‘Three Tales’, una vídeo-opera espectacular

'Three Tales', una vídeo-opera espectacular

Quizás pronto sea un formato habitual, pero el estreno en España de estos ‘Tres Cuentos’ con la música minimalista de Steve Reich y el vídeoarte de Beryl Corot han sido todo un acontecimiento en las alturas del panorama cultural.

Aunque la obra se estrenara en el Festival de Viena del año 2002 (¡han pasado casi dos décadas!) sigue siendo tan vanguardista e innovadora como entonces, y representa sin duda un paso adelante en el logro de la obra de arte total, esa Gesamtkunstwerk que buscaba Richard Wagner. No en vano esta contundente aportación llega como complemento brillante a la programación del monumental ciclo wagneriano del Anillo los Nibelungos, de la quese acaba de presentar la segunda entrega el Teatro Real (ver nuestra reciente reseña).

En esta denominada oficialmente ‘vídeo-ópera digital documental’, bajo la pantalla en la que se proyecta un entramado digital sofisticadísimo en base a filmaciones históricas, once instrumentistas y cinco cantantes ─dos sopranos y tres tenores─, interpretan una partitura articulada en tres actos en interacción perfecta con las imágenes, planteando un debate abierto y maduro sobre la naturaleza física, ética y religiosa del desarrollo tecnológico y su implantación en nuestras vidas.

La obra de Beryl Korot y Steve Reich, pareja de artistas que son matrimonio desde hace 44 años, revisita tres sucesos clave de principios, mediados y finales del siglo XX para presentar el que es quizás el dilema clave de nuestra época, la capacidad humana de modificar la trayectoria de la especie con poderes tan enormes como los atribuidos a los dioses. En el primer acto, ‘Hindenburg’, se recuerda la explosión de un zepelín en Lakehurst (New Jersey) en 1937 con la proyección de imágenes históricas en las que éste ardía ante las cámaras durante su malogrado aterrizaje. ‘Bikini’, el segundo acto, rememora las pruebas nucleares que, concluida la Segunda Guerra Mundial, tuvieron lugar en ese atolón del océano Pacífico para las que se procedió a desplazar forzosamente a la población indígena. El tercer acto, ‘Dolly’, narra los orígenes de la clonación y confronta este hito científico con la conceptualización del cuerpo humano como una máquina genética susceptible de ser modificada a voluntad.

En conjunto, puede decirse que el primer acto es una especie de introducción, más floja conceptualmente y quizás también formalmente, mientras que el tercer acto termina en una moraleja abierta que se prolonga en demasía. Pero en medio, la hipnótica, repetitiva y casi maquinal música de Reich encuentra en las casi abstractas construcciones visuales de Korot un complemento de tanto nivel que casi se mueve a la misma altura, pugnando por la atracción del espectador subyugado al mismo tiempo por el espectáculo de los once instrumentistas -especialmente los tres percusionistas y el intuido pianista al fondo- interpretando esta música que Reich abomina de que sea llamada minimalista, pero que con esa etiqueta nos rodea, nos abruma, nos arrastra y podría exterminarnos. Esos bucles infinitos que han condicionado toda la música electrónica en sus muchas variantes.

Dos espectáculos sintonizados a la perfección, arriba el audiovisual, abajo el humanomusical en el que el director musical Nacho de Paz jugaba papel esencial.

El primer cuento comienza con la explosión pero también incluye material sobre la construcción de zeppelines en Alemania en 1935 y de su última travesía del Atlántico. De las 97 personas a bordo (36 pasajeros y 61 tripulantes), hubo 35 muertes. Se atribuye a la electricidad estática de la tormenta que campeaba en la región. Supuso el final de la era de los dirigibles, sustituidos por la aviación comercial. Era símbolo de la potencia alemana, del auge nacional-socialista cuya esvástica exhibía orgulloso.

El segundo cuento, ‘Bikiní’, se basa en el inmenso material filmado en torno a las pruebas de la bomba atómica que se hicieron en el atolón de las Bikini entre los años 1946 y 1954. Narra el desalojo y relocalización de los habitantes del atolón, que vivían al margen del mundo occidental que determinó su destino. Mientras que Hindenburg se presentaba, más o menos cronológicamente, en cuatro escenas con un silencio y un fundido en negro que las separaban, en Bikini se montan tres bloques de imágenes/música que se repitan en un ciclo repetido tres veces, conformando una cierta meditación cíclica sobre los acontecimientos. Una pequeña coda explora el período tras las explosiones, con lo que finaliza el cuento. Entremezcladas, hay trozos del Génesis bíblico: el primer hombre es creado, junto con la mujer, para controlar y dominar todos los animales y plantas de la tierra, y ambos son puestos en el Edén para servirlo y guardarlo. No son cantados, sino interpretadas por la percusión y los pianos, como si existieran en otra dimensión.

El tercer cuento, Dolly, trata sobre esa primera -y última- clonación de un mamífero, una oveja adulta, en Escocia en 1997. Se ocupa extensamente de la idea del cuerpo humano como máquina, de la ingeniería genética, la evolución tecnológica y la robótica; contiene fragmentos de entrevistas a científicos, entre otros James D. Watson, Richard Dawkins, Stephen Jay Gould, Marvin Minsky, Steven Pinker y Jaron Lanier. «El sonido a cámara lenta» («slow motion sound») permite oír muy lentamente sin cambiar el tono. Otra nueva técnica, el «cuadro de sonido congelado» («freeze frame sound») es el equivalente sonoro de un plano congelado en el cine. Además, un robot parlante tiene un papel importante en la narración. Diversas actitudes hacia la ciencia y la tecnología que tan ávidamente abrazamos se encajan, incluyendo una perspectiva religiosa no escuchada en la discusión pública.

Reich y Korot ya habían ensayado este camino hacia la vídeo-opera en The Cave (1993). Korot es una pionera del arte videográfico, veinte años más joven que Stephen Michael Reich (Nueva York, 1936), muy conocido por ser uno de los pioneros del minimalismo, con John Cage, La Monte Young, Terry Riley y Philip Glass. Reich recibió en 2013 el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Música Contemporánea por, según cita el acta, “una nueva concepción de la música, apoyada en la utilización de elementos realistas, vinculados a la vida cotidiana, y elementos provenientes de las músicas tradicionales de África y Asia… Ha abierto nuevas vías, creando un diálogo entre cultura popular y culta, entre modernidad occidental y tradiciones extraeuropeas, logrando una feliz combinación de complejidad y transparencia”. En la sala expositiva del BBVA en el Paseo de la Castellana pudo verse el vídeo ‘Different Trains’ acompañando a su cuarteto de cuerda y cinta de 1988, orquestado en 2000 para cuerda. Un precedente menos complejo que ‘Three Tales’ pero incluso más conmovedor en sus 27 minutos de duración. Por su parte, Synergy Vocals está especializado en el uso de micrófonos de campo cercano y con frecuencia interpretan música de Steve Reich, John Adams o Luciano Berio. Dan conciertos en todo el mundo y ha colaborado en bandas sonoras de películas de éxito.

Impresionante e inolvidable espectáculo de calidad excepcional, de simbiótico poder de sugerencia en fondo y forma, de valor cultural enorme.

Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 9
Música: 8
Vídeo: 8
Dirección musical: 8
Voces: 8
Orquesta: 8
Producción: 9
Programa de mano: 8
Documentación a los medios: 8

Naves del Español
Sala Fernando Arrabal
Three Tales (1998-2002)
Vídeo-ópera digital documental
Beryl Korot, vídeo
Steve Reich, música
5, 6 y 7 de marzo de 2020

Acto I / Hindenburg It could not have been a technical matter – Nibelung Zeppelin – A very impressive thing to see – I couldn’t understand It

Acto II / BikiniIn the air I – The atoll I – On the ships I – In the air II – The atoll II – On the ships II – In the air III – The atoll III – On the ships III – Coda

Acto III / DollyCloning – Dolly – Human body machine – Darwin – Interlude – Robots/Cyborgs/Immortality

Nacho de Paz, dirección musical
Synergy Vocals (Directora – Micaela Haslam)
Sopranos: Joanna Forbes L’Estrange, Micaela Haslam
Tenores: Gerard O’Beirne, Ben Alden, Alastair Putt.
Grupo instrumental de la Orquesta Titular del Teatro Real
Norbert Ommer. realización de sonido electrónico
Johannes Berstein, operador de video
Coproducción del Teatro Real con las Naves Matadero
Duración, 65 minutos
Precio, 15€

En paralelo, el Teatro Real proyectará las dos partes de la película de Fritz Lang Los nibelungos, restaurada y con la música de Gottfried Huppertz interpretada en directo. El 21 de marzo a las 20.00 horas se podrá ver la primera parte, La muerte de Sigfrido, y el 28 de marzo a las 20.00 horas, la segunda, La venganza de Krimilda. Las dos películas de Los nibelungos se proyectarán en gran pantalla en la sala principal con la Orquesta Titular del Teatro Real, bajo la dirección de Nacho de Paz.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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