Un gallo de oro macizo

Todo -música y escena, voces y actuación, partitura y libreto- cuadró en el Teatro Real

Un gallo de oro macizo
El gallo de oro - Teatro Real

Siendo la ópera lo más cercano a ese Gesamtkunstwerk, la obra de arte total que buscaba Wagner, es difícil la plena integración de sus ingredientes en una plena y excelente síntesis tal y como logra esta producción de El gallo de oro de Nikolái Rimski-Kórsakov, entre lo mejor de la temporada. La dirección musical de Ivor Bolton y la dirección de escena de Laurent Pelly al servicio de un buen libreto y una magnífica partitura a cargo de un reparto excelente. Noche redonda en el Teatro Real.

Fue la última de las 15 óperas de este compositor ruso que fallecería al año siguiente. Rimski-Kórsakov no llegaría a verla estrenada, pues el retrato satírico del zar Dodón, un haragán déspota que envía a su ejército a adversos conflictos armados, era subversivo en la Rusia posterior a las revueltas de 1905, tras esa guerra ruso-japonesa tan desastrosa para el país, y en medio de un creciente descontento popular que en una docena de años daría lugar a la Revolución de Octubre, la conmoción social más grandes que vieron los tiempos. La parodia que se escondía detrás de un libreto aparentemente inocente no podía pasar desapercibida y durante dos años la censura exigió cambios hasta finalmente autorizarla. 

Laurent Pelly realiza una impecable lectura de la pieza y su puesta en escena es de una brillantez y claridad poco frecuente. No es partidario de esa manía ridícula de representarlo todo en contextos actuales y prefiere la evocación poética, una escenografía imaginativa y fantasiosa a partir de pocos y poderosos elementos, una escenografía propia para cada acto rompiendo también con esos escenarios inmóviles que sirven para todo y no dicen nada. La magia escénica con que irrumpe el primer acto es magistral, aunque se trate simplemente del zar en su lecho rodeado de consejeros reales. Pero las ondulaciones del suelo y los movimientos del grupo consiguen un efecto óptico que nunca habíamos visto -y ya es raro- en un escenario. Sirva como ejemplo de los muchos aciertos de una brillante a la par que sencilla escenografía, la espiral fluorescente del segundo acto y la llegada del lecho-tanque en el tercero.

Mención especial merece también la iluminación de Joël Adam, -siempre cambiante, modificándose con una delicadeza asombrosa-, así como los figurines del mismo Pelly, que podrían competir con las ilustraciones más modernas de la literatura infantil. Un escenario tan cuidadosa y evocadoramente concebido viene a estar al servicio absoluto del libreto y de la partitura, lo que es mérito en una época en la que los directores artísticos suelen hacer lo que les viene en gana menos facilitar y embellecer la comprensión de lo que se está escuchando. Y lo que escuchamos supuso otro paso adelante del director musical del Real, Ivor Bolton, que haciéndose cargo de esta pieza reiteró su competencia más allá del repertorio en el que se le supone experto. Su dirección musical fue impecable, con una orquesta rindiendo a nivel óptimo que ha sabido ganarse con su simpatía y buen hacer. La inclusión de un interludio musical de seis minutos entre el segundo y tercer acto, en el que él mismo al piano acompañó a la nueva concertino Gergana Gegova, fue un detalle más -al parecer decidido de improviso en los últimos ensayos- de los que le han hecho ganarse al público habitual, que lo aplaude cada vez con más ganas.

El Real prometía ‘dos repartos de igual valía actoral y musical’ y esta vez era cierto, como pudimos comprobar ayer escuchando al segundo de ellos, tal y como empieza a ser costumbre nuestra en los últimos tiempos. Hay que destacar a la joven soprano armenia Nina Minasyan en ese papel de la Zarina de Shemajá, que aunque no aparece hasta el segundo acto, lo llena casi entero. Una prolongada intervención que a algunos puede parecer excesiva, pero que a nosotros nos maravilló, y nos pareció pura competencia con las heroínas de Richard Wagner, que ya empezaba a hacer notar su influencia sobre la última etapa del compositor ruso. Competencia e incluso superación desde una carnalidad desvergonzada y una picardía insinuante que en algunos momentos llega a una atrevido ‘pornolirismo‘ que parecería impensable en la Rusia de comienzos del siglo XX.

Junto a ella, el bajo Alexey Tikhomirov fue un gran protagonista y dio al zar Dodón la justa dimensión del personaje, imponente y ridículo al mismo tiempo. Muy notable el resto del reparto en el que sólo estuvo más discreto el joven bieloruso Boris Rudak como el Zarévich Guidón. Todo el reparto procedía de los dominios de la antigua URSS, salvo el interesante tenor británico Barry Banks, un cantante de trazas nada habituales que estuvo sensacional en ese extraño papel del Mago, el que parece más fantasioso y luego se afirma como el más real.

Importante mérito de Laurent Pelly nos pareció su dirección actoral. Aunque viene siendo una tónica general la la rápida mejora en este aspecto de los espectáculos operísticos, creemos que en este gallo de oro Pelly consigue una presencia en escena de los cantantes como si de buenos actores profesionales se tratara, desde el último ademán al primer gesto. Nuevamente, el Coro titular del Teatro estuvo impecable, e igualmente el cuerpo de baile, acertadas siempre las coreografías, especialmente ese gallo de oro al que dió presencia divertida Frantxa Arraiza y kiquirikís soberbios la única española del elenco, la joven soprano tarraconense Sara Blanch.

El gallo de oro se representa poco, apenas una docena de veces entre 2005 y 2010, quizás por su difícil puesta en escena, un drama en formato de cuento, ligera y siniestra al mismo tiempo. Pero tiene una partitura extraordinaria en la que nada sobra. Pelly dice que es una metáfora de como el miedo conduce al caos, y quizás supusiera eso precisamente en el momento en que fue escrita. El zarismo secular perdió pie, y asustado comenzó a hacer concesiones con una mano y barbaridades con la otra, y con eso cavó su tumba. Lo mismo que le ocurriera a aquel otro régimen autoritario que nos coge más cerca.

La coproducción se estrenó en Bruselas en diciembre pasado, y de su Teatro de la Moneda procede todo el equipo artístico y los intérpretes principales -el zar, la zarina y Amelfa- en este reparto que este lunes cosechó grandes aplausos en una de esas poco frecuentes veladas operísticas en las que todo confluye para… Íbamos a decir gozar; digamos más sobriamente disfrutar plenamente.

Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 8
Dirección musical: 8
Dirección artística: 9
Voces: 8
Interpretación actoral: 9
Escenografía: 9
Producción: 8
Programa de mano: 9
Documentación a los medios: 7

TEATRO REAL
‘El gallo de oro’
Ópera en tres actos con prólogo y epílogo
Música de Nikolái Rimski-Kórsakov (1844-1908)
Libreto de Vladimir Belsky, basado en el poema El cuento del gallo de oro de Aleksandr Pushkin, sobre narraciones de Cuentos de la Alhambra de Washington Irving.
25, 28, 29 y 31 de mayo, y 1, 3, 4, 5 y 9 de junio de 2017.
 
Estrenada en el Teatro Solodovnikov de Moscú el 24 de octubre de 1909
Estreno en el Teatro Real
Nueva producción del Teatro Real, en coproducción con el Théâtre de la Monnaie de Bruselas y la Opéra national de Lorraine de Nancy

Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
(Coro Intermezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)
   
Ficha Artística

    Dirección musical: Ivor Bolton
    Dirección de escena y figurines: Laurent Pelly
    Escenografía: Barbara de Limburg
    Iluminación: Joël Adam
    Coreografía: Lionel Hoche
    Dirección del coro: Andrés Máspero

Reparto

    Zar Dodón: Dmitry Ulyanov (May. 25, 28, 31 · Jun. 3, 5, 9)
    Alexey Tikhomirov (May. 29 · Jun. 1, 4)
    Zarévich Guidón: Sergei Skorokhodov (May. 25, 28, 31 · Jun. 3, 5, 9)
    Boris Rudak (May. 29 · Jun. 1, 4)
    Zarévich Afrón: Alexey Lavrov (May. 25, 28, 31 · Jun. 3, 5, 9)
    Iurii Samoilov (May. 29 · Jun. 1, 4)
    Gobernador Polkan: Alexander Vinogradov
    Amelfa: Olesya Petrova (May. 25, 28, 31 · Jun. 3, 5, 9)
    Agnes Zwierko (May. 29 · Jun. 1, 4)
    Astrólogo: Alexander Kravets (May. 25, 28, 31 · Jun. 3, 5, 9)
    Barry Banks (May. 29 · Jun. 1, 4)
    Zarina de Shemajá: Venera Gimadieva (May. 25, 28, 31 · Jun. 3, 5, 9)
    Nina Minasyan (May. 29 · Jun. 1, 4)
    El gallo de oro: Sara Blanch

Duración aproximada
2 horas y 30 minutos
Acto 1: 47 mins
Pausa: 25 min
Actos 2 y 3: 80 mins.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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