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Emilia Clarke (‘Juego de tronos’): «Les pedí a mis médicos que me dejaran morir»

La actriz tenía 24 años cuando sufrió su primer aneurisma

Emilia Clarke ('Juego de tronos'): "Les pedí a mis médicos que me dejaran morir"
Emilia Clarke RS

Un aneurisma es una pequeña protuberancia con forma de globo y llena de sangre que se forma en las paredes de los vasos sanguíneos (Jorge Javier Vázquez: «Bebí muchísimo, me drogué demasiado y estuve a punto de perderlo todo»).

Cualquier vaso puede presentarlo pero es más común en la arteria aorta, los vasos cerebrales, la arteria poplítea, la arteria mesentérica y la arteria esplénica. (Emilia Clarke: Estuve a punto de morir tras la primera temporada de «Game of Thrones»)

Un aneurisma cerebral puede ocurrir en venas o arterias de la base del cerebro (en el polígono de Willis) y un aneurisma aórtico ocurre en la arteria principal que lleva sangre desde el ventrículo izquierdo del corazón al cerebro, según wp.

Cuando el tamaño de un aneurisma aumenta, hay un riesgo significativo de rotura, lo que puede resultar en hemorragias graves, otras complicaciones o muerte.

Los aneurismas pueden ser hereditarios o causados por enfermedades que debilitan las paredes de los vasos sanguíneos. (Emilia Clarke confiesa la experiencia sexual más extraña que tuvo en ‘Juego de Tronos’)

Emilia Clarke, la protagonista de «Game of Thrones», reveló que sufrió dos aneurismas y varias operaciones cerebrales durante la primera y segunda temporada de la exitosa serie, según BBC News Mundo.

En su ensayo publicado en The New Yorker, Clarke cuenta que estuvo «a punto de morir».

La actriz que interpreta al personaje Daenerys Targaryen fue sometida a dos operaciones que le provocaron «una ansiedad terrible» y ataques de pánico.

A pesar de estar convencida de que no iba a sobrevivir, Clarke logró una recuperación más allá de sus «esperanzas razonables».

Clarke tuvo su primer aneurisma en 2011. Sufrió un doloroso colapso mientras se ejercitaba en el gimnasio.

Los médicos descubrieron que tenía una hemorragia subaracnoidea (HSA), que es un tipo de accidente cerebro-vascular potencialmente mortal que ocurre cuando un vaso sanguíneo estalla en la superficie cerebral. Un tercio de los pacientes que lo sufre no logra sobrevivir.

Luego de la operación, tuvo un ataque de afasia, que casi le hizo dejar su carrera como actriz, ya que afectó su capacidad de comunicación, haciéndola incapaz de hablar con coherencia.

«En mis peores momentos quería morirme, les pedí a mis médicos que me dejaran morir», contó.

Se pudo recuperar lo suficiente como para volver al rodaje de la segunda temporada de la serie pero «me mareaba todo el tiempo y me sentía tan débil que pensaba que me iba a morir», explicó Clarke.

En 2013, mientras representaba una obra en Nueva York, le realizaron otra operación para eliminar un segundo aneurisma.

Esta segunda operación fue más invasiva ya que le tuvieron que abrir el cráneo.

«Me parecía que estaba teniendo que superar situaciones más adversas que la misma Daenerys (su personaje)», dijo Clarke.

Su ensayo publicado en The New Yorker es la primera vez que comparte su dolorosa experiencia.

Ahora dice estar «al 100 por ciento» y lidera una fundación para aquellos que han sufrido y están recuperándose de enfermedades neurológicas.

 

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