El palco que tenía reservado Lina Morgan desde que vendió el Teatro de La Latina seguirá reservado para siempre para ella. Tras la venta del conocido local, la actriz y empresaria obtuvo un despacho y el citado palco, que se encuentra repleto de flores en su homenaje.
El céntrico teatro acoge la despedida a Lina Morgan. Ataúd cerrado y cubierto con las banderas de la Comunidad de Madrid y de España y un equipo de guardia integrado por Jesús Cimarro -copropietario del local-, el padre Ángel -de Mensajeros por la Paz, a la que estaba vinculada la actriz- y Daniel Ponte, hombre de confianza y chófer de la cómica.
Los sobrinos de la artista han sido vetados de la capilla ardiente por decisión propia. Hasta el último momento Lina Morgan decidió mantenerlos alejados de sus últimos momentos.
Ante el féretro, y bajo una pantalla que muestra fotos e imágenes de Lina y sus éxitos, han acudido a rendir sus respetos nombres de la política y la interpretación: la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, la presidenta madrileña Cristina Cifuentes, el secretario general del PSOE Pedro Sánchez, Concha Velasco, Enrique Cerezo o Rosa Valenty, entre otros.
Aunque Lina Morgan nunca contó con la recompensa de un Goya, lo cierto es que sus éxitos fueron mayores que los de algunos poseedores. No sólo triunfó en taquilla sino que además rompió tabúes al convertirse en empresaria teatral en unos años en que eso no era lo habitual y lograr una gran recaudación en sus obras.
Hasta sus últimos momentos mantuvo su tirón incluso entre las nuevas generaciones, como puso de manifiesto el éxito de Hostal Royal Manzanares entre 1996 y 1998. La serie atrajo a un público de todos los niveles y mantuvo unas cuotas de audiencia que revalidaron su popularidad.
