Crítica Cinematogáfica

Dios también perrea: “La llamada” y las monjas desenfrenadas

Remedo castizo de "Sister Act"

España es un país que suele ir con retraso en lo que respecta a ciertos fenómenos culturales que en otros países tienen décadas de existencia relevante. El musical teatral es un género teatral netamente angloparlante que se remonta a principios del siglo pasado. En nuestro territorio, salvo por honrosas excepciones (el rompedor «Jesucristo Superstar» de Camilo Sesto), la sed de musicales solo podía ser saciada a través de las tradicionales adaptaciones cinematográficas o viajando al extranjero, New York y Londres prioritariamente. Eso ha cambiado y los teatros apuestan cada vez más por esta manifestación dramatúrgica mestiza. Incluso se han creado musicales autóctonos, como es «La llamada», que ahora se estrena en su «mutación» fílmica.

«La llamada» (2017) sigue casi al pie de la letra la narración que ya pudimos disfrutar sobre las tablas. Una línea argumental predominantemente orientada alrededor de sus números musicales, verdadero punto fuerte de la dramaturgia de la obra: María (Macarena García) y Susana (Anna Castillo) veranean en «La Brújula», un campamento de monjas situada en la recóndita y desolada Segovia. En este lugar alejado de la gran ciudad, rodeado de verdor y sin acceso a las tentaciones más mundanas propias de sus bajos instintos las chicas buscan divertirse. Como buenas amantes de el desfase fiestero, el reggaetón más canalla y el sensual electro latino, por la noche hacen ruta por las discotecas cercanas, deseando que las hermanas Bernarda (Gracia Olayo) y Milagros (Belén Cuesta) no descubran sus escapadas nocturnas. Una noche se le aparece el mismísimo Dios (Richard Collins-Moore), que tratará de cautivarla con música de Whitney Houston.

Dado el éxito de su plasmación teatral, que se mantuvo largo tiempo en cartelera, los autores, Javier Ambrossi y Javier Calvo, se han arriesgado a ponerse al «timón» de esta adaptación para la gran pantalla. Consigue este dúo creativo mantener más que solventemente el frescor y el ritmo que tanto ayudo a este remedo castizo de «Sister Act».

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído