Nada de muros… Señor Trump

A Pixar se le va el “Coco”

La muerte canta rancheras

En su constante búsqueda de la excelencia técnica en la animación digital Pixar no ha cejado, eso sí, en cuidar exquisitamente los argumentos de sus películas. Siempre jugando al límite entre lo infantil y lo adulto, la productora nos ha legado una sarta de magnificas películas y más de una obra maestra del cine con mayúsculas…más allá de la virtualidad de sus personajes. Su larga asociación con Disney le ha servido para, entre otras cosas, adquirir ese carácter humanista que tanto beneficia a sus productos.

En esta ocasión el leitmotiv de la recién estrenada película «Coco» (2017) es la rica cultura mejicana y especialmente su peculiar relación con la muerte y el luto. El héroe de esta película es Miguel, un pequeño aspirante a músico que se enfrenta a la misteriosa animadversión de su familia a todo lo relacionado con lo musical. Animadversión que ha llegado al extremo de prohibir completamente su práctica. Intrigado ante tal extraña manía familiar Miguel accede al mítico Mundo de los Muerto para investigar los motivos ocultos detrás de tal comportamiento censor.

Con «Coco» (2017) Pixar se aleja momentáneamente de los coches parlantes, los insectos sociales y los juguetes autosuficientes para mirar hacia los hombres. El elemento fantástico está más que presente, pero el foco de atención ha girado dramáticamente hacia esa humilde familia de zapateros. Como curiosidad cinéfila no podemos dejar de señalar las similitudes argumentales entre este filme y «El libro de la vida» (2014), otra película de animación que también se aprovecha de toda la evocativa imaginería alrededor de la celebración del Día de los Muertos al otro lado del charco.

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