Aquel primer amor de Samuel Beckett

Demasiado empeño en un cuentecillo de nihilismo existencial

Aquel primer amor de Samuel Beckett
Primer amor - Teatro Valle Inclán

Primer amor’ es un cuento, un relato de 17 páginas, que nació como sketch de cine cómico mudo en 1972 e inmediatamente fue traducido y publicado en español. Para montar este absurdo monólogo teatral, que no es precisamente de lo mejor de Samuel Beckett, se ha juntado un equipo de renombre; y modestamente nos parece que no merecía la pena.

‘Yo no entendía a las mujeres por entonces. Lo que es más, aún no las entiendo. A los hombres menos. Tampoco a los animales. Lo que mejor entiendo, que no es mucho decir, son mis dolores. Pienso en ellos a diario, no me lleva mucho tiempo, el pensamiento es tan rápido’. El personaje es alguien que se deja caer por la pendiente porque nada le interesa. Podría ser una víctima de su familia, de la sociedad, pero es más bien un semoviente incapaz de sentir, que sólo espera una oportunidad para comportarse como un canalla.

Es muy difícil mantener un monólogo de 70 minutos sin más aditamento que un lecho marmóleo y un panel luminoso que cuelga del techo y cambia de color varias veces mientras un operario silencioso sentado en un lateral del escenario lo hace bajar y subir lenta y mínimamente varias ocasiones. El texto es premeditadamente oscuro, y apenas se ilumina con algún chispazo de ingenio; el individuo nos informa de su pasado acomodado, de la pérdida de su único protector, de sus múltiples obsesiones, de su estancia en un banco de un parque, de la llegada casual de una mujer, del esbozo de un sentimiento infra amoroso antes de dispersarse en la autorrepulsión. No es únicamente que sea desasgradable y anodino lo que cuenta -incluidos estreñimientos y diarreas-, es que carece de ese punto enigmático y atractivo con el que Thomas Berhard recogió el testigo de Samuel Beckett e introdujo un leve giro de tuerca que los estudiosos están aún buscando.

Para este montaje se han movilizado muchas energías intelectuales. Una nueva traducción, una ‘idea original’ firmada a dúo, un ‘concepto’ que firma el actor, una ‘versión’ de consagrado dramaturgo, y una ‘creación’ de dos directores en equipo. Demasiada gente para tal monólogo, demasiados créditos y demasiado escondido descubrir lo que aporta cada uno. El equipo artístico se completa con una asesoría de movimiento, una dirección técnica, un mínimo espacio sonoro y finalmente una iluminación que es lo único en que repara el arriesgado espectador. Para no quedarse atrás, la producción es compartida por cinco instituciones.

En fin, no se dirá que Pere Arquillué viene poco arropado intelectualmente cuando le encuentren en calzoncillos sobre el frío mármol mortuorio. Su trabajo actoral se inclina a presentar un ser monstruoso, lleno de tics corporales, disfuncional, rondando una minusvalía física que va desapareciendo a lo largo de la pieza hasta dejarlo en casi normal por fuera y aberrante por dentro. Despliega un sin fin de recursos gestuales y vocales a la altura de su currículo, y sin embargo no sabemos exactamente por qué no nos convence, por qué hubiéramos preferido más sutileza en la supuesta anormalidad normal del personaje.

Beckett, en muchos de sus libros y en particular los primeros, hace reir; una risa de esas que se le escapan a uno sin querer, que dan un poco de vergüenza porque, en realidad, la situación es patética. En ‘Primer amor’ hay que tener muchas ganas para que se te escape una risita. Pura López Colomé en su edición de 2008 para la Universidad Nacional Autónoma de México de este y otros dos cuentos de la ‘Collected Shorter Prose’ del autor, opina que nada más alejado de Joyce que Beckett. Entre uno y otro media el abismo que separa el intentar que las palabras lo digan TODO y el mostrar que las palabras no pueden decir NADA, a no ser su imposibilidad de decirlo. Los elementos que caracterizan, en general, a la obra beckettiana son para ella, primero que nada, el absurdo existencial transformado en un ingenio metafísico, sus narraciones niegan la vida y encuentran graciosa esta negación. Su recurso más importante es el verbo, su dominio del lenguaje. Emplea también la parodia, la comedia grosera, el chiste de efecto retardado, la yuxtaposición de desemejantes, la equiparación de lo familiar con lo no familiar, todo ello encaminado a la creación de una realidad fantástica a la vez que grotescamente real. En suma, la desesperanza que puede sentirse en estos textos es el aspecto dominante que nos dice que lo único que tiene sentido es la supervivencia inmediata; el hombre sigue vivo sólo porque su cuerpo sigue funcionando.

Según Félix de Azúa, en el prólogo a la primera edición española que conocemos, ‘el protagonista no es tan brutal como en otras ocasiones, no es ese montón de harapos, ese pedazo de estiércol a que estamos habituados. Tampoco su enamorada es excesivamente monstruosa; tan sólo gorda. Y sin embargo la relación es monstruosa porque él -era de temer-, no la ama. La amó un instante, cuando grababa su nombre en los excrementos secos de las vacas, como cualquier colegial enamorado, pero luego se unió a ella con el único propósito de acabar con una obsesión’.

Todo da lo mismo en esta vida, empezando por los sentimientos y las ideas; se está aquí en espera de nada. Beckett ha sido hipervalorado durante medio siglo y será infravalorado en las próximas décadas. Hoy no dice nada en un mundo que lucha con la angustia a base de pastillas, consumo y entretenimientos. Además han surgido posteriormente alternativas serias a aquel existencialismo de mitad de siglo anterior, alternativas vitales, esprituales e intelectuales que ofrecen mejores paradigmas.

Samuel Beckett tenía casi toda su obra escrita cuando, tímidamente, su esposa entregó al editor Jérôme Lindon el montón de papeles que había sido rechazado por todas partes. Después de su primera visita a este editor, Beckett regresó a casa cabizbajo. Su mujer, extrañada, le preguntó si se habían peleado. ‘No, dijo, lo que pasa es que me sabe mal arruinar a un hombre tan amable’.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 4
Texto, 6
Dirección, 6
Interpretación, 6
Puesta en escena, 6
Producción, 5
Programa de mano, 5
Documentación para los medios, 6

Teatro Valle-Inclán / Sala Francisco Nieva 
PRIMER AMOR
De Samuel Beckett
Del 2 al 25 de marzo de 2018
Versión José Sanchis Sinisterra
Creación Miquel Górriz y Àlex Ollé (a partir de una idea original de Moisés Maicas y Pere Arquillué)

Reparto 
Pere Arquillué
 
Equipo artístico
Traducción    Anna Soler
Concepto    Pere Arquillué
Idea original    Moisés Maicas y Pere Arquillué
Iluminación   Jaume Ventura
Espacio Sonoro  Josep Sanou
Diseño cartel   Javier Jaén
Fotos     David Ruano
Espectáculo dedicado a Moisés Maicas
Coproducción
Bitò Produccions, Grec 2010 Festival de Barcelona, Chekhov International Theatre Festival de Moscou, Velvet Events y Mola Produccions
Con la colaboración de Centre d’Arts Escèniques de Terrassa

Pza. de Lavapiés, s/n 28012 Madrid
Funciones
De martes a sábado, a las 19:00 h. Domingo, a las 18:00 h. 
Duración: 1 h. y 10 min. aprox.
Encuentro con el equipo artístico de la obra  Martes 13 de marzo de 2018.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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