La ciencia ficción es uno de esos géneros denostados e inexplorados.
La crítica, excepto en ocasiones contadas, siempre ha dado la espalda a las películas de este género.
Pero, sí amigos, hay más vida más allá de Star Wars.
Y con estos tres ejemplos de visualización obligada, os vamos a demostrar que el sci-fi es un género que siempre estuvo ahí y que dio al cine, verdaderas obras de arte.
Blade Runner
El universo creado por Ridley Scott, sacudió los cimientos del cine tras su estreno. Todos recordamos ese mundo futurista habitado por replicantes y a un Harrison Ford pueril y en estado de gracia.
Este año, casi 40 años después de la original, llegará a los cines la esperada secuela, Blade Runner 2049. A pesar de que veamos un relevo generacional en esta nueva entrega ( ojo que la incorporación de Ryan Gosling nos requetencanta) no faltarán nuestro eterno Harrison Ford partiendo la pana. Para muestra, el trailer estrenado ayer.
Alien
Alien es otra de esas sagas que nos tiene más que encandilados. Desde que vimos por primera vez a esa empoderada Sigourney Weaver, interpretando a la teniente Ripley, a bordo de la Nostromo, algo hizo click en nuestra cabeza.
Este viernes, llega a los cines Alien: Covenant, la nueva entrega de la franquicia. En ella, se nos mostrará el origen de los xenomorphos, cosa que los fans fatales, estamos esperando con ansia. Ridley, este año estás que te sales, hijo mío.
El quinto elemento
Y si, hubo un momento en el que la sci-fi y la moda, unieron fuerzas y crearon más que arte. Por supuesto, estamos hablando de la sobresaliente película de Luc Besson, El quinto elemento.
Con un elenco que tira para atrás y un argumento que nos mantiene pegados durante dos horas a la pantalla, El quinto elemento, redefinió las reglas del cine de ciencia ficción, sobre todo en lo que a vestuario se refiere. El trabajo titánico de Jean Paul Gaultier, sentó cátedra, tanto el cine, como en la moda que tomaría pasarelas y calles desde ese momento. Todavía resuena ese outfit blanco de Milla Jovovich, en nuestros corazones y en nuestros vestidores.
Redacción Vanidad – @vanidad