Aitana y la rosa tatuada

Adaptación en tonos ligeros del melodrama de Tennessee Williams

Aitana y la rosa tatuada
La rosa tatuada - Teatro María Guerrero

¿Tiene sentido reponer esta obra? Se estrenó en 1951, y fue película de éxito de 1954. Su autor arrasó en Broadway y Hollywood durante dos décadas, pero no pudo superar el cambio de paradigma de los años 60. Esta versión convierte el drama sureño en comedia toscana, toda impregnada de las diferencias que puede haber entre Anna Magnani y Aitana Sánchez-Gijón. Bonita puesta en escena y estupenda interpretación para una recreación artificiosa de un drama ocasional. Resulta entretenida, es solvente y puede funcionar.

En veinticuatro años, diecinueve obras de Tennessee Williams se representaron en Broadway. El 25 de febrero de 1983 el dramaturgo fue encontrado muerto en su suite de Nueva York a los 71 años, ahogado con la tapa de un frasco de colirio que utilizaba con frecuencia; drogas y alcohol pudieron contribuir a la ausencia de reacción. Mucho, mucho antes, concibió esta pintoresca historia de la siciliana Serafina que consigue superar la memoria de su fallecido e idolatrado esposo, el camionero Rosario, asumiendo que la era infiel y haciéndolo resucitar en otro hombre que se tatúa la misma rosa en el mismo lugar de su pecho.

Antonio de Cabo contaría en ‘Primer acto’ la génesis de la obra en la Barcelona en 1951: ‘En aquella primera conversación me explicó los motivos que le traían  desde  Roma a nuestra ciudad. Quería escribir una obra para Anna Magnani, a la que acababa de conocer en Roma, pero en la capital italiana le  faltaba la tranquilidad necesaria para escribir. Tenía  demasiados  amigos y compromisos sociales. También venía porque quería conocer directamente el carácter español, familiar para él a través  de  las  obras  de  Lorca, por  las  que  sentía  una  gran  admiración.  Intentaba  escribir una obra al estilo de las del genial poeta para la gran trágica italiana. Aquella obra sería un mes más tarde La rosa tatuada… Aquella noche conocí  una  de  las  características  principales  de  su personalidad:  su  gran  timidez  y  su extremada sensibilidad, tan difíciles de adivinar a través de la fuerza arrolladora y brutal de sus obras. Los  días  que  siguieron  fueron  de  constante  comunicación.  Hablábamos  durante horas en la playa de la obra que, según él, estaba escribiendo con una rapidez asombrosa, dada su habitual lentitud. Se mostraba entusiasmado del clima que estaba consiguiendo. A las tres semanas ponía la palabra «Telón». Por la noche  lo  celebramos  y  al  día  siguiente  salía  hacia Roma  para  leérsela  a  Magnani, que debía ser,  en  compañía de Brando,  y  dirigida  por  Elia  Kazan,  su  futura  intérprete  en Broadway’. La Magnani no la estrenó porque no quiso arriesgarse con su deficiente inglés. Pero unos años después ya estuvo preparada para llevarla al cine.

No sabemos si Serafina ha salido ocasionalmente al encuentro de Aitana, o si esta ha tomado la iniciativa, propulsada hacia el personaje por su querencia italianini, tras esa Medea de la temporada pasada (ver nuestra reseña) que le ha valido un cotizado premio. En todo caso su Serafina resulta tan pulida como la escenografía que la rodea convirtiendo el taller de una costurera modesta en estudio de alta costura. El desmedido uso del idioma trasalpino necesita continúa repetición traducida y hasta a personas que estimamos mucho ese país consigue resultarnos artificioso y sobrante. Un italiano relamido que nada tiene que ver con el siciliano pasado por inglés sudista que hablaría la protagonista. Ha reconocido estos días la actriz haberse inspirado en Anna Magnani para «contactar con la rama italiana de mi familia», pero en la conexión prima el tono edulcorado de esta adaptación. Es de agradecer el haber mitigado los excesos pasionales, pero el coste final es presentar una humilde emigrante con aires de licenciada, y su abandonarse sucia y despeinada en una imagen de dama refinada.

La trama original es irregular, -aunque tiene destellos de gran dramaturgia y recursos literarios que juegan con el azar y el destino más allá de su aparente realismo-, con una primera parte floja y melodramática que sólo consigue despegar cuando aparece Mangiacavallo. El encuentro con Serafina, el acercamiento titubeante entre ambos, el encadenamiento de coincidencias y simulaciones, y el tormentoso romance que inician, es el núcleo central de la obra, pleno de momentos logrados, de diálogos y situaciones en los que Sánchez-Gijón despliega lo mejor de sus dotes de actriz, espoleada sin duda por una extraordinaria actuación de Roberto Enríquez, que puede considerarse fundamental en el montaje. Alba Flores es el otro gran soporte de un elenco notable, sesgado hacia la caricatura pero siempre efectivo.

Ya nos hemos referido a la meritoria escenografía de Anna Alcubierre, que viene a recordar a la muy original de Jesús Campos García para su pieza ‘Y la casa crecía’ hace sólo un mes y en esta misma sala (ver nuestra reseña). La recuerda y la supera, con su proa abierta hacia los espectadores y sus bonitas alas laterales. Portaceli despliega una dirección muy acertada, volcada en el patio de butacas con los riesgos que comporta, colocando a la pareja protagonista a escasa distancia del público como si de una sala pequeña se tratara y no del solemne Teatro María Guerrero. Podría discutirse ese enfoque caricaturesco al que nos hemos referido, potenciado por ese cura emulando a Domenico Modugno y algunas coreografías vertiginosas del personal secundario en escena. Pero en general todo funciona para una agradable velada teatral, en la que el melodrama resulta comedia de final feliz.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 7
Texto y trama, 7
Adaptación, 7
Dirección, 7
Interpretación, 7
Escenografía, 8
Producción, 8
Programa de mano, 7
Documentación para los medios, 6

CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL
Teatro María Guerrero
LA ROSA TATUADA
De Tennessee Williams
Traducción Vicente Molina Foix
Dirección Carme Portaceli
Del 29 de abril al 19 de junio de 2016

Reparto (por orden alfabético)
Padre de Leo – Jordi Collet
Álvaro Mangiacavallo – Roberto Enríquez
Doctor / vendedor / Bessie – David Fernández “Fabu”
Assunta / Estelle Hohengarten / Miss York – Gabriela Flores
Rosa – Alba Flores
Jack Hunter – Ignacio Jiménez
Serafina Delle Rose – Aitana Sánchez-Gijón
Violetta / Flora – Paloma Tabasco
Giuseppina / Strega – Ana Vélez

Equipo Artístico
Adaptación – Gabriela Flores/Carme Portaceli
Escenografía – Anna Alcubierre
Iluminación – Pedro Yagüe
Vestuario – Antonio Belart
Música y espacio sonoro – Jordi Collet
Vídeo – Eugenio Szwarcer
Asesoría de movimiento – Amaya Galeote
Ayudante de dirección – Judith Pujol
Fotos – David Ruano
Producción – Centro Dramático Nacional

Teatro María Guerrero
C/ Tamayo y Baus, 4
Teléfonos 913109429 –913109413 – 609 052 508
http://cdn.mcu.es/
De martes a sábados, a las 20:30 horas
Domingos, a las 19:30 horas
Encuentro con el público: Jueves 26 de mayo de 2016.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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