Además en el fondo la culpa de todo es mía: ¡Pero si casi fui yo el que terminé de convencerla de que estaba enamorada de ese cabrón y de que se largara con él!
La actriz Ariadna Gil compartió rodaje con Viggo Mortesen en Alatriste. Era 2006 y e aquel momento la intérprete estaba con el director de cine David Trueba, y tenían dos hijos: Violeta y Leo. Dos años después volvió a coincidir con la estrella de Hollywood en Appaloosa.
Fue entonces cuando quedó prendada de Mortesen, con quien comenzó una relación que le llevó a dejar a su marido (Los ‘Goya’ no hicieron oídos sordos al antiespañol de Trueba).
Trueba, compuesto y sin esposa, vivió una difícil etapa que ahora recuerda el escritor Javier Cercas en su nuevo libro El monarca de las sombras (Trueba y demás subvencionados del cine quedan en ridículo con los datos de espectadores).
«De un día para otro se apagó, su pelo se volvió blanco, envejeció (?) su mujer le dejó por eso que los paparazzi llaman una estrella de de Hollywood; en realidad se trataba de algo mucho peor: de una estrella de cine que se resiste con uñas y dientes a ser una estrella de Hollywood, lo que le convierte en una estrella de Hollywood al cuadrado, uno de esos tipos con el que todas las mujeres sueñan», comienza revelando Cercas sobre el triángulo amoroso de Viggo, Ariadna y David.
Pese al sufrimiento de Trueba, el escritor asegura que evitaba preguntarle nada acerca de la separación de su mujer:
«Yo nunca le preguntaba por el asunto, porque recordaba una frase de un viejo actor de reparto que David citaba a menudo: («Yo a mis amigos no les cuento mis penas: ¡que les divierta su puta madre!») y porque él apenas lo mencionaba: no obstante, las pocas veces que lo hizo me llamó la atención la ecuanimidad de psicólogo especializado en relaciones de pareja con que hablaba de su matrimonio roto, pero sobre todo que no formulase el más mínimo reproche contra su mujer y que pareciese mucho más preocupado por ella que por sí mismo».
Pero en una ocasión, Trueba estalló en lágrimas:
«Hasta que un día, mientras me contaba que acababa de verla para hablar de los niños, como hacía a menudo, se desmoronó y empezaron a correrle las lágrimas por las mejillas. Sintiéndome impotente, le dejé llorar; luego le dije con rabia que se estaba equivocando y que una cosa es ser un caballero y otra un imbécil. ‘Preocúpate de ti, coño’ le dije furioso. ‘Olvídate de esa mujer. Y desahógate un poco. No pasa nada. Llámala a ella bruja y a él sinvergüenza. Mira, mira repite conmigo: ¡Sin-ver-güen-za! Pruébalo, ya verás, te sentará de puta madre'».
Tras estas palabras, Trueba contestó:
«Ya me gustaría a mí Javier, pero es que no puedo. Tú no lo entiendes: es normal que el tío sea muy guapo y muy rico y hasta que tenga los ojos azules; el problema es que además el hijo de puta es un tío estupendo, una persona buenísima y un actor cojonudo».
A lo que Cercas replicó: «¡Pues por lo menos cágate en tu mujer!».
«¿En la madre de mis hijos? ¿Cómo se te ocurre?», preguntó Trueba, que añadió:
«Además en el fondo la culpa de todo es mía: ¡Pero si casi fui yo el que terminé de convencerla de que estaba enamorada de ese cabrón y de que se largara con él!».
Aquello sucedió hace 9 años. En la actualidad, la actriz catalana y Viggo viven juntos en Madrid. La última vez que les fotografiaron fue en el 2014 y se duda de la presencia de Ariadna Gil en los Oscar para apoyar a su novio, que está nominado como mejor actor principal por su papel en Captain Fantastic.
David Trueba, en cambio, no ha vuelto a probar el sabor del amor, algo que le fastidia mucho, según confesó en La Vanguardia:
«Lo siento porque es el estado ideal del ser humano, el mejor, maravilloso. El tesoro de la vida es la legión de personas que son importantes para ti. Bueno, movimiento tengo… pero no ese amor o pasión que te deja sin aire, el que te arranca y te descoloca», aseguró el director y columnista que, eso sí, ha triunfado a nivel profesional.
David Trueba llevó al cine la obra de Javier Cercas Soldados se Salamina (2003), protagonizada precisamente por Ariadna Gil. Ambos adaptaron el guión de la novela del escritor extremeño.
En la versión cinematográfica, la persona que busca al soldado que protagoniza la historia es una mujer, a diferencia de la novela.