a Madrid con motivo a la programación del filme, explica que ha querido representar a una Cenicienta con «una personalidad y un carácter fuerte y que demuestra ser inteligente». Este redescubrimiento tiene como resultado una Cenicienta que «toma sus propias decisiones y que no es una víctima más pasiva ni está esperando a que llegue un hombre. Eso va a ser un gran cambio respecto a lo que se ha visto hasta ahora».
Branagh ha asegurado que «cuando leí el guión pensé que era mucho más emocionante de lo que esperaba, porque hablaba de la pérdida de los padres y de la pérdida de la inocencia». En este sentido, Branagh defiende que «Cenicienta» tiene «más diferencias que similitudes» con el clásico de animación de 1950.
La cantante Edurne también asistió a la presentación de la película debido a que ha sido la encargada de interpretar el tema clásico «Soñar» («A Dream is a wish your heart makes»), que forma parte de los créditos finales del film.
Uno de los datos curiosos de la grabación de este largometraje, es sobre el mítico vestido de Cenicienta, fundamental en la historia. Se necesitaron más de 246 metros de tela y más de 10000 cristales Swarovski para hacer el vestido de Cenicienta. Tenía numerosas enaguas y necesitó 4,8 kilómetros de costura. En total, durante todo el rodaje, se utilizaron nueve copias del vestido.
Sin embargo, el vestido del Hada Madrina no quedó atrás. La diseñadora de vestuario, Sandy Powell, utilizó 120 metros de tela, 400 lámparas LED y miles de cristales Swarovski. Cuando lo llevaba Helena Bonham-Carter, el vestido medía 1,20 metros de ancho.
