Medea y Ana Belén

Una recreación literaria del mito clásico que no resulta convincente

Medea y Ana Belén
Medea, de Molina Foix - Teatro Español

Ella es el principal atractivo de una versión recreada por Vicente Molina Foix a partir de las de Eurípides y Séneca, aderezadas con Apolonio de Rodas y Ovidio para construir un texto excelente, que hubiera necesitado un elenco de mayor espesor interpretativo para impulsar una dramaturgia estática en la que todo descansa en la forma de contar los hechos. Ana Belén puntúa por encima del resto del reparto en una puesta en escena que no pasa de aceptable.

Estrenada este último verano en la 61ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, producida por el Festival y la empresa Pentación, ambos entes dirigidos por Jesús Cimarro, esta Medea es un esfuerzo notable por contarnos de forma comprensible los antecedentes de esta tragedia griega, el viaje en busca del Vellocino de oro emprendido por los Argonautas al mando de Jasón, su llegada a la Cólquida donde reina Eetes, su quedar prendado de su hija Medea que ha heredado de su madre poderes mágicos y de su tía Circe el arte hechicero, las hazañas de Jasón para ganarse el vellocino, la traición de Medea a su padre, el periplo de la pareja hasta llegar a Corinto, la acogida del rey Creonte… Está todo muy bien contado pero es largo y prolijo y necesitaría o bien una dramatización dinámica o al menos unos actores consagrados en el arte de la representación de los clásicos, que no pueden hacerse hablando y moviéndose como en una teleserie.

Para cuando la tragedia se desencadena, y Medea despechada trama su descomunal venganza contra Jasón y Creusa, la hija de Creonte, el espectador ha aguantado ya un relato de una hora en un marco más estrecho que una noche veraniega al aire libre en el anfiteatro romano donde se estrenó la pieza. Se ha esforzado, a veces inútilmente, en entender las prolijas explicaciones de personajes inmóviles sobre lo ocurrido en el pasado, y ha contemplado un escenario inmutable formado por un gigantesco portón y un montículo coronado por una vieja encina, en el que los personajes disertan necesitados de dicción y ademanes adecuados a lo que quiere ser una tragedia griega. Jasón y Creonte carecen absolutamente de la presencia requerida. El preceptor se expresa mejor pero su aspecto no pega ni con cola. La corifea es mejor que el corifeo. Y la nodriza parece una celestina tópica del teatro del siglo de oro. Parecería que amparados en las grandes dimensiones del recinto de Mérida y en la bula de los festivales al aire libre, director y actores hubieran descuidado su tarea.

Ana Belén llega hasta donde puede. A sus 64 años pugna por ser esa gran actriz que nunca ha sido. Está notable pero en absoluto convincente. No extrae de su personaje esas complejidades anímicas de una esposa sumisa que esconde una feroz bruja, de una madre trastornada capaz de matar a sus hijos para vengarse del marido.

Y toda la responsabilidad del desajuste corresponde al director, que ni dota a la escena de atractivos suficientes -tarea en la que fallan los refuerzos audiovisuales- ni consigue del reparto una altura actoral imprescindible para esta Medea cuyo molde argumental y espina dorsal es clásica incluso en los personajes recreados, que narra mitos, cuenta hazañas y relata una tragedia tan inmensa que aún hoy resulta difícil de asimilar y aparece como casi inhumana.

Esta Medea sigue la misma trayectoria que la Hécuba de Eurípides el año pasado -presentación en Mérida, producción de Pentación, dirección de Plaza con equipo similar, y actriz famosa al frente, entonces Concha Velasco- y tiene parecidos defectos (ver nuestra reseña de entonces). De Plaza nos gustaron sus Bodas de Sangre y sus montajes de zarzuelas. Esta Medea exigía más altos niveles escenográficos e interpretativos y que descansa en un buen texto y una deficiente dramatización. El día del estreno fue rubricado con la consabida generosidad de los invitados al acto.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 5
Versión, 7
Dirección, 6
Interpretación, 5
Escenografía, 6
Producción, 5
Programa de mano, 6
Documentación a los medios, 6

MEDEA
Dramaturgia de Vicente Molina Foix
A partir de Eurípides, Séneca y Apolonio de Rodas
Direción José Carlos Plaza
Del 13 de diciembre de 2015 al 10 de enero de 2016

Reparto
Medea – Ana Belén
Jason – Adolfo Fernández
Nodriza – Consuelo Trujillo
Preceptor – Luis Rallo
Creonte – Poika Matute
Corifeo – Alberto Berzal
Corifea – Olga Rodríguez
Creusa – Leticia Etala
Jasón Joven – Horacio Colomé

Equipo artístico
Escenografía – Francisco Leal
Vestuario – Pedro Moreno
Musica original – Mariano Díaz
Iluminación – Toño Camacho
Peluquería y maquillaje – Juan Pedro Hernández
Diseño de videoescena – Álvaro Luna
Ayudante de producción – Isabel Sáiz

Una producción del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y Pentación Espectáculos

Horario De martes a sábado 20h. Domingos 19h. (No hay función los días 24 y 31 de diciembre)
Precio Entradas de 7 a 25€. Martes, miércoles y jueves 25% de dto.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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