A quienes van al teatro a emocionarse, a contener las lágrimas, a ver espectáculos sentimentales que hablan de la existencia humana con buena voluntad y óptica positiva, les queda una semana para ver ‘Our town (Nuestro pueblo)’, una obra norteamericana de hace ochenta años que sigue vibrando a contracorriente de estos tiempos incrédulos, en una estupenda versión que se repone en el teatro en que fue estrenada hace dos años.
Un numeroso reparto compensa la ausencia de todo recurso escénico que arrope la trama. Trece actores en una sala pequeña con los espectadores a un metro, rodeando la escena por sus cuatro lados. La obra cuenta la historia de una pequeña localidad entre los años 1901 y 1913 a través de una pareja de adolescentes -Emily Webb y George Gibbs-, sus familias y vecinos, veintiseis personajes que a lo largo de tres actos viven, aman, mueren y nos observan resignados y pacientes desde sus tumbas.
El escritor Thornton Wilder (1897-1975) concibió la pieza como metateatro, una representación teatral 25 años después de los hechos narrados, que comienza con el director de la compañía teatral dirigiéndose al público para introducirles en la trama. El director de esta versión, Gabriel Olivares, ha eliminado este escalón distanciador. Es un vecino el que nos introduce en la vida cotidiana de los personajes una mañana cualquiera, con las madres preparando el desayuno, el lechero repartiendo con su carro y el pueblo despertando lentamente.
La historia se desarrolla tal cual su autor quería, sin escenografía, sin apenas utillaje, sin referencias geográficas ni temporales, con mímica elemental simulando la actividad cotidiana. Wilder consideraba la pieza lo mejor que había escrito, pero se quejaba de que no se llevaba a escena a su gusto, ‘sin sentimentalismo ni indolencia, simple, escueta y sinceramente’. Por ello creemos que en este aspecto, esta versión le habría gustado. Quizás no tanto el sistema elegido para suplir el mobiliario, un surtido de modernos y brillantes contenedores metálicos de todos los tamaños, de esos que se emplean en el traslado de piezas artísticas y elementos decorativos, cuyas pulidas superficies contrastan sobremanera con la escueta puesta en escena. Sólo en el último acto, Felype de Lima se atreve con una preciosa cocinita rodante en la que Emily viene desde ultratumba a visitar a su mamá Myrtle en una de las escenas más emocionantes de la obra.
Es una verdadera lástima que toda la documentación disponible -la que ofrecen tanto el teatro Fernán Gómez como la compañía TeatroLab El Reló, incluso el programa de mano que se da al pública asistente- se empeñen en el incomprensible error cada vez más frecuentado de no identificar los personajes con los actores que los interpretan, como si los críticos no tuvieran nada mejor que memorizar caras y el público no mereciera que le facilitaran la tarea (las imágenes que se distribuyen tampoco responden al reparto vigente). Así que no podemos explayarnos en lo que nos gustó de cada uno y saldaremos el capítulo interpretativo con un notable alto, pero que muy alto, especialmente en lo referente a la pareja protagonista y sus respectivos padres. En el reparto, junto a un texto excepcional, radica la fuerza de esta obra.
El paso del tiempo es el gran protagonista de nuestra vida, y nosotros, meros personajes secundarios. Pocas veces se siente tan intensamente en un escenario como en esta obra de Thornton Wilder, que no es un prodigio dramático pero destila humanidad en tiempos de escasez palmaria. Una experiencia de las inolvidables, créannos, que sin embargo está pasando deaspercibida. Este viernes pasado al pequeño aforo de la sala le faltaba un tercio de espectadores. Además de sobre el tiempo, Wilder reflexiona sobre la felicidad, ese palabro que la gente busca en plenitudes deslumbrantes y que sólo existe en ráfagas fugaces. Se ha dicho mil veces, que sólo radica en los pequeños y cotidianos actos bien hechos, pero no termina de entenderse. Quizás ver esta pieza, ayude.
Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 9
Texto: 8
Dirección: 8
Interpretación: 8
Escenografía: 6
Producción: 7
Información a los medios: 4
Programa de mano: 5
Teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa
Sala Jardiel Poncela
OUR TOWN – NUESTRO PUEBLO
De Thornton Wilder. Dirección de Gabriel Olivares
TeatroLab El Reló
Del 21/12/2016 al 22/01/2017
Reparto: Alejandro Pantany, Andrés Acevedo, Chupi Llorente, David García Palencia, Eduard Alejandre, Efraín Rodriguez, Eva Higueras, Gemma Solé, Javier Martín, Mónica Vic, Raúl Peña, Rebeca Brik, Roser Pujol.
Producen: El Reló, TeatroLab e Hiato Company.
Producción: Gaspar Soria
Ayudante de dirección: Venci Kostov
Escenografía: Felype de Lima
Iluminación: Carlos Alzueta
Espacio sonoro: Ricardo Rey
Arreglos musicales: César Camino
Asesora de Movimiento: Diana Bernedo
Fotografía y diseño gráfico: Javier Tomás Biosca
Marketing: Iñaki Sarriugarte
PRECIO: 16€
HORARIO: Martes a sábado – 20:30 h. Domingos – 19:30 h.
DURACIÓN: 100 min.
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