Todos los días de una noche

Una comedia entretenida para ver de cerca a dos actores celebrados

Todos los días de una noche
Todas las noches de un día - Teatro Bellas Artes

Una comedia de sábado noche; con protagonistas famosos y repleta de lugares comunes que sea aperitivo perfecto de la cena con amigos, con bajo presupuesto y muchas promoción que asegure buenos ingresos. Público y teatreros, contentos todos. Teatro más comercial, imposible. Teatro más sincero y menos impostado, deseable.

En esta obra escrita en 2014 -‘Todas las noches de un día’-, Alberto Conejero se mantiene en la misma tónica que nos hizo decir la temporada pasada a propósito de su anterior estreno (ver nuestra reseña): ‘Por algo no quisimos ver ‘La piedra oscura’, Premio Max al Mejor Autor Teatral 2016: nos temíamos lo que esta ‘Ushuaia’ viene a mostrar: Alberto Conejero es todavía un inmaduro autor teatral aunque mimado por la fortuna, con demasiadas citas literarias en la cabeza y poca experiencia vital para contar historias creíbles. Este texto tiene también otro premio que sumar a su nutrida colección, ocho galardones ni más ni menos, cuya justicia no discutimos pero que tampoco deben influirnos para juzgar el trabajo concreto que estamos reseñando’.

El jardinero de una mansión vetusta es interrogado a propósito de la desaparición de la dueña. Ello sirve para reconstruir su historia, la de la señora y la de ambos juntos en los últimos quince años. Escenas de la misma se entremezclan con sus declaraciones, se superponen alterándolas hasta que la verdad de sus relaciones aparece y con ella todas las claves de una desaparición programada.

Conejero practica una literatura formalmente remilgada y conceptualmente vacía en la que todo es una invención documentada someramente al servicio de una trama carente de verosimilitud y unos personajes artificiales que dicen cosas ficiticias en situaciones irreales. Samuel y Silvia tienen el lirismo suelto así que el jardinero ejerce de ecopacifista y la señora de doctoranda en botánica descriptiva. Mecido por sus sapiencias, el espectador adormecido es conducido por dos biografías prefabricadas -víctima predestinada ella en el altar del desamor, víctima voluntaria él en aras del amor no correspondido- que repelen al menor ejercicio racional. Todo es teatro: de cartón. Todo es ficción: de la mala. Nada ayuda a detectar el paso del tiempo, lo que ya ocurrió, lo que está ocurriendo- en una escena congelada en la que todas las alteraciones son tres tormentas y una canción de Rita Pavone. Ni un detalle de utillaje o vestuario. Todo a piñón fijo, por si a alguien se le ocurre pasarse de imaginativo. Más luz o menos luz y tira millas noventa minutos con dos personajes.

Toda la química, -y la física-, del espectáculo descansa en los dos consagrados actores que interpretan la pieza. Carmelo Gómez es un muchacho que se hace hombre admirando a su patrona y Ana Torrent una mujer que labra concienzudamente su desgracia. Él está fascinado por ella y ella le necesita más que el respirar. Podrían formar una pareja si no perfecta si conveniente. Pero eso sería otro argumento y los finales felices están proscritos hoy día. Gómez sobreactúa para compensar el pasar de jovencito a maduro sin cambiar la camisa de cuadros. Torrent es una esfinge para no perderse en captar un personaje novelesco, o sea teatresco. Ni en su hablar, ni en su actuar, ni en su aspecto y reacciones hay cambios en ambos. Todo ocurre en un escenario plano, un pequeño invernadero en el que no se ve una planta, en el que la señora da lecciones de cómo regar un tiesto y el empleado de cómo podar un sarmiento.

¿Y el director? Laissez faire, laissez passer! Voilà le secret.

Si uno es de buen conformar y se limita a presenciar todas las noches de un día -por qué no todos los días de una noche- la velada será apacible en esta segunda sesión del sábado a la que asistimos, con lleno completo y espectadores satisfechos. Si a uno le toca ejercer la incómoda crítica a los autores y actores consagrados, saldrá incómodo. Teatro muy, muy teatral; teatro poco, poco exigente.

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 5
Texto: 6
Dirección: 6
Interpretación: 7
Escenografía: 6
Producción: 6
Programa de mano: 6
Documentación a los medios: n/h

Teatro Bellas Artes
Todas las noches de un día
Autor: Alberto Conejero
Dirección: Luis Luque
Del 21 de noviembre de 2018 al 6 de enero de 2019

Reparto
Carmelo Gómez y Ana Torrent

Ficha artística
Espacio escénico: Monica Boromello
Iluminación: Juan Gómez-Cornejo
Vestuario: Almudena Rodríguez
Composición original: Luis Miguel Cobo
Productor: Jesús Cimarro
Una producción de Pentación Espectáculos

Duración: 90 minutos.
Edad recomendada: mayores de 12 años.
Martes a viernes: 20:30 h. Sábado: 19:00 h. y 21:30 h. Domingo: 19:00 h.
Precios, Patio de butacas y delantera anfiteatro: 28,00€, resto anfiteatro: 24,00€.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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