Monsieur Goya, una indagación dificultosa

Monsieur Goya, una indagación dificultosa

Ambientada en los últimos años de la vida del gran pintor aragonés, esta pieza elucubra sobre sus ideas y comportamientos por medio de personajes que dialogan con el autor en una puesta en escena original en la que vídeo y música se quieren coprotagonistas junto a un cuidado reparto. Los aciertos de dirección coexisten con las debilidades de una dramaturgia que simplifica la complejidad del personaje y del momento histórico.

El nuevo director del Centro Cultural de la Villa, Ignacio Marín Valiño, ha elegido estrenarse con una ocurrente conmemoración, la del 200º aniversario del momento en el que Goya en el año de gracia de 1819 se retira a las afueras de Madrid a orillas del Manzanares, alquilando un palacete en cuyos muros pintará durante los cuatro años siguientes catorce óleos enigmáticos y rupturistas sobre los que mil expertos han construido interpretaciones contradictorias de todo signo, las llamadas Pinturas Negras. Una producción teatral propia fue encargada a José Sanchis Sinisterra, completada con una muestra de arte contemporáneo titulada El sueño de la razón en la sala de exposiciones del Centro.

Pues bien, la propuesta teatral de Sanchis se plantea con Goya ya instalado en 1824 en Burdeos –donde ya vive expatriado su amigo, el escritor Leandro Fernández de Moratín– en compañía de su segunda familia. Leocadia Zorrilla, su segunda mujer, y los dos hijos de ella, Guillermo y Rosario Weiss, cuatro testigos directos del enigma de los últimos años del pintor que en vida nunca llegaron a relatar esta época pero que ahora van a ser interpelados por una voz en off que es la del autor intentando reconstruir la historia. Ellos cuatro, junto a Margot, la joven lechera amiga de Rosario, rememorarán aquellos años invocando el comportamiento del protagonista, figura omnipresente pero que nunca aparecerá en escena.

En el contexto del retorno de Fernando VII tras la expulsión de los franceses, la huida de los afrancesados colaboracionistas, la inestable coexistencia entre absolutistas y liberales, las conspiraciones de estos últimos frente a las imposiciones de aquellos, y el enfrentamiento ineludible con la victoria del continuismo del viejo régimen sobre los intentos de reforma. La síntesis que debió hacerse entonces no se produjo, ni se producirá en las pugnas de los cien años siguientes, y este momento marcará la diferencia española con el contexto europeo hasta bien transcurrido el siglo XX. Goya, como tantos españoles, quedará en medio del conflicto, simpatizará con los liberales pero recibirá trato de favor de los absolutistas, querrá la modernidad pero se librará muy mucho de tomar partido abierto, y se retirará amargado a rumiar una depresión que consumirá la última década de su vida.

Sanchis Sinisterra opta por presentar a Goya clara y repetidamente como un exiliado político perseguido por la represión de un monarca que sin embargo le protegió, de cuyas prebendas vivía y del que fue pintor oficial un buen tiempo. Lástima que este sesgo partidista al gusto de los absolutistas de hoy estropee la aproximación a la figura de Goya y a las circunstancias políticas y sociales que le rodearon; claro ejemplo de un teatro ‘histórico’ semejante a esa novela ‘histórica’ que a cuenta de episodios o personajes auténticos inventa circunstancias, acomoda todo a su antojo y contribuye a aumentar el desconocimiento de los hechos reales. La supuesta neutralidad de un planteamiento metateatral en el que el autor simula dudar y los personajes contribuir espontáneamente a la trama, oculta un mensaje tendencioso en el que el personaje pierde la complejidad que seguramente tuvo en esos últimos años de su vida.

Laura Ortega realiza una acertadísima intervención, amenizando una propuesta fría y académica con un intensivo uso de los grandes aportes en vídeoescena de Dankiel Canogar y en iluminación de Sarrión Mora, que junto a la música de Suso Saiz y el vestuario de Almudena Bautista, son los cuatro soportes que consiguen dominar uno de los escenarios más dificiles de la ciudad, en el que los mismos muros enmarcan las escenas en Madrid y Burdeos, con un riachuelo en primer plano que da realismo a las escenas de campo, y una simbólica plantación de un bonsai desmochado y reseco que recuerda a los que aparecen en la serie de Los desastres de la guerra.

El reparto podrá y deberá asentarse a lo largo de las representaciones. Este viernes, al día siguiente del estreno, alternó momentos inspirados con titubeos y desenfoques. Imma Cuevas consigue una entrañable Leocadia, y Andrea Trepat dota de protagonismo a la colateral Margot. María Mota tiene buenos momentos y el personaje de Antonio entre miliciano y artista peca de superfluo. Un Moratín aceptable y una Voz en off… pues, teatral en grado sumo.

Francisco José de Goya y Lucientes (1746-1828) es uno de los pintores españoles más relevantes y uno de los grandes de la historia del arte mundial. Se cree que en la finca ‘La Quinta del Sordo’ trazó en la planta baja las siete ‘pinturas negras’ tituladas posteriormente Saturno devorando a un hijo, Judith y Holofernes, Una manola: doña Leocadia Zorrilla, Dos frailes, Dos viejos comiendo, Aquelarre (el gran cabrón) y La romería de San Isidro, y en la planta alta, las siete restantes, Dos mujeres y un hombre, La lectura (los políticos), Duelo a garrotazos, Peregrinación a la fuente de San Isidro (el santo oficio), Las Parcas (Átropos), Al aquelarre (Asmodea) y Perro semihundido. Existen serias propuestas teóricas y virtuales de reproducir aquella casa y sus muros ilustrados. Esa debía haber sido la exposición que acompañara a esta pieza.

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 7
Dramaturgia: 5
Dirección: 7
Puesta en escena 8
Interpretación: 7
Producción: 8
Programa de mano: 7
Documentación a los medios: 7

FERNÁN GÓMEZ CENTRO CULTURAL DE LA VILLA
Sala Guirau
Monsieur Goya, una indagación
Del 19 de septiembre al 10 de noviembre de 2019

REPARTO:
VOZ en OFF Alfonso Delgado
LEOCADIA Inma Cuevas
MORATÍN Alfonso Torregrossa
ROSARIO María Mota
MARGOT Andrea Trepat
GUILLERMO Fernando Sainz de la Maza
ANTONIO Font García

EQUIPO:
DRAMATURGIA José Sanchis Sinisterra
DIRECCIÓN Laura Ortega
VIDEOESCENA Daniel Canogar
MÚSICA Suso Saiz
ILUMINACIÓN Francisco Javier Sarrión Mora
VESTUARIO Almudena Bautisa
ASESORIA ARTISTICA TÉCNICA Javier Ruiz De Alegría
AYTE. DE DIRECCIÓN Juan Menchero
FOTOGRAFÍA Laura Ortega /David Ruiz
VIDEO David Ruiz
PRODUCCIÓN EJECUTIVA Jesús Sala
Una PRODUCCIÓN del Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa.

Horario: Martes a sábado – 20 horas. Domingos – 19 horas
NOTA: la función del día 26 de septiembre dará comienzo a las 19 horas.
Duración: 90 minutos oficialmente, más de 100 en realidad.
Precio: Entrada general – 20€
Día del espectador (martes y miércoles)- 18€
JOBO – Joven Bono Cultural, gratis (de martes a viernes, ambos incluidos)

Encuentros con el público: 17 y 31 de octubre (al término de la función).
Taller de artes escénicos Pintar con la mirada. 1 y 3 de octubre. 16:30 horas.
Proyección del documental Oscuro y lucientes de Samuel Alarcón. 5 y 26 de octubre. 18 horas.
La fantasmagoría en Goya. Charla / encuentro con componentes del equipo artístico de Monsieur Goya. 7 de noviembre, 18 horas.
Hablan los artistas. Mesa Redonda en la exposición El Sueño de la razón. Con la comisaria Oliva María Rubio,y artistas participantes. 18 de octubre, 19:30 horas.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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